viernes, 10 de abril de 2020

EL ABOGADO Y LA SEÑORA de Dante Liano


«Dicen que para ver cómo es un abogado, hay que llevarle un gato. Si el gato sale corriendo, el licenciado es chucho. Si se le tira encima, es rata. Yo soy ese tipo de abogado que se habría hecho pagar los honorarios por el gato, para que le asegurara contra los ratones. Y luego se haría pagar de los ratones, para que los asegurara contra los gatos. Al final, los dejaría que se mataran entre sí, mientras iba a cobrar el cheque.»
Dante Liano es un escritor guatemalteco graduado en Letras por la Universidad de San Carlos; luego se muda a Italia donde obtiene un doctorado en Literatura. Actualmente es catedrático de la Universidad Cattolica del Sacro Cuore en Milano. En 1991 recibió el Premio Miguel Ángel Asturias, el galardón a las letras más alto que Guatemala ofrece. Dante Liano actualmente es uno de los escritores guatemaltecos más apreciados y reconocidos a nivel nacional, pero su obra no se limita a estas fronteras, puesto que también ha tenido notoriedad en otros países, siendo finalista en 2002 del Premio Herralde.

Nunca supe de Liano hasta la llegada a los anaqueles de El abogado y la señora, una novela publicada por Sophos, la librería más grande de Guatemala que también tiene su propio sello editorial, un restaurante tipo bistro y organiza charlas, cursos, catas y noches sibaritas –todo en un solo lugar–. La novela de Liano no sólo tiene una historia entretenida, sino que sorprende mucho la calidad de su narración y habilidad para mantenernos en la historia hasta la última página.

He aquí la sinopsis:
«Abundio Revolorio, abogado y notario, pasa la jornada a la caza de incautos en su oficina de trampas y embustes frente a la Municipalidad. Sus secuaces, entre los que brilla, y no por inteligencia, un exboxeador bueno para todas las ocasiones, enganchan a ingenuos e ignorantes que son debidamente desplumados por el cínico licenciado. Revolorio tiene dos banales aficiones: emborracharse y casarse. Por la primera, termina varias veces hospitalizado. Por la segunda, frente al altar. Su vida transcurre en ese modesto fango, hasta que una mujer se presenta a pedirle sus servicios. Se trata de una exmilitante revolucionaria que pretende una indemnización por las vejaciones sufridas durante la guerra interna. A Revolorio lo intriga que lo contrate a él, cuya fama es pésima. Sospecha que la mujer esconde algo en su pasado y que esa circunstancia la obliga a hacerse representar por un tramposo. ¿Cómo hace Revolorio para averiguar todo el pasado de la mujer? ¿Qué averigua? ¿Logrará, con la trampa más artera de su vida, que, a pesar de todo, a la mujer le den la indemnización?»
La novela contiene básicamente dos historias o hilos argumentales muy definidos y distantes, tanto el cariz que adopta la narración de cada relato como en los personajes que lo componen.  La historia de Abundio Revolorio López, el abogado, es la parte que por mucho es la más entretenida y la que hace que el libro verdaderamente valga la pena. Una historia mucho más cómica de lo cabía de esperarse y de allí que el título sea El abogado y la señora y no al revés, La señora y el abogado. Atrapada en la historia de Abundio se encuentra la de una señora, una mujer de la cual nunca se sabe el nombre. Ella narra un vívido drama acaecido durante la guerra civil guatemalteca mal llamada conflicto armado interno de Guatemala, porque en este país se acostumbra mucho a utilizar eufemismos. Cómo no podía ser de otra manera, la señora cuenta crímenes ocurridos durante los enfrentamientos armados.

Reitero, el libro tiene dos tonos bien marcados y es fácil inclinarse más a disfrutar la historia del abogado que a mi criterio posee más realismo y me atrevería a decir que ha de tener mucho de verdad, ya sea de anécdotas que pertenezcan al propio escritor o de personas muy cercanas a él. La historia de la señora, por otra parte, es mucho más oscura y seria, no digo que no sea interesante, pero si el libro sólo tratase de la señora, seguramente no hubiese sido un éxito de ventas nacional; aunque quien sabe. Hay muchas historias originadas de los crímenes de guerra, pero todavía esa veta no se ha agotado y creo que siempre hay un público cautivo.

El libro se siente muy guatemalteco sin caer en los estereotipos y errores que cometen muchos escritores locales de recurrir indiscriminadamente a chapinismos que más que mejorar su obra, le clavan una estaca a su carrera de escritores. La moderación es la clave. De allí que mi primer elogio hacia la obra de Dante es que está bien escrita y narrada, y que exhuma una buena calidad técnica y de edición sin perder la gracia propia.

La novela posee una historia que no es lineal, muy característico del realismo mágico que posee toda la región latinoamericana, aunque aquí Liano busca encajar mejor con una novela negra. Pero debo aclarar dos cosas: primero, busca encajar es un intento y no una confirmación de haberlo logrado; segundo, no es realismo mágico ni por error. El abogado, personaje principal y quien se convierte en el narrador intradiegético, es ateo, pragmático y fanfarrón. Para que sea realismo mágico por lo menos debe de haber cierta referencia a la santería, espíritus y fantasmas, predestinación, milagros, y por supuesto, magia. Y de novela negra, ni el color.

Quizá el único defecto es que la historia de la señora no conecta bien con la del abogado, y no podemos dejar de sentir que existen dos libros unidos a la fuerza, como que uno hubiese estado escrito desde hace algún tiempo y el otro, al ser tan corto, se empalmó como se pudo. Porque ambas historias funcionan muy bien una de la otra, y si se dividen y se liman ciertas aristas, pueden funcionar de forma independiente. El abogado no aporta nada a la señora y viceversa.
«La luz de la inteligencia me hace ser muy comedido.»
El abogado y la señora no se trata de una obra que apunte a convertirse en un clásico nacional, lo dudo bastante; pero si es una recomendación que vale la pena. Si buscas un relato ameno con el cual pasar la tarde, este es perfecto.

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