jueves, 18 de marzo de 2021

UN MAR VIOLETA OSCURO de Ayanta Barilli


«Tiene cara de sueño y una suave sonrisa. El amor es una muesca en el corazón, pienso al verle. Un dolor incurable en el alma, aunque te hayan hecho feliz. O precisamente por ello. Los niños que se han hecho mayores, los padres que se han hecho viejos o que han muerto, los seres queridos que ya no son lo que eran. Todos ellos acarician por la noche mi espalda desnuda, tañen las campanas, interrumpen mi sueño, me obligan a levantarme medio sonámbula para escribir y retratarlos desde aquella instantánea que quedó impresa en el fogonazo de la memoria. Ese es mi álbum de fotografías.»

Ayanta Barilli es una actriz y locutora de ascendencia española por parte de padre e italiana por la madre. Desde 1987 ha actuado en al menos ocho películas, seis series de televisión y varias obras de teatro, la mayoría de estas han sido producciones españolas, además ha colaborado regularmente con artículos de arte y cultura para diversos periódicos y su voz es más conocida por la conducción de programas en radios españolas. En 2005 incursionó en el mundo editorial publicando su primer libro Un año de amor, el cual era una recopilación de cartas emitidas en su programa radiofónico. En 2018 ganó notoriedad como escritora cuando su tercera, y hasta el momento última obra publicada, Un mar violeta oscuro fue elegida finalista del Premio Planeta.

Después del Nobel de Literatura, El Premio Planeta es el mayor reconocimiento al que un escritor de habla hispana puede aspirar, al menos en lo que concierne a la dotación económica. El premio se otorga sobre una obra inédita y no por la trayectoria del escritor, que permanece anónimo, por lo que, aunque no es garantía, siempre podemos encontrarnos con muy buenos libros. Es importante recordar que la llamada calidad literaria es un criterio que puede estar fuertemente influido por las corrientes de pensamiento de momentos o períodos específicos. Jurados diferentes tendrán decisiones distintas. En 2018 Santiago Posteguillo consiguió este reconocimiento con su monumental novela histórica Yo, Julia, quedando como finalista Un mar violeta oscuro, una obra mucho más íntima y personal que es difícil de catalogar como una novela per se. He aquí la sinopsis. 

«Una maldición recorre las vidas de Elvira, Ángela y Caterina: elegir a hombres que no las supieron amar. Elvira se casó con Evaristo, un demonio que sembró el miedo y la locura. Su hija Ángela renunció a sí misma por un marido ausente, siempre en los brazos de otras, incapaz de ocuparse ni de ella ni de sus hijas. Y la indómita Caterina, tercera de la saga, acabó enamorada de otro ser diabólico, sin tener conciencia del peligro que corría. Solo Ayanta, última descendiente, se enfrentará a su herencia transitando el camino de los recuerdos y de la verdad.»

Ayanta Barilli no es una escritora prolífera, si analizamos los únicos tres libros publicados notaremos que el primero es una colección nacida de su profesión de locución; el segundo, una colaboración con Fernando Sánchez Dragó, un escritor español con una gran trayectoria literaria y periodística; y el tercero, una historia familiar novelada donde la realidad y la ficción convergen en un hilo jamás definido donde la propia autora asegura que al menos el 50% de su obra es ficción. Como lectores notamos que esa mitad es en buena parte detalles y matices, porque el eje central, la médula y la trama, son las historias de la madre, abuela y bisabuela de la autora quien incluso termina involucrándose en el relato, algo parecido a la autoficción. Personalmente considero que lo relatado en Un mar violeta oscuro es real y que las declaraciones de la autora son una forma de protección, algo parecido a lo que hizo Isabel Allende con la Casa de los espíritus, que contó la historia familiar con nombres cambiados y con algunas cosas levemente diferentes a favor de la trama y de los personajes, pero Ayanta ni siquiera cambió los nombres, excepto en una persona. En las páginas escritas por Ayata Barilli no hay realismo mágico, ni magia, solo realismo.

La historia de las cuatro mujeres en línea directa que conforman el relato responde a la realidad y opresión de sus propias épocas, excepto que se suman varias circunstancias que acentúan la vida en dolor y que rallan la tragedia. Ayanta Barilli, como autora y personaje, es la que cuenta la historia de forma no lineal; sin embargo, la obra es polifónica y también contiene notas del diario de Ángela, la abuela, cartas que se cruzaron Caterina y Fernando, los padres de Ayanta, cartas de Ayanta, versos de Caterina y fragmentos de otros documentos más antiguos que atestiguan a Evarista, la bisabuela. La aparición de esta colección de voces, pensamientos y semblanzas, da pie al surgimiento del narrador omnisciente que sirve como recurso que amalgama todas las ideas y termina dándole forma y coherencia.

La escritura de este libro llega por momentos a parecer una necesidad terapéutica para la autora: una bisabuela con depresión que fue encerrada en un manicomio no por locura o discapacidad, sino por repudio de un marido que solo quería una excusa para deshacerse de ella; una abuela con un trauma infantil por ser privada a muy corta edad de su progenitora y sufrir abuso en casa de su padre; una madre con un espíritu libre, alma de artista y muchos sueños que languidece en sus relaciones y termina perdiendo la vida siendo joven debido a una enfermedad terminal y Ayanta, que vive a la sombra de la pérdida irremediable de su madre cuando era niña y a la merced de los fantasmas de la soledad, decepción y enfermedad, comunes denominadores de las mujeres de su familia.

La estructura elegida para contar la historia puede parecernos al inicio caótica y que demande una mayor concentración para ubicarnos en cada línea de tiempo; pero una vez superado esto las historias atrapan al tiempo que conmueven. La ascendencia de Ayanta que surge como una víctima ineludible de su condición de mujer, evoluciona en cada generación en la que, pese a las circunstancias adversas termina, si no superando los obstáculos, al menos sobreponiéndose a estos. No es que la novela sea muy explícita en su mensaje o tema, pero a pesar de los marcos de sufrimiento y las relaciones interrumpidas de madres e hijas, encontramos un sentimiento de emancipación que marca el desarrollo no de los personajes por sí mismos, sino a nivel generacional.

Aunque no lo menciona directamente, Un mar violeta oscuro toma su nombre del conjunto de cartas, diarios, postales, poemas, relatos, expedientes y una serie de escritos, algunos muy antiguos, que llegaron a sus manos tras la muerte de su abuela. En ellos estaba la historia de las mujeres que la precedieron. El papel con el transcurso del tiempo se torna amarillento, tiende a ese color sepia que evoca pasado y recuerdos, así mismo, la tinta, especialmente la tinta china, sea esta de color negro o azul, tenderá a buscar un tono violáceo. Un mar violeta oscuro es toda esa tinta que durante lustros, décadas, casi un siglo, silenciosamente registró los pensamientos, sentimientos, anécdotas e historias de cuatro mujeres valientes.

Para finalizar, algunos extractos que fui recolectando en la lectura que vale la pena rescatar y volver a leer.

«Nada muestra con mayor claridad lo que somos que la primera infancia. Ni hay nada más oscuro que la larga, inacabable, insufrible, agotadora adolescencia.»

«Y lo imposible es ganar la guerra aunque estemos heridos. Porque ¿a quién no le han disparado en el pecho justo al comienzo de una ilusión?»

«La verdadera muerte acontece cuando el recuerdo emocionado se diluye hasta desaparecer.»

«Lo bueno de las infancias difíciles es que lo que ha de llegar después apenas será un juego de niños.»

«No hay mayor epopeya que la niñez.»

«Todo a nuestro alrededor se convierte en polvo y barro, aunque creamos, aunque nos obstinemos en creer que algo de nosotros permanecerá.»

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