«En fin, ya sabes lo que pasa. Empiezas haciéndote una pregunta y luego te salen quince. Me preguntaba por qué necesitamos amor. Por qué sufrimos. Por qué somos negros. Por qué somos hombres y mujeres. De dónde vienen realmente los hijos. No tardé en darme cuenta de que no sabía nada. Y si te preguntas por qué eres negro, hombre o mujer o planta, a la fuerza has de preguntarte por qué estás aquí, sencillamente.»
Alice Walker es una escritora afroamericana, nacida en Georgia, Estados Unidos. En su infancia sufrió un desafortunado accidente mientras jugaba con su hermano y perdió la vista en un ojo; no obstante, lejos de ser un impedimento, esta situación no frenó su desarrollo personal y académico, activismo social y carrera profesional. Su obra El color púrpura, publicada en 1983, la hizo merecedora del Premio Pulitzer y del American Book Award. Alice Walker es una feminista auténtica que en su activismo político ha luchado por los derechos civiles en cuanto a la diversidad sexual, étnica y racial de las personas.
El color púrpura es una obra notable e importante en la literatura estadounidense del siglo XX. Su estatus de bestseller y de novela imprescindible se catapultó con la adaptación cinematográfica de 1985 dirigida por Steven Spielberg. La película tuvo en su reparto figuras como Whoopi Goldberg, Danny Glover, Oprah Winfrey, Margaret Avery e incluso Laurence Fishburne participó en un papel secundario menor. Fue nominada a once Premios Oscar, incluyendo mejor película, actriz, guion y fotografía; lamentablemente no ganó ninguno. En aquella ceremonia fue la película de Sydney Pollack, África mía, la que se llevó la estatuilla. No obstante, el tiempo ha favorecido más a El color purpura, puesto que se le recuerda más.
En el momento que escribo esta reseña no he visto la adaptación de la novela y esto me hizo sentir más cómodo al entablar la lectura porque no podía anticipar el camino que tomaría la historia ni sus personajes. Muchas veces los lectores preferimos esto porque nos adentramos en la narración sin sufrir el peso de conocer los acontecimientos. Eso significa que se disfruta el apartado técnico y literario, al mismo tiempo que se reconoce el valor de la historia. La sinopsis de la novela es la siguiente:
«Esta es la historia de dos hermanas: Nettie, que ejerce como misionera en África, y Celie, que vive en el Sur de Estados Unidos, casada con un hombre al que odia y abrumada por la vergüenza de haber sido violada por quien cree que es su padre. A lo largo de treinta años ambas mantienen el recuerdo y la esperanza de reencontrarse y vuelcan sus sentimientos en unas cartas conmovedoras. Pero la dramática existencia de Celie cambiará cuando entre en su vida la amante de su marido, una extraordinaria mujer llama Shug Avery.»
El color púrpura es una novela del género epistolar. Comienza como una especie de diario, palabras o cartas dirigidas a Dios. Una comunicación muy personal entre el personaje central, Celie, y el único ser al que puede confiar su suerte y padecimiento. Luego Dios es sustituido temporalmente por las misivas perdidas en el tiempo entre dos hermanas, una en un rincón rural al sur de los Estados Unidos, otra trabajando de misionera en una apartada aldea en África. La historia transcurre a principios del siglo XX cuando Celly apenas tenía catorce años y abarca un período de tiempo de casi cuarenta años, llevándonos hasta los albores de la Segunda Guerra Mundial.
La historia atrapa desde la primera página. Muchos libros deben superar una buena cantidad de páginas para introducirnos bien en la historia. Alice Walker lo hace de una forma muy contundente y directa. El trauma de su personaje cala fuerte en el lector. El lenguaje es sencillo, pero al mismo tiempo limpio. La narración en la segunda mitad de la novela deja de ser solo una descripción de los sucesos para adentrarse en los caminos de la reflexión, crítica y denuncia. Podría decirse que el feminismo es el tema central de la novela, aunque su protagonista sufre realmente por tres condiciones: es mujer, es negra y es homosexual; aunque las primeras dos condiciones se extienden a varios de los personajes que van apareciendo en el arco temporal. Es importante mencionar que a pesar de que haya una abundancia de personajes, Alice Walker lo maneja bastante bien y en ningún momento esto es confuso. Cada uno va apareciendo en los momentos oportunos con sus propias historias o decisiones que impactan o determinan el sentir o actuar de la protagonista o su hermana. Todo personaje está bien construido, poseen una personalidad inequívoca y se sienten completamente fluidos y orgánicos.
Pese a los hilos que toca El color púrpura, en ningún momento se siente pretenciosa, aspiracional o condenatoria. De hecho, existe cierta fatalidad en el personaje principal de aceptar las cosas tal cual son y apenas poder hacer algo para aliviar su sufrimiento diario. Es una esclava de su infortunio y escasamente es dueña de sus pensamientos. Es hasta que Celie conoce Shug Avery, la amante de su esposo, y Sofia, la esposa de su hijastro, que su conciencia despierta, aunque no lo hace de inmediato y le lleva varias décadas, toda una vida, en superar sus traumas y permitirse encontrar algo de felicidad. El arco de los personajes es natural, algunos se redimen, otros no.
Llegando al final, debido al tono de la obra, pensé que la historia tendría un desenlace triste o trágico; sin embargo, Alice Walker se compadece de sus personajes y no los deja sufriendo por siempre. No puedo negar que ese rescate en otras manos podría sentirse forzado, pero la autora se las arregla de forma magistral y aunque exime de la pena, no lo hace con la emoción y esas páginas finales son tan fuertes como las primeras, pero en una dirección opuesta. Muy pocos libros tienen esa cualidad de arrinconar al lector contra las cuerdas de su corazón. Prescindiendo de cualquier cursilería, Alice Walker cuela el amor entre sus líneas.
El color púrpura es una obra que supera expectativas. Muy recomendable. Pese a que los hechos que se narran comienzan hace más de un siglo, la situación del mundo los hace atemporales. Muchas mujeres sufren todavía vejámenes iguales o peores a los narrados por Alice Walker. El mundo no es un lugar tolerante ni fácil para muchos.
«Llega un momento en que todos hemos de empezar a cambiar si queremos mejorar. Y nuestra propia persona es lo que tenemos más a mano.»
Mírate,
ResponderEliminarEres negra, eres pobre,
eres fea, eres una mujer.
Vamos que no eres nada.
Centrada en el sufrimiento de la mujer negra, esta novela desde sus primeras paginas empieza a generar la indignación en el corazón del lector por los hechos tan crueles y desvergonzados que se narran en contra de la mujer afroamericana. Dos hermanas a través de sus cartas mantendrán viva la esperanza del lector ya que a través de ellas ambas conservan la ilusión de volverse a ver. Cuando vi la portada del libro mi mente voló rápidamente a la película del mismo nombre dirigida por Steven Spielberg, sin saber que estaba basada en esta obra tan maravillosa que no solo ha recibida grandes premios sino la admiración de los lectores y más de las damas por la forma en que la escritora presenta a sus personajes, todos ellos bien definidos y cada uno con su estilo muy particular que se hace notar dentro de la historia. Algunos creen que el ritmo de la obra baja en la segunda mitad del libro y es que aparecen temas sobre los misioneros, los nativos, las frustraciones en ambos bandos se hacen muy notables, la conquista o mejor dicho el robo del hombre blanco a los nativos apropiándose de los cultivos, tierras y agua, llevando incluso enfermedades que afectaron la sociedad en el continente africano. Aunque la película no muestra todo lo del libro recuerdo que al igual que libro me dejo impactado por la dureza y la insensatez de algunos personajes, aunque algunos comentan que la autora hace que algunos de sus personajes incluso los malos cambien su forma de pensar y actuar debido a que ellos también son victimas de un entorno; insano, cruel, déspota, cubierto por el patriarcado, donde se rozó la locura con las atrocidades que se cometían sobre todo con la mujer negra. Para muchos es una obra que a pesar de los diferentes temas que se tocan, la autora escribe en un lenguaje fino que lleva al lector del enfado hasta cierta satisfacción, y es que como bien dices, logra rescatar a sus personajes tratando de darles la paz que tanto buscaban, un libro que para muchos merece ser leído para que se pueda lograr despertar esa conciencia social de respeto y tolerancia y de evitar los abusos en contra de los grupos menos favorecidos.