jueves, 23 de abril de 2020

LA HISTORIA DEL LOCO de John Katzenbach


«Francis Xavier Petrel llegó llorando al Hospital Estatal Western en una ambulancia. Llovía con intensidad, anochecía deprisa, y tenía los brazos y las piernas atados. Con sólo veintiún años, estaba más asustado de lo que había estado en su corta y hasta entonces relativamente monótona vida...»
John Katzenbach era un periodista que se convirtió en escritor, como ha sido el caso de muchos otros autores, verbigracia John Connolly, Ernest Hemingway, Arturo Pérez-Reverte, Francisco Pérez de Antón, etcétera. Katzenbach trabajó en un pequeño periódico de New Jersey previo a dar un salto con el Miami Herald. Cubría principalmente casos judiciales. Dar el paso al mundo de las letras resulta hasta una obligación cuando se ha estado expuesto a muchas historias, puesto que no todo puede ser contado en las quinientas, mil o el número que sea de palabras permitidas para un artículo o reportaje. Existen casos perturbadores o muy herméticos que pueden atormentar al escritor. Los editores de prensa también tienden a poner un alto a aquello que pueda ser polémico o complicado de manejar. Esa exposición a historias es un recurso valioso y en suma importante. La realidad siempre supera a la ficción y la originalidad consiste en encontrar una voz narrativa para contar una ficción que podría encajar en cualquier realidad.

He leído varias novelas de Katzenbach, pero indudablemente El psicoanalista es lo mejor que posee, es su obra notable, su carta de presentación. Una novela con más giros que un tornillo que en ningún momento se siente forzada. Al principio creí que era su primera obra, pero resultó que era la novena. La primera fue Al calor del verano que aun la tengo entre mis pendientes. Si después de diez años de haber leído un libro aún somos capaces de recordar toda la trama, los personajes y algunas buenas escenas, significa que el libro nos entretuvo, que fue fascinante. Si no recordamos demasiado, tal vez la historia sea un tanto estándar o mediocre. La historia del loco es la décima novela de Katzenbach y habiendo dejado una vara tan alta con El psicoanalista, las expectativas también han subido. La sinopsis es la siguiente:
«Su familia lo recluyó en el psiquiátrico tras una conducta imprevisible. Pero un reencuentro en los terrenos de la clausurada institución remueve algo profundo en su mente agitada: unos recuerdos sombríos sobre los truculentos hechos que condujeron al cierre del W. S. Hospital, y el asesinato sin resolver de una joven enfermera, cuyo cadáver mutilado fue encontrado una noche después del cierre de las luces. La policía sospechó de un paciente, pero sólo ahora, con la reaparición del asesino, se conocerá la respuesta.»
El autor no busca descubrir nuevos recursos narrativos en La historia del loco. A las pocas páginas nos damos cuenta de que es el estilo de Katzenbach y que seguirá el estándar de un thriller, pero cargado de varios elementos propios de la novela negra. Nos encontramos con tensas introspecciones y decisiones propias del terror psicológico, después de todo la historia se desarrolla en un centro de reclusión para enfermos mentales y era necesario que hubiera esos ingredientes para darle la profundidad deseada a sus personajes. Esto aparentemente debió haber sido positivo, aunque pudo haberse esforzado más, al menos en el personaje central que a veces se siente como un simple testigo de los acontecimientos, ni los provoca y a veces ni reacciona.

En la parte narrativa no tengo demasiado que ahondar en un libro cuyo fin es el entretenimiento. Hay unas partes escritas en primera persona por el personaje principal, el loco esquizofrénico, aunque son muy reducidas de apenas unos cuantos párrafos. La mayor parte de la novela es lineal. Todas las descripciones e incidentes están narrados en tercera persona. En un inicio la novela engancha bien y es fácil de seguir, pero en la medida que se desarrolla se empieza a sentir fatiga, desgaste. Como lector pasaban páginas y páginas en las que no pasaba nada y que nunca terminó realmente de pasar algo que impresionara o calcara lo suficiente como para elevarla a la altura de su predecesora. La historia del loco carece de esos giros que se hubiesen aplaudido.
«Nadie se cree lo que decimos. Pero si lo escribes, eso le dará, no sé, cierto fundamento. Lo volverá real.»
Si buscáis un entretenimiento sin demasiadas pretensiones y sin tomarse demasiado en serio una historia, esta novela es una opción plausible para una tarde. Mientras uno está leyendo es difícil reparar en los agujeros de la trama y sinsentidos que abundan al concluir el epílogo. Si todo se hubiese centrado en Francis Petrel, convirtiéndolo en el narrador, su visión, relato y perspectiva hubieran sido lo único que el lector tuviera para sacar sus conjeturas. El ritmo probablemente se hubiera interrumpido para beneficiar a una obra mucho más densa e interesante, un psicothriller. Hubiese sido fantástico que el lector no supiese que es real y que es producto de las alucinaciones. Meterse en la cabeza del esquizofrénico hubiera proveído a la historia de sentido además de haberle hecho honor a su título La historia del loco

Katzenbach le apostó a la ortodoxia y nos da una novela pulcra con visos de novela negra, con pocos sobresaltos, sin arriesgar demasiado.
«Una pesadilla es algo de lo que puedes despertar. Pero los pensamientos y las ideas que permanecen después de que tus terrores hayan desaparecido son algo bastante peor.»

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