«Ahora no entiendes a qué me refiero, pero algún día lo comprenderás. Creo que el único secreto que tiene la amistad es dar con personas que sean mejores que tú, no más listas ni más populares sino más buenas, más generosas y más compasivas, y valorarlas por lo que pueden enseñarte, escucharlas cuando te dicen algo sobre ti, por malo (o bueno) que sea, y confiar en ellas, que es lo más difícil de todo, pero también lo mejor.»
Hanya Yanagihara es una escritora y editora estadounidense conocida internacionalmente por su obra Tan poca vida, publicada en 2015, con la cual no solamente obtuvo elogios de la crítica, sino que se convirtió en un fenómeno de ventas que superó por mucho las expectativas de la editorial y que no tardó demasiado en ser traducida a varios idiomas y darle la vuelta al mundo ganando muchos lectores en el proceso, esto pese a la extensión de la novela, complejidad de su contenido y corte literario, elementos que en su conjunto es poco frecuente observarlos en un bestseller.
La expectativa que tenía al empezar esta novela de Yanagihara era bastante alta. Había sido finalista en la categoría de ficción del Premio Nacional del Libro, que es uno de los premios literarios más prestigiosos de Estados Unidos donde han sido galardonadas obras como El color púrpura de Alice Walker, Ruido de fondo de Don DeLillo, Todos los hermosos caballos de Cormac McCarthy, por mencionar algunos. En 2015 la obra ganadora fue Fortune Smiles de Adam Johnson, que todavía no ha sido traducida al español y también fueron finalistas, aparte de la obra de Yanagihara, Refund: Stories de Karen E. Bender, The Turner House de Angela Flournoy y Fates and Furies de Lauren Groft. Después de los años, solo una de estas obras se impuso ante las demás, tanto ante la crítica como de los lectores y fue Tan poca vida. La obra de Yanagihara también fue nominada al Man Booker Prize, al Women’s Prize, a la Medalla por la Excelencia Andrew Carnagie y al Premio Internacional Literario de Dublín. El único premio que ganó Tan poca vida fue el de la revista Kirkus, que es un reconocimiento bastante reciente, data apenas del 2014. Kirkus es una revista estadounidense especializada en reseñas de libros y ha otorgado su premio a escritores como Colson Whitehead, dos veces ganador del Pulitzer, y Susan C. Faludi, también ganadora del Pulitzer. Sin duda, las expectativas por Tan poca vida no podían ser más altas y como caso extraño, las superó todas. La sinopsis de la novela, al menos la que se menciona en su contraportada, es la siguiente:
«Qué precio tiene la vida y cuándo deja de tener valor. Esta historia recorre más de tres décadas de amistad en la vida de cuatro hombres que crecen juntos en Manhattan. Cuatro hombres que tienen que sobrevivir al fracaso y al éxito y que, a lo largo de los años, aprenden a sobreponerse a las crisis económicas, sociales y emocionales. Cuatro hombres que comparten una idea muy peculiar de la intimidad, una manera de estar juntos hecha de pocas palabras y muchos gestos. Cuatro hombres cuya relación la autora utiliza para realizar una minuciosa indagación de los límites de la naturaleza humana.»
Con esa sinopsis se dice tan poca cosa que la novela puede tirar para cualquier dirección. Y será mejor que la esboce un poco mejor. El protagonista de la novela es Jude St. Francis, un inteligente abogado neoyorquino con un oscuro pasado tan inquietante como oculto y un presente emocional sumamente vulnerable que pone a prueba su futuro haciendo de cada decisión personal una crisis. Le acompañan sus mejores amigos: Willem Ragnarsson, un actor que no tardará en alcanzar la fama por sus películas; Malcolm Irvine, un sobresaliente arquitecto proveniente de una familia acomodada; y Jean-Baptiste «JB» Marion, un artista aclamado por sus pinturas en las que resalta el realismo y la cotidianeidad. Estos cuatro amigos se conocieron entre los 16 y 18 años cuando compartieron habitación para iniciar sus estudios universitarios y aunque sus caminos terminaron por separarse en lo profesional, mantendrán una estrecha relación casi fraternal en el arco que ocupa la novela, alrededor de tres décadas. Otros personajes recurrentes e importantes en el relato son Harold Stein, profesor y mentor de Jude, y Andy Contractor, médico personal de Jude. Obviamente en una novela de la extensión de Tan poca vida hay muchos más personajes, pero citarlos a todos sería complicado y probablemente revelaría demasiado de la trama y si tengo que ser franco, ese descubrimiento de la trama es la esencia de la novela, lo que nos mantiene absortos página tras página.
Inicialmente Hanya Yanagihara va a por la historia de tres de los amigos: Malcolm, JB y Willem, profundiza en su procedencia, sus familias, sus gustos, inseguridades, sueños y anhelos. En esta parte de la novela no sabemos hacia donde vamos realmente y pueda que decaiga un tanto el interés. Lo que nos mantiene en la lectura es que cualquiera de estas tres historias podría detonar otra, pero es cuando Hanya Yanagihara pone el foco en Jude que la novela empieza firme y con garbo. Jude es un personaje que sobrepasa, y con creces, la palabra complejidad. Hay momentos en que empezamos a odiar a Jude por algunas de sus actitudes o palabras, pero luego la autora nos cuenta algo de su pasado y de sus sentimientos más íntimos y ese breve desprecio se convierte en consternación; luego otra vez Jude nos fastidia y es cuando otra cápsula de su pasado nos cae en la consciencia. Simplemente no podemos mantener el enojo o molestia con Jude, aunque eso tampoco signifique justificar sus acciones o validar sus decisiones. Su historia es tan densa que por momentos asfixia y nos lleva a detenernos para poder digerir toda esa podredumbre, crueldad y perversión, que no es precisamente de ficción, ya que regularmente vemos, oímos o leemos de noticias similares, casos reales en los que nunca imaginamos como es que las víctimas enfrentan la vida con tal carga y es que no es lo mismo vivir que sobrevivir, este último concepto implica una muerte parcial e irrecuperable del espíritu.
La novela aborda muchos temas, el más evidente es el trauma, del cual se desprende también la recuperación, la depresión y la adicción. Tampoco puedo dejar por un lado la perversión en todas sus formas de violencia sexual que, por su crudeza, me reservo de hacer más comentarios. No obstante, la novela gira en torno a la amistad y los frutos de esta. Los amigos podrán discutir, exaltarse o no estar de acuerdo, pero siempre estarán allí para ayudar y tender un lazo más fuerte que el que ata a una familia por alguien que no lleva su sangre. Los amigos son el contrapeso, los ángeles que ayudan al protagonista a lidiar con sus demonios, a los que la autora frecuentemente llama hienas.
La obra de Hanya Yanagihara exige del lector alguna madurez. Retrata un segmento de la sociedad norteamericana más desarrollado, la clase media alta neoyorquina, donde la homosexualidad, el matrimonio igualitario, las relaciones interraciales, el aborto, la adopción y otros temas tildados como tabúes, son hecho y derecho de la libertad de cada individuo que es el único responsable de procurarse su propia felicidad. El contenido ético y la moralidad se encuentra en la dirección que discrimina, menosprecia o violenta la vida de una persona, disminuyéndola, aislándola o acotándola.
El lenguaje utilizado por Hanya Yanagihara es bastante accesible y no supone ninguna dificultad para el lector, lo que a su vez contribuye a la fluidez de la obra. Esa sencillez del lenguaje no es simplicidad, porque a Hanya Yanagihara se apoya en varias figuras retóricas y herramientas discursivas y literarias para sostener y mantener el relato con tal transparencia que pasamos desapercibida la calidad, pues no necesitamos que nos la recalque. La voz narrativa es la tercera persona en al menos cuatro quintas partes de la novela; y el resto es una narración en segunda persona de la voz de Harold Stein. Existen al menos tres hilos narrativos importantes: el primero discurre en el presente y pasado inmediato, el segundo transcurre específicamente en el pasado de Jude y el tercero se ubica en un punto en el futuro que retoma la nostalgia y la memoria.
«Tan poca vida» son tres palabras que solo se mencionan una vez durante la obra y en un contexto terrible. No obstante, mi interpretación del título es que sobrevivir deja al individuo con tan poca vida que es difícil considerarse vivo y disfrutar, celebrar, ese simple hecho. Ciertamente en un inicio llegué a pensar que la novela se titulaba así por la fragilidad de la vida humana y su escasa extensión, algunas muertes prematuras y trágicas en el relato podrían apuntar hacia allí. Pero la novela trata sobre Jude, un hombre con el alma rota y tan fragmentada que aun en los momentos de más felicidad hay sombras que eclipsan la luz, su existencia llanamente tiene tan poca vida.
No todo en la novela es perfecto. No queda muy claro cómo es que los amigos alcanzan el éxito en los ámbitos profesionales y en el caso de Jude es más difícil aún porque una persona de sus características difícilmente la veríamos como socio director de una firma que representa a grandes farmacéuticas, ciertamente se requiere además de la inteligencia y vocación, carisma, liderazgo y carácter; aunque tampoco niego que la autora intentó cubrir este agujero aduciendo que Jude era otra persona cuando se ponía el traje de litigante y que impresionaba con sus argumentos y dominio de los casos, temas y leyes. De cualquier manera, es un detalle menor de la historia que no tiene por prioridad las profesiones de sus personajes sino la vida y las relaciones de estos.
Una obra muy recomendable a la que el tiempo le ha dado el lugar que merece. Ha sido la novela finalista y nominada que terminará de hacer por las ganadoras una mera referencia al pie de sus páginas. Para finalizar, algunas líneas que merecen la pena volver a leerse y releerse.
«No dejes que este silencio se convierta en un hábito.»
«La vida en sí misma es el axioma del conjunto vacío. Empieza en cero y termina en cero.»
«Siempre era más fácil creer lo que uno ya pensaba que intentar cambiar de parecer.»
«No se visita a los seres perdidos, sino a los que buscan a los seres perdidos.»
«Las peores posibilidades involucran a otras personas. Las mejores también.»
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