viernes, 30 de septiembre de 2022

LOS DOMINIOS DEL LOBO de Javier Marías

«–No te creo –respondió Susan–. Sé muy bien cuándo una persona está triste y sé que tú lo estás. Si no quieres contármelo yo no voy a insistir, pero creo que siempre es mejor compartir con alguien un problema. Se siente uno mejor.

»–No estoy de acuerdo –dijo Arthur. Cuando cuentas algo sabes que en realidad a la otra persona le da igual, que te escucha por cortesía, pero nada más. Al final le da lo mismo. La gente va a lo suyo y lo de los demás le trae sin cuidado.»

Javier Marías fue un escritor español que recientemente falleció por una complicación de neumonía relacionada por el COVID-19. Muchos consideraron a Javier Marías como el mejor escritor de estos tiempos y es bastante probable que en unas cuántas décadas podamos leer su nombre entre los infortunados que solamente fueron nominados al Nobel, así como una vez vimos que estuvieron Tolkien, Borges, Tolstoi y Nabokov, de los más grandes escritores del siglo XX, pero como dijo Manuel Vilas, el problema es del Nobel y no de la Literatura con mayúsculas. También Arturo Pérez-Reverte consternado dijo que el hecho de que Javier Marías haya muerto sin el premio Nobel le quita mucha categoría al premio Nobel. No puedo más que estar de acuerdo. Una sola novela de Javier Marías es literariamente mejor y tiene más profundidad emocional que cualquiera de las obras de todos los Nobeles de Literatura de los últimos diez años.

Es muy interesante ver y escuchar las entrevistas a Javier Marías. En su modestia nunca se consideró un escritor en el sentido estricto y a lo máximo que aspiraba era a ser una nota del traductor. Sin embargo, sus logros, reconocimientos y premios no fueron pocos y si no fuera por la segadora mano de la muerte, hubiera conseguido muchos más, probablemente hasta el esquivo Nobel. Tenía 70 años cuando murió, estaba a unos cuantos días de su cumpleaños 71, a Vargas Llosa le dieron el Nobel a los 74, por lo que quizá su momento no estaba tan lejos, aunque esos «quizás» muchas veces no son más que trampas que la mente juega donde es la imaginación la que le gana la partida a la realidad.

Los dominios del lobo fue la primera novela de Javier Marías, la cual publicó en 1971 cuando contaba con 19 años. Si a ello sumamos que esta obra la empezó a escribir cuando tenía 17, que rompe con la tradición narrativa española, que tiene una propuesta vanguardista en su estructura y que la editorial que le abrió las puertas fue Edhasa, francamente nos encontramos con una sorpresa de las buenas. Ese conjunto de imposibilidades parece propio del mundo creado por Lewis Carroll, pero lo vivió Javier Marías. 

Hasta 1971 las novelas y escritos españoles tenían que ver con España. Los movimientos literarios españoles apuntalaban al realismo crudo y duro a veces con una abierta inclinación antifranquista, antimonárquica o prorrepublicana cuando no con algunos guiños socialistas, y en otras de formas menos directas retrataban las consecuencias y la situación en general española. Un joven Javier Marías dijo estar cansado de lo mismo y decidió ambientar su novela en los Estados Unidos de los años veinte y treinta. Esto lo hizo mientras se encontraba en Francia más de vago que de oficioso. El enamoramiento provocado por el cine de Hollywood fue lo que lo terminó de convencer e inspirar en las letras. Javier Marías creía en la emulación, esa capacidad no precisamente de copiar, sino de imitar historias ya conocidas, pero mejor y hacia ello volcó sus esfuerzos.

Esa pasión por el cine de gánster y cine negro es lo que retrata en Los dominios del lobo, sin que esta novela trate de cine precisamente. Francamente cuando tomé la novela en mis manos esperaba encontrar algo más orientado a una literatura juvenil, después de todos Javier Marías en aquel entonces todavía era un imberbe, pero para mi sorpresa la novela resultó ser una obra literaria en toda regla que demuestra cierto dominio no solo del lenguaje, sino de las herramientas narrativas y elementos retóricos. Existe cierto impulso desiderativo en algunos personajes, sin embargo, en un plano general la obra tiene un grado de madurez que hacen reflexionar al lector con las evidentes inconclusiones.

Si Los dominios del lobo hubiera sido escrita después de 1995, podríamos afirmar que hay una influencia de Tarantino, pero no, todo es anterior a ello y no estoy seguro si alguna vez Tarantino leyó esto de Javier Marías, pero esto cala más con el estilo del cineasta en la forma de contar las historias. Es como Pulp Fiction pero ambientada en los años treinta. Dicho esto, la estructura de la novela no es lineal, hay varias historias y personajes que se entrecruzan en un vaivén en el tiempo. No puedo afirmar siquiera si es que hay un personaje principal, un leitmotiv o hilo conductor, todo se viene pareciendo a una serie de relatos que bien podrían funcionar de forma independiente y es allí donde la novela tiene otra extraña característica, no importa el capítulo que uno elija leer o el orden que el lector le piense dar, da lo mismo. No puedo afirmar que sea una antinovela como Rayuela de Cortázar, el trabajo de Javier Marías no es tan ambicioso, pero tampoco la puedo tildar de una novela en el estándar del concepto. 

Crear una sinopsis es complejo. Este es de esos libros que no pueden ser descritos fiel y honrosamente en una contraportada. Teniendo en cuenta el parecido en el cual cada capítulo es un relato, haré mi mejor esfuerzo en describir a cada uno. El nombre con el que titulo estos capítulos es mío y lo hago aquí por motivos de orden de ideas, que los capítulos originales ni tienen nombre ni número.

  • La desgracia de la familia Taeger: empieza con la muerte de una quería tía de una familia bastante acomodada y con una presencia e influencia social muy preciada. Inmediato la familia sufre la marcha de un hijo que quiere buscar fortuna en la costa oeste, luego otro hijo huye después de estafar a un amigo que acababa de realizar una hazaña, la hija se suicida tras el abandono del novio que no podía soportar las felonías de sus cuñados, el hijo que queda termina un compromiso con una muchacha de bien para irse con una camarera italiana, la madre cae en infidelidad y también termina huyendo, el abuelo comete un crimen y quedando solo el patriarca sigue el camino de todos los que ya no están. Esto ocurre en 1922.
  • El vago y el erudito: esta es la historia de Osgood Perkins y cómo quedó encarcelado por robar neumáticos. En la cárcel conoció a un viejo erudito que se convirtió en su maestro, en su mentor, en su gurú. Salieron de la cárcel y todo iba bien hasta que Osgood se enamoró. Estuvieron en una especie de campamento y conocieron la historia de San Patrick El rural y su tesoro en sólido oro escondido. Esto obsesionó por unos días a Osgood, mientras que su maestro le reprendía por creerse una patraña. Osgood finalmente deja ir el oro, pero se queda con el amor.
  • El pianista estafador: Terrence Barr es un músico a sueldo que viaja de Nueva York a San Francisco para relajarse. Necesitaba de unas vacaciones para poder componer y tocar mejor para un famoso artista. Entre tretas y artimañas, logra que lo contrate un hombre rico para tocar en su yate en donde una serie de circunstancias lo llevarán a estafar una pequeña fortuna a aquel hombre rico y a quienes lo rodean.
  • El sicario: narra la historia de como uno de los hijos de la familia Taeger, Milton, cometió un asesinato a sangre fría e inició una guerra entre gánster italianos y polacos a inicio de la década de los treinta.
  • El billar: Osgood Perkins, expresidiario y recientemente viudo, andaba de vago por los poblados rurales visitando amigos cuando es contratado en un billar debido a su habilidad para ese juego. Era tan bueno que lo forzaban a jugar, y entre engaños, golpes y amenazas, terminaron por llevarlo al límite. La desgracia le perseguía.
  • La huida: Arthur Taegler siendo un actor famoso de cine recibe una nota de su hermano Edward para que lo ayude a escapar. Este había matado accidentalmente a su esposa infiel a quien descubrió en el acto mismo. Arthur y su esposa, también una actriz, deciden ayudar al familiar caído en desgracia para que abandone el país. En el camino se encuentran con una desconocida que al principio es una amenaza, luego una invitada, y finalmente terminará convirtiéndose en una amante.
  • Los asesinatos en el bosque: narra el argumento y principales escenas de una película protagonizada por Arthur Taegles y su esposa Glenda Creeves. Al principio creemos que es otra historia hasta un corte donde entramos inmediatamente a otro relato, al de la realidad. Susan, la amante del relato anterior, termina por ganarse el amor de Arthur y Glenda tiene un triste final.
  • La historia de San Patrick el Rural: se narra el nacimiento de esta leyenda durante el comienzo de la guerra de secesión. Esta historia es contada a través de la perspectiva de un esclavo sureño. Normalmente en las historias contemplamos el trato inhumano y cruel hacia los esclavos. En esta es justo lo contrario, la crueldad y ensañamiento viene de una pandilla de liberados que sienten un llamado mesiánico, pero en realidad no son más que saqueadores. 
  • La reunión: en una cárcel se vuelven a encontrar Perkins y Barr, hacen migas con otros presidiarios para escapar. Perkins se entera de que la historia de San Patrick no era tan inventada y que su mentor que no creía en ello y lo consideraba patrañas terminó convertido en el maestro de otro y buscaron el tesoro de San Patrick, lo encontraron y lo malgastaron.
  • Trabajo sucio: narra el plan de inculpación de asesinato contra la novia de Milton Taegler, el jefe de la mafia. Aquí aparecen investigadores mafiosos y es una suerte de relato negro. Todo sale mal con un final muy shakesperiano. 

Javier Marías expresó que solo se ha sentido libre y suelto en dos novelas y esta es una de ellas. En Los dominios del lobo el escritor fluye con toda la fuerza de su juventud y desbordado talento. Francamente es una obra muy redonda, literalmente muy sólida. No parece escrita por alguien de entre 17 y 18 años, pero esa es la realidad. Con obviedad, si se le compara con las novelas de un Javier Marías consumado en la literatura como Corazón tan blanco o Berta Isla, pues es fácil caer en la trampa, puesto que estas últimas están en un nivel tan alto que sería injusta la comparación. Sin embargo, Los dominios del lobo es superior a la media de aquel entonces, y de estos tiempos.

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