sábado, 6 de julio de 2019

CARRIE de Stephen King


«Nadie se sorprendió cuando ocurrió, no verdaderamente, no en ese nivel subconsciente donde tienen lugar nuestras vivencias más brutales.»
Este libro fue el que sacó a Stephen King del anonimato y literalmente lo envió al panteón de los escritores norteamericanos. Antes de Carrie, Stephen King no era más que un joven que soñaba en ser publicado, que vivía en penurias con un precario salario al lado de su esposa Tabitha. Apenas había logrado que algunos relatos cortos se publicaran en revistas de regular tiraje. En efecto, King no era ni por asomo el escritor de super ventas y fenómeno de editoriales que es hoy en día, tenía suerte si lograba tener tres comidas al día. 

Carrie no es exactamente la primera novela de King, ya había escrito tres: Rabia, La Larga Marcha y El Fugitivo, aunque las mismas en ese momento no eran más que un par de resmas escritas en una vieja máquina de escribir, acumulando polvo en algún rincón de su paupérrimo hogar. Estas primeras novelas las publicaría después bajo el seudónimo de Richard Bachman. Carrie por tanto no es ni siquiera un ensayo de novela, sino una obra consumada en sí misma, pues a pesar de que King no era un escritor publicado, su vocación y talento pululaba. Constantemente buscaba salir de ese círculo ígnoto al cual estaba arredrado. En esos momentos tempranos, King contaba ya con un título universitario, profesor de literatura (no podía ser de otra manera), pero el cartón académico no le daba realmente un ingreso suficiente, por lo que se veía sometido en no pocas ocasiones a tener uno o dos trabajos más para poder pagar las facturas.

King, en su obra autobiográfica Mientras Escribo, afirma que sintió un odio hacia su personaje “Carrie”, que no estaba seguro ni porque estaba escribiendo acerca de una adolescente con poderes telepáticos. Él era un hombre de veintiséis años que apenas entendía algo sobre los sentimientos femeninos ¿Cómo hacer que su personaje fuera creíble? Fue un verdadero reto y la única razón por la cual no abandonó el proyecto fue porque su esposa. Tabitha King le instó a que podía hacerlo, que su idea era buena y que todo lo que el personaje necesitaba ya estaba en su mente, sólo debía encontrar la manera de plasmarlo en el papel y así ocurrió.

Carrie, como muchos personajes de cualquier escritor, está inspirada en personas reales. Exactamente King nos cuenta que son la combinación de dos chicas que estudiaron junto con él en el High School. Salvo por los poderes telepáticos y el sangriento baile de graduación, por lo escabroso que parezca, Carrie fue muy real. Una de las chicas que inspiró a Carrie continuó con su vida, se casó, se separó, finalmente se divorció y desapareció completamente del mapa. La otra, la que más se le parece por haber tenido una madre religiosa y fundamentalista, terminó suicidándose. 

Cuando King entregó a una editorial Carrie nunca imaginó en el fenómeno que se convertiría. Si no mal recuerdo le ofrecieron sólo USD 2,500.00, pero King con eso era más que feliz. Porque él nunca deseó realmente el dinero, su máximo deseo era ser publicado. El resto viene simplemente por añadidura. El libro tuvo una buena recepción y luego vino la cesión de derechos para el tiraje de bolsillo y eso terminó por catapultarlo a la fama y convertirlo en un bestseller. Dos años después se estaba fraguando la adaptación cinematográfica que fue dirigida por el insigne Brian de Palma (pecado quien no sepa quién es este director) y el resto es historia. King y su familia no volverían a ser los mismos. King hizo realidad el sueño americano. Aunque para llegar a eso fueron más de diez años de intentos y más intentos. Más de diez mil horas desarrollando su habilidad. Afinando su talento.

Limitarme a hablar de Carrie sería la obligación de un comentario y no de la forma en que este libro llegó a convertirse en la punta de lanza, el hacedor del camino para su autor, pero es que ¿qué puedo decir de Carrie? ya todo el mundo sabe la historia, sino ha visto la película del 76 seguramente vio la película del 2013 (esta si estaba bastante mala, por cierto). Así que, sin desgastarnos mucho, Carrie es un clásico en su forma y estilo propio. 

Pero de igual manera, he aquí la sinopsis:
“El escalofriante caso de una joven de apariencia insignificante que se transformó en un ser de poderes anormales, sembrando el terror en la ciudad. Con pulso mágico para mantener la tensión a lo largo de todo el libro, Stephen King narra la atormentada adolescencia de Carrie, y nos envuelve en una atmósfera sobrecogedora cuando la muchacha realiza una serie de descubrimientos hasta llegar al terrible momento de la venganza”. 
La construcción narrativa de Carrie es fantástica. Por una parte, tenemos una serie de artículos de periódicos que narran una catástrofe, que exponen entrevista a supervivientes y tratan de armar un caso y la historia atrás del mismo; y por otra parte, la narración tradicional en tercera persona y lineal donde vamos entendiendo lo que sucedió, donde encontramos las respuestas a por qué. No es difícil comprender la psique de Carrie, toda esa caterva de traumas únicamente podía tener un desenlace fatal y aún si suprimiéramos todo el contenido sobrenatural, la novela se sostiene y puede encontrar un camino en la inexorable tragedia.

Denostamos muchas veces la literatura moderna cuando la comparamos con los clásicos del siglo XVIII o XIX, donde el romanticismo, existencialismo y la tendencia gótica dominaban. Pero los clásicos son lo que son por reflejar la sociedad en la que fueron concebidos. Y para gustos se hicieron los colores. Y creo que entre los escritores de bestseller, King es el rey (King is the King). Recuerdo un comentario que hizo una vez Stephen King cuando se encontró con una anciana en el supermercado, ella le dijo que no le gustaba lo que él escribía, que debería dedicarse a otra cosa, él le preguntó acerca de lo que le gustaba, ella le mencionó una historia donde un hombre inocente era arrestado y llevado a prisión, y allí durante veinte años hizo un túnel para encontrar su libertad. King le indicó que él escribió esa historia. Ella le dijo que eso no, que él no podía escribir esas historias. King simplemente rió. Lamentablemente o por fortuna, según quien lo vea, su nombre había sido ligado al terror, pero todos los que han leído a King sabemos que no es así. El tipo conoce y sabe escribir, tiene ideas y no sus dedos simplemente vuelan.

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