«La ejecución de la operación Crassus, el 28 de noviembre, fue casi un anticlímax. El mando de Oriente Medio había colocado tropas, tanques y aviones para una nueva línea a lo largo del río Nilo. La milicia local y un único batallón de regulares británicos defendían toda Palestina. La división italiana del Brescia aseguró el puerto (y sus valiosas refinerías) sin apenas sufrir bajas y empezó rápidamente a expandir su avanzadilla, ayudada por los tanques de la Segunda Flota de almirante Iachinoy los ya veteranos aviones del Aquila. Dos semanas después, el primer tanque italiano dejaba Haifa y se dirigía a Taranto, el mismo día en que las últimas fuerzas británicas se rendían ante Rommel y la guarda de marines italianos.»
Erwin Rommel fue uno de los más brillantes y carismáticos generales del Tercer Reich. Estuvo a cargo de la Afrika Korps y puso en jaque a los británicos durante años ganando varias batallas importantes. Era apodado El zorro del desierto y era muy querido por sus tropas, y en contraposición, temido y respetado por sus enemigos en armas. No obstante, Rommel no recibió el apoyo de refuerzos, suministros e insumos para mantener las posiciones ganadas. Las atenciones estaban en Rusia. Sus cien mil hombres con cada batalle iban disminuyendo y no podía reemplazarlos. Finalmente, al tiempo que lidiaba con los británicos, un segundo frente fue abierto cuando los Estados Unidos entró en la guerra. En su acuartelamiento no le quedaban alternativas, los refuerzos habían llegado demasiado tarde. Había perdido. Pero ¿qué decisiones debieron tomarse para que ganara y hasta dónde habría llegado? Precisamente de eso va el libro editado por Peter G. Tsouras.
Con el nombre Hitler triunfante Peter G. Tsouras nos presenta once historias alternativas de la Segunda Guerra Mundial desde una perspectiva estratégico-militar, escrita por igual número de autores conocedores de historia del siglo XX e inteligencia militar, algunos incluso fueron veteranos de guerra. No es un libro que aborde una posición ideológica, filosófica, social, antropológica o económica en el caso de que el nazismo hubiera triunfado en la Europa continental. Esto ya entraría en otro terreno difícil y complejo que no deja de ser interesante, pero que no es el objetivo que persiguen los autores. Hitler triunfante se dedica a revisar algunos puntos de inflexión en la Segunda Guerra Mundial en la que los nazis, especialmente su líder, Adolf Hitler, cometieron equivocaciones que terminarían costándoles la victoria, por lo que buena parte (casi todo) lo concerniente al relato es real, se corresponde a lo que sucedió. Las historias alternativas tal cual son apenas unas cuantas páginas y estas se limitan a describir la decisión crucial y sus posibles efectos en el combate y en la guerra. En el caso de Rommel en el norte de África, ¿qué habría pasado si Alemania le hubiera enviado más tropas, suministros y recursos en tiempo? Sin duda hubiera llegado al Cairo y de allí seguiría su camino cortando la ruta del Imperio Británico en el Canal de Suez llegando hasta Medio Oriente. Alemania hubiera asegurado las fuentes de petróleo de Irak, Irán y Afganistán. Obviamente para que eso hubiera pasado, Hitler no debería haber abierto un segundo frente atacando a Rusia, era crucial obligar la capitulación de Inglaterra y dado que Göring había fallado en la táctica aérea, el corte de los suministros a los ingleses se podía lograr dominando y controlando el Mediterráneo.
La narración es en esencia descriptiva y abundante en detalles, no solo en los personajes, tropas o divisiones que intervinieron en cada batalla, sino también en los equipos: aviones, submarinos, barcos, tanques y hasta el calibre y capacidad de sus armas y municiones. Obliga al lector a buscar fotografías de los acorazados, de los Panzer o de los Stukas, referidos en la narración con sus nombres técnicos. Existe muy buen dominio de la geografía y del tiempo. A no ser por las páginas de historia alternativa, como lo expliqué en el párrafo anterior, el libro hubiera versado sobre las batallas o escenarios de la Segunda Guerra Mundial cual documental o libro de historia de estrategia militar, incluso los relatos sin excepción tienen como mínimo una veintena de fuentes bibliográficas. Los autores no emiten juicio salvo en unos párrafos finales en donde exponen el porqué del cambio en cierta decisión hubiera ofrecido un resultado diferente en la batalla o en la guerra, cuestión que argumentan con mucho dominio, aunque no van más allá del fin de la batalla o la guerra, por ejemplo, probablemente tomar Gibraltar hubiera sido clave para el control del Mediterráneo y decisivo para obligar a Churchill a rendirse, pero de ese punto en adelante no se sigue, porque ya no es parte de la estrategia militar, sino ya entramos a un terreno que no es el de los autores. La guerra de Japón en el Pacífico era insalvable. Quizás algunas decisiones hubieran dado ventajas tácticas a los japoneses durante un par de años más, pero la suerte ya estaba echada en contra de ellos. Particularmente creo que Hitler, de haber escuchado a sus generales, ni siquiera hubiera iniciado una guerra. En el momento que decidió invadir Polonia, había condenado al Tercer Reich, aunque ¿cuánto tiempo los alemanes hubieran aguantado un régimen totalitario antes implosionar en una guerra civil?
«Son las lecciones de la juventud las que conforman nuestro carácter.» Wade G. Dudley
Los once relatos alternativos son:
- Primero de mayo: May Day, May Day!: Escrito por Nigel Jones, quien es un historiador, periodista, biógrafo y productor inglés. Todos sus libros versan sobre la Segunda Guerra Mundial, con énfasis en la Alemania Nazi. Winston Churchill tiene capital importancia en la Segunda Guerra Mundial, sin este hombre Hitler jamás hubiera tenido que lidiar contra Gran Bretaña y habría dedicado todas sus fuerzas en la expansión hacia la Unión Soviética hasta los Urales o quizá más allá, quién sabe. ¿Qué hubiera pasado si Churchill no hubiera sido Primer Ministro? Nigel Jones expone como historia alternativa que Lord Halifax fue elegido Primer Ministro, en consiguiente Churchill fue nombrado Ministro de Guerra y muere al poco tiempo accidentalmente (porque no había otro modo de parar a Churchill). Dunkerque hubiera sido una masacre y esto habría provocado la firma de la paz con Alemania, después de todo, Lord Halifax tenía cierta reticencia a la guerra (se decía también que tenía inclinación antisemita) e incluso Chamberlain, el antecesor, fue tibio con Hitler cuando este invadió Checoslovaquia. Hitler tampoco quería guerrear con los británicos, a quienes veía como de la misma sangre aria, una suerte de primos de los alemanes. Ambos países tienen ancestros comunes, los sajones. La idea de Hitler era un imperio continental, Germania. Que el imperio de ultramar se lo quedaran los ingleses (aunque Hitler era muy dado a decir una cosa, y luego hacer otra, puesto cuando se envalentonaba con la victoria en batalla se cegaba).
- Paz en nuestro tiempo: escrita por Charles Vasey, un abogado y contador inglés que además es un empresario especializado en economía corporativa. Es diseñador de juegos de mesa y colaborador para las revistas Military Modelling y Strategy and Tactics, propietario de la revista: Perfidius albion. Este relato es el más diferente y probablemente uno de los mejores, con un corte novelesco, al menos en su inicio y final, porque no es el triunfo de Hitler. Son memorias de un oficial nazi que nos ubican en 1970, en el funeral del Führer, pero no el que todos conocemos. Alemania ganó la guerra porque Hitler murió en uno de los atentados, en 1943. Eso significó que se pudo negociar con Stalin un alto al fuego. Stalin estaba agotado y siempre desconfió de los capitalistas de Estados Unidos e Inglaterra. En todo caso la dictadura totalitaria y monstruosa nazi tenía más en común con su régimen bolchevique igual o más sanguinario. Aquí el Führer es Hermann Göring quien toma el mando tras la muerte de Hitler. Göring, aunque antisemita, era de cuna noble y era el más diplomático de todos los que secundaban a Hitler. Apoyaba la guerra y tenía a su cargo toda la fuerza aérea alemana, pero prefería el hedonismo al regio estoicismo nazi. En esta historia Prusia es un reino y aunque no se profundiza, probablemente la Europa del Tercer Reich actuara como como un tipo federado de naciones, algo parecido a lo que instituyó Gran Bretaña con la Commonwealth.
- La táctica española: narrada por John Prados, quien es un escritor e historiador de seguridad nacional en Washington, y posee un doctorado por la Universidad de Columbia. Es especialista en temas de poder presidencial, relaciones internacionales, inteligencia, problemas militares y de política. John Prados aborda la hipótesis de qué hubiera pasado si se ejecuta la Operación Félix en 1941. Francisco Franco, el Caudillo de España, apoyaba al Eje pero desde una posición no beligerante, que es lo mismo que decir: apoyo tu causa y sé que vas a ganar pero no quiero entrar en la guerra hasta que hayas ganado. Sin embargo, esta posición de Franco, que después pasó a neutral (que gane el mejor), era porque muchos de sus generales y asesores, a quienes escuchaba atentamente, estaban siendo sobornados por los británicos y por otra parte, Gran Bretaña era el principal socio comercial de España. A Franco no le convenía entrar en la guerra, además España estaba devastada por cuatro años de guerra civil. No obstante, si algunas de estas condiciones hubieran sido distintas y Franco en lugar de más cómodo, hubiera sido ambicioso ¿qué hubiera pasado? Prados plantea la derrota de los ingleses en Gibraltar en una coalición alemana y española. Ganando Gibraltar, ganan también el mediterráneo y se cierran las rutas de recursos del Imperio Británico quien es obligado a capitular.
- Navigare necesse est, vivere non est necesse: historia narrada por Wage G. Dudley, quien es un escritor norteamericano con máster en historia marítima y arqueológica náutica de la Universidad de Carolina del Este y doctorado en Historia de la Universidad de Alabama. Siguiendo la línea de importancia del Mediterráneo en la Segunda Guerra Mundial, Dudley plantea la hipótesis de que Mussolini era más cauto, atinado y listo, y logró conquistar con su ejército el mediterráneo, haciendo una muy buena sinergia con las tropas alemanas. Perfila a Mussolini como el estratega que según su herencia histórica romana debió haber sido, pero que finalmente no fue, la realidad es otra. Italia contaba con la tecnología y estrategia militar de la Primera Guerra Mundial, que no era suficiente para hacerle frente al ejército británico, por muy motivadas u organizadas que estuvieran las tropas (que tampoco estaban en lo óptimo). A la postre, Italia fue más una carga para Alemania que perdía recursos rescatándolos del desastre de sus derrotas.
- La salud del Estado: narrada por David C. Isby, quien es un editor, escritor y colaborador regular de temas militares. Tiene licenciatura en Historia por la Universidad de Columbia y un doctorado en derecho por la Universidad de Nueva York. Isby parte de la premisa que Mussolini muere en 1939 y que debido a este hecho el Eje no se consolida y Hitler es derrotado en menor tiempo, porque los Aliados ya no tienen que preocuparse por Italia. Recordemos que Gran Bretaña perdió muchos recursos librando la guerra al norte de África y con la entrada de Estados Unidos, su primer objetivo fue recuperar el Mediterráneo e invadir Italia. Mussolini al final de la guerra se había convertido en un paria y su muerte en manos de su propio pueblo no solamente fue cruel, sino vergonzosa. Aquel dictador que se alzaba como un César moderno, era ejecutado como el más vulgar y despreciable de los delincuentes. Su muerte prematura hubiera significado que otro general, quizá más prudente y taimado (como Franco), hubiera declarado al país no beligerante, pero a favor de los Aliados, puesto que Italia hubiera considerado que los lazos con los Estados Unidos distantes eran más favorables que los de una Alemania nazi al borde de la destrucción. En cualquier caso, la premisa no es descabellada, en la Primera Guerra Mundial Italia se inclinó por la Triple Entente de los aliados, aunque bien es cierto que al principio simpatizaron con el Imperio Austrohúngaro, pero es de humanos corregir el rumbo. Esta historia contrasta con las anteriores, porque aquí no es Hitler Triunfante, sino Roosevelt Triunfante (que de cualquier manera lo fue).
- Cruz Negra, Media Luna Verde y Oro Negro: historia narrada por David M. Keithly, quien es un escritor, columnista y empresario estadounidense con varios títulos académicos, incluyendo un doctorado, relacionados a historia y estrategia militar. Keithly plantea como historia alternativa que no se realizó la operación Barba Roja, que se canceló en último momento y eso significó que Hitler no le declaró la guerra a Rusia para que Alemania se concentrara completamente en los Balcanes, el Mediterráneo, el Norte de África y Oriente Medio. Con ello fue suficiente para triunfar sobre el ejército de Churchill. La capitulación de Gran Bretaña privándole de sus rutas comerciales y el saqueo colonial de ultramar, también significó un enriquecimiento para una Alemania que necesitaba del saqueo para mantener y sostener su maquinaria de guerra. Seguramente años después podría seguir con la misión contra la Unión Soviética. Incluso esto lo había mencionado Hitler en su libro, que jamás cometería el error de tener dos frentes al mismo tiempo. Al parecer se olvidó de sus propias palabras.
- Alas sobrevolando el Cáucaso: escrita por Paddy Griffith, un historiador militar, escritor y editor inglés. Ha sido conferencista de la Real Academia Militar de Sandhurst. Paddy Griffith aborda la operación Leonardo, en la cual los alemanes toman como misión primordial la toma de la isla de Creta y el aseguramiento del Cáucaso. Una vez realizado esto, esperan a que el invierno termine antes de iniciar la operación contra Stalingrado. En estos momentos creo que hemos notado una tendencia entre los estrategas militares, y es que el Mediterráneo era clave en la Segunda Guerra Mundial y Alemania no pudo arrebatárselo a los británicos por más que lo haya intentado, aunque ciertamente quien empezó los cañonazos por esos lares fue Italia, quien dijo: Mare Nostrum, pero quedaron en vergüenza y Alemania salió al rescate y a la postre, al descalabre de uno de sus mejores ejércitos, el Afrika Korps.
- Hasta la última gota de sangre: escrita por Kim H. Campbell, un oficial del Ejército de los Estados Unidos, que además posee un máster en inteligencia estratégica y fue analista en la Agencia de Análisis e Inteligencia de las Fuerzas Aéreas. Campbell cuenta lo que habría pasado si Hitler no hubiera dividido sus ejércitos en Rusia con la desidia de tomar Stalingrado y en cambio hubiera concentrado todas sus fuerzas en Moscú, que era el objetivo principal. Hitler quiso humillar a Stalin tomando la ciudad que tenía su nombre, pero con ello ni ganó Moscú y tampoco Stalingrado y en cambio consiguió perder cientos de miles de soldados, artillería y muchos recursos por nada. Aunque realmente esto no era garantía para ganar la guerra. Stalin además de cruel era tozudo y tenía millones de soldados para sacrificar.
- La huida de Stalingrado: narrada por Peter G. Tsouras quien es el compilador y editor de este libro. Tsouras es un escritor estadounidense y militar retirado, fue un teniente coronel que sirvió en el Primer Batallón, Compañía 64. Tsouras es, sobre todo, un historiador militar y trabajó en la Agencia de Inteligencia para la Defensa. Este autor plantea que el punto de inflexión en que la Alemania nazi empezó a perder la guerra fue cuando el sexto ejército fue derrotado y capturado en Stalingrado, por lo que plantea ¿qué hubiera sucedido si el general Paulus en lugar de quedarse en una batalla perdida hubiera huido con su ejército? El ejército que se retira tiene la oportunidad de regresar, el que se queda, definitivamente se sentencia. No se entiende como un general experimentado no desobedeció la orden de Hitler, un cabo que ni siquiera sabía como estaba el entorno. El sexto ejército de más de 300 mil soldados fue reducido cuando apenas quedaban 90 mil de los cuales una pequeña fracción sobreviviría a los campos de concentración rusos (que también los tenían, y desde antes que los alemanes). Tsouras toma el ejemplo de Dunkerque, si Churchill no hace lo imposible por sacar a sus tropas, hubiera perdido la guerra. Si Hitler hubiera sacado a sus tropas de la trampa que fue Stalingrado, quién sabe.
- Por desear una isla: escrita por John D. Burtt, quien es un veterano de Vietnam, sargento de Marina, e ingeniero nuclear con un máster en historia, ha trabajado como consultor para la Marina de Estados Unidos y actualmente es editor de la revista Paper Wars. Burtt, al igual que los otros autores coinciden sobre la importante y determinante que hubiera sido para Gran Bretaña perder el Mediterráneo y con ello el acceso a todas sus rutas de suministros, y en este caso plantea el aseguramiento de la isla de Malta como la clave para la victoria de los alemanes en esos lares.
- La operación Cockade de Ike: relato escrito por Stephen Badsey, quien es doctor de la Universidad de Cambridge y miembro distinguido de la Real Sociedad de Historia, profesor de Estudios para la Guerra en la Real Academia Militar de Sandhurst e investigador asociado en el Centro de Estudios para la Defensa del King’s College. Fue investigador y profesor del Museo Imperial de la Guerra. Badsey plantea la posibilidad del fracaso del Día D, si los alemanes hubieran sabido en que playas desembarcarían y la cantidad y calidad de tropas que llegaría a las playas. El desembarco del Día D fue una operación brillante de los Aliados en la cual hasta hicieron tanques inflables y tropas señuelo para engañar a los alemanes y hacerles creer que el desembarco inminente sería en un lugar distinto.
La causa de los nazis se cimentaba en fanatismo, no tan diferente a un culto. Todo fue completamente irracional y es trágico que una sociedad tan culta como la alemana, con tantos científicos, pensadores, filósofos y artistas, haya caído en semejante barbarie. La lección es que nadie está a salvo, aún en estos tiempos, aún en las sociedades más prósperas, de caer en manos de tiranos, fanáticos, psicópatas o simples ignorantes que creen ser el mesías libertador. De hecho, en estos momentos hay más de una docena de tiranos gobernando a sus pueblos. Las guerras no son cosa del pasado y no es bueno olvidar su horror.
Hitler triunfante es un libro donde podemos analizar la estrategia militar, como una autopsia, y determinar que decisión hubiera cambiado el curso de una batalla, aunque probablemente hubiera sido difícil que cambiara el resultado de la guerra.
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