jueves, 1 de febrero de 2024

HOLLY de Stephen King

«Gran parte del tiempo permanece tan lúcido y atento como siempre. A veces se ve a sí mismo como el pasajero de un avión que vuela a baja altitud por encima de un paisaje nítido. De pronto el avión se adentra en una nube y todo se vuelve gris. Cuando te hacen una pregunta, sonríes y, en lugar de contestar, aparentas sabiduría. Por fin, el avión sale de la nube, el paisaje vuelve a aparecer con nitidez, ¡y tienes toda la información al alcance de los dedos.»

Stephen King es un escritor estadounidense reconocido universalmente como el maestro del horror contemporáneo, pero sus inicios, siendo honestos, fueron bastante modestos. Trabajó como profesor de inglés en una escuela secundaria mientras vivía en una casa rodante; sus ingresos apenas cubrían las facturas. Su debut literario, Carrie, no fue su primera novela en realidad; ya tenía varias que habían sido rechazadas por muchas editoriales. Cuando terminó Carrie, dudó si valía la pena, dejándola en la papelera hasta que su esposa, Tabitha King, la encontró, la leyó y lo alentó a continuar. La envió a varias editoriales hasta que una probó suerte y se sacó la lotería con King. Como dato curioso, además de su exitosa carrera como escritor, King ha participado en la banda The Rock Bottom Remainders con otros autores como ejercicio lúdico, interpretando covers de canciones de rock y pop, ya que King toca la guitarra. En 2015, fue honrado con la National Medal of Arts en una ceremonia en la Casa Blanca, entregada por el entonces presidente Barack Obama. Aunque no ha sido nominado al National Book Award, ha recibido numerosos premios, incluyendo el Bram Stoker y el Hugo, consolidando su impacto en la cultura popular.

Holly es una novela que tiene como protagonista a Holly Gibney, un personaje que empezó como secundario y con el cual Stephen King se ha encariñado a lo largo de sus apariciones. Desde su debut en la trilogía de Bill Hodges hasta convertirse en protagonista, Holly ha capturado la atención del lector por su complejidad. A pesar de enfrentar trastornos obsesivo-compulsivos, sinestesia y ubicarse en algún punto del espectro autista, Holly tiene una mente brillante y aguda. Su valentía y ética, evidentes desde sus primeras apariciones, la transformaron de una asistente tímida en Mr. Mercedes a una detective privada decidida. Su personalidad honesta y sin filtro, inconsciente de su inocencia y memoria tipo savant, la convierten en un personaje memorable. Pero antes de continuar con la reseña, he aquí la sinopsis:

«Cuando Penny Dahl contacta con Finders Keepers para que la ayuden a encontrar a su hija, algo en la voz desesperada de la mujer hace que Holly Gibney se vea obligada a aceptar el trabajo. A poca distancia del lugar en el que Bonnie Dahl desapareció, viven los profesores Rodney y Emily Harris. Son la quintaesencia de la respetabilidad burguesa: un matrimonio octogenario y dedicado de academicos semiretirados. Nadie diría que, en el sótano de su impecable casa forrada de libros, esconden un secreto directamente relacionado con la desaparición de Bonnie. Son astutos, pacientes y despiadados, y obligarán a Holly a emplear sus habilidades al máximo y a arriesgarlo todo si quiere cerrar el caso más oscuro al que se ha enfrentado jamás.»

El camino que recorremos con Stephen King desde el detective Bill Hodges es, básicamente, su incursión en la novela negra, más detectivesca y realista. Este esfuerzo, que prácticamente solo duró una novela, pronto se vio modificado cuando King volvió sobre sus pasos e incorporó elementos sobrenaturales un par de veces, como la conexión telepática de Brady Hartsfield en Fin de guardia o el doppelgänger en El visitante, transformándolos en thrillers con elementos dramáticos en los que perfila y profundiza en los miedos y preocupaciones de sus personajes. Teniendo este contexto, Holly se presenta como una novela de misterio con cierto ritmo de thriller astuto. No es necesario haber leído todas las demás novelas, ya que Holly es un relato independiente sin conexiones directas con las anteriores y también es autoconclusivo. Sin embargo, hay algunos fragmentos donde se hace referencia a casos anteriores, como el de Brady Hartsfield o Chet Odowsky, en los cuales no se profundiza demasiado y, sin tener bien la referencia, podríamos vacilar en algunos momentos, haciendo que esos diálogos específicos parezcan confusos. En general, la historia se sostiene por sí misma y no cambia nada incluso si es la primera vez que leemos a King.

La originalidad de la novela reside en la presentación de los villanos, Rodney y Emily Harris, un respetado matrimonio de académicos locales, como asesinos en serie antropófagos. La peculiaridad radica en que, a pesar de transitar por su octava década de vida, estos ancianos no son antropófagos por mero gusto, sino que sus acciones están motivadas por una serie retorcida de ideas. Su creencia absurda sostiene que consumir partes de un cuerpo humano joven y sano puede contribuir a sanar órganos y afecciones propias de la vejez. De esta manera, los Harris estudian, secuestran, encierran, matan, procesan y consumen a sus víctimas con el único propósito de prolongar la vida, convirtiendo esta novela en un fascinante viaje a través de la moralidad y la ciencia retorcida. El deseo de prolongar la vida en la vejez encuentra su raíz en la naturaleza intrínseca del ser humano de aferrarse a la existencia. La mortalidad impulsa la búsqueda de la inmortalidad, y al enfrentarse con la finitud, surge la necesidad de trascender los límites temporales. La experiencia acumulada, los logros y la sabiduría adquirida durante la vida generan una resistencia a dejar de existir. La prolongación de la vida se convierte así en una respuesta a la inquietud filosófica sobre el significado y la continuidad de la propia existencia en el vasto panorama de la realidad, es así como los Harris tienen completa seguridad de que sus conocimientos, pensamientos y su propia existencia tiene más valor que la de otros, por lo que no tienen ningún remordimiento de sus acciones.

La narrativa se distancia de los convencionalismos al no centrarse inicialmente en la caza de un asesino en serie, sino en la búsqueda de una joven desaparecida. De manera reminiscente a cómo podría abordarlo Paul Auster, si se aventurara en este género, la trama se despliega gracias al azar y la aleatoriedad de las circunstancias. Holly Gibney, al sumergirse en la investigación, descubre pistas y patrones que revelan un peligro más profundo y complejo de lo que inicialmente percibía. Su implicación va más allá de un simple trabajo, motivada tanto por la compasión como por una creciente convicción de la magnitud del enigma que enfrenta.

Existen innumerables novelas del género negro, policíaco y de misterio que se enfocan en desentrañar los crímenes de asesinos en serie, y es cierto que el mercado está saturado con propuestas similares. Sin embargo, como alguien señaló acertadamente en su momento, nadie aborda este terreno como Stephen King. Aunque no sea su hábitat literario habitual, lo novedoso de su incursión en este género le otorga una frescura única. King logra cautivarnos con una trama sumamente entretenida, donde la empatía con los personajes fluye con facilidad. Desde nuestra posición como lectores, anhelamos que Holly Gibney logre detener a los ancianos Harris, una referencia sutil pero elocuente al genial Thomas Harris, creador del icónico Hannibal Lecter, el asesino antropófago que ha dejado una huella imborrable en la literatura y el cine noir. Este ingenioso guiño de King añade una capa adicional de complejidad y deleite para los aficionados del género.

La estructura de la narración sugiere linealidad, pero se desenvuelve en dos tiempos entrelazados, lo que justifica mi anterior descripción de este thriller como algo engañoso. Narrado en tercera persona, el foco se desplaza entre los asesinos, las víctimas, la protagonista y algunos secundarios, que suelen desempeñar roles de apoyo y, en ocasiones, de salvadores para Holly Gibney. En este caso, no es diferente, sin embargo, la novela logra una solidez notoria, y aunque su conclusión no resulta sorprendente, es apropiada y satisface las expectativas de los lectores. A diferencia de etapas anteriores en la carrera de King, donde los finales tendían a convertirse en culebrones, en esta obra parece haber adoptado un enfoque más equilibrado y coherente a lo largo del tiempo.

No dejaba de reflexionar sobre las similitudes entre Stephen King y su esposa, Tabitha, con los ancianos de la historia: ambos son académicos, comparten un amplio hogar y sus edades se asemejan a la pareja de asesinos. Aunque King siempre detalla en sus notas, dispuestas al final de sus libros, cómo surgen sus historias, destacando que no hay relación directa con su vida, su inspiración proviene de eventos cotidianos, noticias o libros que lee. Holly fue escrita durante la era del COVID-19, incorporando la pandemia en sus páginas y proporcionándole una relevancia contemporánea. Nos hará recordar la pandemia, las medidas de prevención, las vacunas y también los movimientos antivacunas y otras radicalizaciones políticas recientes.

Holly es una novela recomendable, ¿cómo no iba a serlo? No entraría en el top 10 de Stephen King solo por el hecho de que el autor es prolífico y tiene verdaderas joyas, pero Holly diría que está en ese conjunto de novelas sobresalientes."

«Los dones son frágiles. Nunca confíes los tuyos a personas que puedan romperlos.»

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