«¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Dejemos al menos flores
Dejemos al menos cantos.»
Cristian Alarcón es un periodista y académico chileno radicado en Argentina. Ha obtenido muchos logros en su profesión, en el que se destacan el Premio Perfil a la libertad de expresión y el Premio Konex-Diploma al Mérito en la categoría Crónicas y Testimonio. También es profesor titular en la Universidad de la Plata en la Facultad de Periodismo y tiene a su cargo la dirección de la Maestría en Periodismo de la Universidad Nacional de San Martín. Entre sus publicaciones literarias se encuentran Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, Un mar de castillos peronistas y Si me querés, quereme transa.
El tercer paraíso es la obra inédita que se abrió camino entre 899 novelas presentadas para ganar el Premio Alfaguara 2022. Entre siete finalistas para la deliberación, la decisión fue por unanimidad. Una vez abierta la plica resultó ser la de Cristian Alarcón. El jurado para ese evento estaba presidido por Fernando Aramburu, un escritor vasco mundialmente conocido por su obra Patria, también le acompañaron en la decisión otros escritores: Olga Merino, autora de La forastera, y Ray Loriga, ganador del Premio Alfaguara en 2017 por su distopia Rendición. El jurado se terminó de completar con Marisol Schulz Manaut, Lata Peinada, Paula Vásquez y Pilar Reyes, editoras y libreras. En El tercer paraíso el jurado destacó «el vigor narrativo de una hermosa novela, con una estructura dual».
El Premio Alfaguara 2021 otorgado a Los abismos de Pilar Quintana ya me había parecido uno de los más flojos, quizá no malo, porque la novela se sostiene bien; pero entre cientos de novelas se me hacía muy difícil concebir que no hubiera otra mejor. Mañana tendremos otros nombres de Patricio Pron y Salvar el fuego de Guillermo Arriaga, quienes ganaron en los años 2019 y 2020 respectivamente, fueron obras tan impresionantes como notables, tan diferentes como provocativas, con historias bien contadas mediante un magistral uso de recursos literarios que terminaron por elevar en demasía las expectativas de los años siguientes. Dicho esto, El tercer paraíso de Cristian Alarcón no es precisamente la obra que esperaba.
Son 25 Premios Alfaguara hasta 2022, no los he leído todos, apenas diez. El peor que me he encontrado es el de 2012, Una misma noche de Leopoldo Brizuela, una novela tan aburrida como intrascendente. En El tercer paraíso me pasó algo muy similar como en Los abismos, me preguntaba como era posible que esta novela haya sobresalido entre cientos. ¿Tan malas eran las otras novelas? ¿De las siete finalistas esta fue la mejor? ¿Es la mejor o la más conveniente?
La novela de Cristian Alarcón es una colección de capítulos cortos con una narración dual que van desde Chile hasta Argentina. En ella el autor, ignoro si en un ejercicio de autoficción (a lo mejor sí), nos relata su pasado, nos describe a sus familiares, nos cuenta sus raíces, mientras se encuentra en un presente asolado por el encierro, un confinamiento derivado de la pandemia del COVID-19 en donde lo mejor que encontró para su salud mental fue cultivar un jardín (y escribir). Los capítulos son bastante cortos, muchos son de apenas una página, y más se parecen a esbozos de prosa poética, porque no lo niego, están bellamente escritos.
El mérito de Cristian Alarcón es que discurre entre el presente y el pasado y ese pasado precisamente funciona como los propios recuerdos, donde imágenes de escenas y mapas de momentos se perfilan como suspiros, como añoranza. La memoria no sigue una trayectoria lineal, no lo puede traer todo como un aluvión de detalles cual si fuera una novela rusa, sino que es mucho más fragmentado, disperso y borroso como si estuviera rodeado de niebla. Lo que brilla en los recuerdos es en todo caso las emociones. Entre las arenas y la niebla que envuelven el arcano pasado, son los sentimientos los que afloran con vívidos colores.
No es que el pasado de Cristian Alarcón, o el personaje de ficción que pretende ser, sea extraordinario. Es la narración y el espejo de nuestro pasado que hace que cualquier historia ordinaria sea excepcional y digna de ser contada porque es vida a fin de cuentas, y la vida de cada uno es digna por derecho propio y cada momento puede convertirse en extraordinario simplemente con infundirle el sentimiento preciso. La vida es risa, es llanto, es ira, es decepción, es desagrado, es miedo, es esperanza, es bella.
El tercer paraíso de Cristian Alarcón es un buen libro, tiene algunos detalles que lo hacen interesante, pero me remito a mis primeras afirmaciones, se me hace muy difícil que esta haya sido la mejor obra. Pienso que en estos concursos es difícil que gane la mejor. Termina por destacarse o elegirse aquellas propuestas en las que por lo menos todos estén de acuerdo en que no les disgusta, algo parecido como sucede con mucha más frecuencia en los premios Oscar, por ejemplo, este año ganó CODA que no era la que tenía la mejor dirección, ni el mejor guion, ni la mejor historia, ni las mejores actuaciones, ni la mejor cinematografía, ni el mejor apartado técnico, pero en su conjunto es la película que a nadie disgustó, la más conveniente para evitar una decisión controversial. Entre las otras seis obras finalistas de este Premio, sin duda terminarán su camino en una publicación, pero difícilmente sabremos quienes son, habrá que estar muy atentos a lo que publique Alfaguara en 2022, eso si los escritores que participaron no tienen un contrato que cumplir con su propia editorial. Al final la mejor siempre se impone en el tiempo.
El tercer paraíso es una obra que no disgusta, es un poema a la vida y al pasado, un ejercicio para valorar esos detalles que la existencia nos da, como las flores cuyo misterio de belleza y lozanía se conjuga con su final marchito y desaparición, como la juventud y la muerte de los propios seres humanos, no tan diferente a todo lo que respira en este mundo.
Esta novela es recomendable para quienes gustan de la prosa poética, porque fuera de ello, únicamente la podría recomendar para quienes buscan hacer una exploración de su propio pasado, encontrando en las palabras de Cristian Alarcón el leitmotiv personal.
«El paraíso no existe porque no lo deseamos.»
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