«Todos vivimos en dos mundos. Está el mundo real, con todos sus hechos y reglas, una lata. En el mundo real hay cosas que son verdad y otras que no lo son. La mayor parte del tiempo el mundo real es un asco. Pero todos vivimos también en el mundo que tenemos en la cabeza. Un paisaje interior, un mundo hecho de pensamientos (en un paisaje interior) cada idea es un hecho. Las emociones son tan reales como la gravedad. Lo sueños son tan poderosos como la historia. Las personas creativas, los escritores como Henry Rollins, por ejemplo pasan mucho tiempo en su mundo de pensamientos. Los muy creativos, sin embargo, pueden usar un cuchillo para cortar las costuras que unen los dos mundos, pueden juntarlos.»
Joe Hill fue un músico, obrero y sindicalista de origen sueco que fue ejecutado en 1915 en Salt Lake City, Estados Unidos. Su vida y principalmente los acontecimientos relacionados a su captura y juicio crearon polémica y condujeron a una especie de leyenda urbana que continuó en canciones y que finalmente en 1971 se convirtió en una película. Joseph Hilltrom King, hijo de Stephen King, inspirado en esta figura histórica y deseoso de hacer una carrera como escritor por mérito propio, en 1997 tomó el nombre «Joe Hill» como pseudónimo para sus publicaciones. No fue hasta una década después que desveló su identidad real, aunque conservó el nombre, pues también era una forma de acotación del suyo.
Joe Hill es un autor que desde el inicio recibió varios elogios y buenas críticas por sus escritos, los cuales se convirtieron en bestsellers en poco tiempo a pesar de que era un autor novel en las librerías. A Joe Hill se le refiere como un aire fresco en la narrativa de terror, fantasía oscura y misterio, logrando varios reconocimientos, entre ellos el Premio Bram Stoker a primera novela por El traje del muerto, certamen de premios de la Asociación de Escritores de Horror (HWA, Horror Writers Association) donde también ha estado nominado a mejor novela por Tiempo extraño, Cuernos y NOS4A2. En 2017 Joe Hill obtuvo el Premio Locus a la mejor novela de terror por Fuego.
Con anterioridad a NOS4A2 había leído hace varios años Cuernos, su obra más importante y publicada en 2010 que contenía una historia simple en su ejecución, compleja en su interpretación y matices, donde los tintes kafkianos y el trasfondo surreal enriquecían la lectura con una calidad literaria que salía del convencionalismo impuesto por las categorías y los subgéneros. Cuernos fue llevada a la gran pantalla en 2014, donde era destacable la interpretación de Daniel Radcliffe (Harry Potter) como Ignatius «Ig» Perrish, aunque lamentablemente la dirección no fue la mejor y no se pudo obtener mejor provecho de aquella propuesta. NOS4A2, pronunciada como Nosferatu, fue la siguiente y tercera novela de Joe Hill. Tenía como ventaja que ya contaba con el camino de fama recorrido por el autor, lo que llevó pronto a la adaptación ya no en una película, sino en una serie por la cadena AMC, pero esta ventaja también se convirtió en una debilidad a la postre, porque las expectativas solo podían ser mayores.
Probablemente Cuernos haya dejado la vara muy alta o quizá la recuerde de manera muy distinta. Lo cierto es que las expectativas con NOS4A2 para mí eran particularmente altas, muy altas, y entre lo imaginado y lo leído encontré una narración de la cual podría haberse rescatado mucho. He aquí la sinopsis:
«Victoria McQueen tiene un don especial para encontrar cosas: una pulsera extraviada, una fotografía perdida, las respuestas a preguntas incontestables. Con su bicicleta puede atravesar un mágico puente que, en cuestión de momentos, la lleva adonde necesita ir, ya sea al otro lado de Massachusetts o al otro lado del país. Charles Talent Manx también tiene su propio don: sabe manejar a los niños. Los lleva a dar un paseo en su Rolls-Royce de 1938 con la matrícula NOS4A2 (Nosferatu). Con su viejo coche puede salir sin problemas del mundo cotidiano hacia las carreteras ocultas que los transportarán al asombroso —y terrorífico— paraíso de la diversión que él llama Christmasland.»
Ser el hijo de Stephen King no ha de ser nada fácil para Joe Hill, puesto que la sombra de su padre es demasiado grande como para poder escapar de ella. Cuernos me pareció que había sido una buena propuesta que no encajaba con el canon tradicional y que podría orientar la escritura de Joe Hill en una dirección distinta. Desafortunadamente NOS4A2 fue un giro de tuerca que nadie anticipó y acabó por definir el estilo de Joe Hill como una continuación de la obra de su padre. De hecho, en la novela encontramos referencias de la prisión Shawshank, al mítico poblado de Maine, a Pennywise, por mencionar algunas, lo que nos hace confirmar que las historias de Joe Hill transcurren en el mismo universo literario, lo cual en sí mismo no es malo, pues se apalanca en una fórmula que ha resultado, pero por otro lado queda el estigma de que los conceptos originales suelen ser cuasi sagrados para los puristas y con el tiempo tienden por regla general a ser rechazados, por ejemplo, la obra de Lovecraft, la cual fue ampliada por algunos escritores, amigos de este o pertenecientes a su círculo del horror cósmico, mas para los lovecraftianos solo hay un Cthulhu y es el creado por Lovecraft.
NOS4A2 es una historia que a priori parece interesante, la de un hombre misterioso y de edad indefinida que va secuestrando niños por el camino para llevarlos a Christmasland, un lugar feliz donde todos los días es Navidad. Es como la versión de Pennywise de Joe Hill, puesto que faltaba poco para decirle a los niños que todos flotaban adentro. Por el título, NOS4A2, es fácil asumir que el hombre misterioso es un vampiro, que de cierta manera podríamos estirar la definición hasta hacerla encajar, incluso tiene su propio Reinfield, solo que en lugar de sangre se alimenta de conceptos abstractos, las emociones; aunque realmente todo escapa a la tradición reinventando un monstruo con lugares tenebrosos y brechas desde el pensamiento, existe una exploración de ideas y conceptos que, pese a la extensión del libro, nunca quedan del todo claros.
Es difícil comparar a Joe Hill con Stephen King y tampoco lo considero apropiado, pero fue el propio Hill quien buscó emular a su padre con NOS4A2 y podemos afirmar con mucha soltura que existe una distancia que los separa, incluso de las primeras obras de King que rebozaban de una complejidad en la psique de los personajes y es aquí donde precisamente Joe Hill enfrenta la mayor dificultad al mismo tiempo que debilidad. Sus personajes no son verosímiles. Desde los protagonistas hasta los secundarios, les falta carisma y profundidad. No son capaces de sostener toda la historia sobre sus hombros y muchas de sus acciones y decisiones se sienten caprichosas y forzadas. Dado que los personajes son acartonados, también notamos un fallo en los diálogos que van de lo pobre a lo cursi.
Respecto al horror puedo con mucha soltura decir que NOS4A2 es una propuesta de terror descafeinada. Existen algunos momentos, muy pocos en verdad, en que Joe Hill nos muestra una escena fuerte y que lamentamos que no se haya atrevido a más, como cuando Charlie Manx prende fuego a un joven soldado o cuando el Roll-Royce secuestra a su restaurador. NOS4A2 en términos generales es como una montaña rusa que tiene muchos altibajos pero que nunca deja de sentirse segura por más que su autor fuerce la trama para hacernos creer lo contrario.
Las historias de terror no es que tengan que ser coherentes, de hecho, el misterio o aspectos indescifrables deben ser la norma porque en lo paranormal no existe razón. Joe Hill tenía en sus manos una excelente propuesta con buenas cartas en sus manos, pero decidió ser desprolijo, mesurado y complaciente y termina entregándonos una historia que si bien es cierto es entretenida y tiene su gracia, nos hace sentir que pudo haber sido mejor. NOS4A2 no es tan oscura como cabría imaginarse, incluso su villano no es especialmente el demonio que esperábamos. Toda la crudeza visceral quedó contenida y poco hizo falta para catalogarla como novela juvenil.
NOS4A2 es una novela que tiene sus momentos creativos, cuya narrativa particularmente no es difícil de seguir. Está bien como un libro de entretención, para pasar el rato y hacer el intento de explorar por cuenta propia la realidad y los pensamientos.
He aquí uno de esos casos en donde creo que la serie es mejor que el libro, de hecho leí el libro motivado por la serie en donde considero que el guionista percibió también ciertas debilidades del manuscrito original y lo reformo, en la serie siento que sus personajes son más creíbles como en el caso de Victoria que es una adolescente que vive los problemas de la separación de sus padres, el amor de adolescentes, drogas, alcohol, la verdadera amistad, y una serie de situaciones que llevan a Vic (Victoria) a vivir una pesadilla en su época de adolescente, la cual se complica aún más cuando descubre el portal, aquí no conduce una bicicleta, aquí es la típica chica rebelde que se conduce en una motocicleta, y eso ya empodera mucho más al personaje y genera cierta identificación con los lectores. El mismo villano Charles Manx, adquiere un tono más siniestro en su personaje, es elegante, carismático, pero al mismo tiempo cruel y perverso, viviendo una doble vida, o como muchos una doble moral, en la serie se nos muestra una historia de sus inicios totalmente diferente a la del libro. Las criticas con respecto a esta obra recuerdo estaban divididas ya que muchos lectores de culto aun consideraban esta obra como algo muy rescatable que a muchos gusto por su creatividad. Sin embargo no todo es color de rosa y hay que apuntar que para mucho y en lo personal la obra se va diluyendo poco a poco conforme se acerca el final, algo que para muchos lectores (y me incluyo) no es muy agradable ya que el final no será de impacto sino más bien una tragedia anunciada. Las obras anteriores de Joe Hill como "Cuernos" o bien "El traje del muerto", recibieron buenas criticas, pero muchos pensaron que NOS4A2 seria la guinda en el pastel, pero creo que apenas y llego al glaseado del mismo, y después de leer "fuego", creo que por el momento hasta ahí llegaremos con el autor, hasta que aparezca algo que atrape nuestra atención.
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