sábado, 27 de julio de 2019

UN MONSTRUO VIENE A VERME de Patrick Ness

Monstruo
«El monstruo apareció pasadas las doce de la noche. Como hacen todos los monstruos.»
Un monstruo viene a verme me recuerda a Un puente a Terabithia. En apariencia, son historias de fantasía, en esencia es tragedia. En ambas, cualquiera podría imaginar que es como leer a Laura Gallego, Philip Pullman o Neil Gaiman. Que, necesito aclarar, no es importante ser un niño o preadolescente para leer y disfrutar de cuentos de hadas, dragones y magos; ni la fantasía es un género exclusivamente infantil. Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martín demostró que puede ser madura y violenta. Un monstruo viene a verme toca un tema delicado y complejo, donde se adopta una forma de fantasía para exponer un simbolismo que cala hondo. Mientras Un puente a Terabithia nos da un golpe que conmociona ya entrados en la historia, la novela de Ness lo hace de entrada.


¿Cómo describiría como paciente de cáncer este padecimiento? Probablemente como un monstruo. Como un monstruo que viene verme –A Monster Calls–.

Siobhán Dowd, escritora inglesa galardonada de novelas infantiles –que lamentablemente no se encuentran disponibles en castellano– murió de cáncer de mama. En esos aciagos momentos llegó a su mente una idea, apenas una premisa y con algunos personajes, al menos los principales: un chico lidiaba con el conflicto que suponía aceptar la realidad de estar ante las últimas semanas de vida de su madre, quien sucumbía ante un cáncer terminal, también al mismo tiempo debía lidiar con un abominable monstruo que llegó a su vida, en el momento justo que su espíritu doblegado no soportaba más inquietantes y terribles pesadillas. Este esbozo, del cual no había aún nada escrito, se lo contó a su editor quien quedó muy sorprendido y satisfecho con esa idea, pese a las circunstancias, pues la escritora estaba en tratamiento. Lamentablemente no hubo tiempo ni siquiera para una página. Siobhán Down murió prematuramente el 21 de agosto de 2007.

Años más tarde, la idea de Siobhán Dowd cobró vida en el teclado de Patrick Ness, quien, a pesar de no haberla conocido, se comprometió a brindarle el espíritu que la obra requería. Denise Johnstone-Burt, quien fuera el editor de Dowd, lo era también de Ness. Razón por la cual la idea de Un monstruo viene a verme llegó a Ness. La obra se convirtió en el perfecto tributo. Una demostración que las ideas trascienden. El cáncer cobró la vida de Dowd, pero no su relato.

Patrick Ness es un escritor norteamericano radicado en Londres que viene publicando sus obras desde el año 2003, mayoritariamente juveniles. Ha sido ganador en dos ocasiones consecutivas de la Carnegie Medal, un galardón que desde 1936 premia a la novela juvenil destacada del año. Estos premios los obtuvo en 2011 por De hombres a monstruos, y en 2012 por Un monstruo viene a verme.

La sinopsis de la novela es la siguiente: «Siete minutos después de la medianoche, Conor O’ Malley, un chico de trece años, despierta y se encuentra un monstruo en la ventana. Pero no es el monstruo que él esperaba, el de la pesadilla que tiene casi todas las noches desde que su madre empezó el arduo e incansable tratamiento. No, este monstruo es algo diferente, antiguo... Y quiere lo más peligroso de todo: la verdad».

La novela está escrita en tercera persona, su lenguaje es sencillo y los capítulos, cortos. La novela contiene a su vez otras historias pequeñas, breves, las que cuenta el monstruo, que, ciertamente revive un tanto el arte de contarlas, así como la sabiduría y simbolismo que existe tras de ellas. Pueda que luzca un poco forzado el tema de palabras sabias, tratando de dar la apariencia desesperada de longevidad y experiencia, pero a la larga el resultado es bastante aceptable, brillando en algunos diálogos. Aunque sin duda, la ladrona de escenas es la madre de Conor. Conecta tanta emotividad con el lector que os volvéis incapaces de olvidar que es ficción. El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, es inevitable que en algún momento de nuestras vidas perdamos a un familiar muy cercano por ese mal, si no es que ya lo hemos vivido; y es que con seguridad hemos visto lo que es esa enfermedad. Podéis ser el más fuerte del mundo, pero eso al cáncer no le importa, reduce al individuo a una mera sombra. Convierte la vida en suplicio. En algún punto se deben tomar decisiones sobre calidad de vida o prolongación de la vida. No es lo mismo sobrevivir que pervivir. Patrick Ness nunca olvida que esta novela está orientada a un grupo joven, por lo que nos ahorra algunos temas escabrosos que pudieran ser objeto de polémica por la severidad de esta enfermedad. Los mejores diálogos, sin que abunden demasiadas palabras –que no se necesitan–, los tiene la madre con su hijo.
«Las historias son criaturas salvajes –dijo el monstruo–. Cuando las sueltas, ¿quién sabe los desastres que pueden causar?»
Patrick Ness podría haber recurrido a insertar momentos de efectismo, o darle giros innecesarios a la trama, con la intención de cargar el drama del chico y posiblemente hacer la novela entretenida, pero no creíble –he visto como buenos personajes caen al patetismo al final de los libros–. Pero nos complace que no lo haya hecho, no lo requería. Conor O’Malley con muy pocos elementos logra proyectar una profundidad y tridimensionalidad, todo el aspecto psicológico que lo tortura no solo parece creíble, sino incluso hasta vívido. Ignoro si Ness investigó sobre estas condiciones, pero lo cierto es que logró algo muy convincente.

Una historia triste desde el principio, y porque no podía ser de otra manera, triste hasta el final. 

En 2016 la novela fue adaptada a la gran pantalla. Debo confesar que muy fiel al libro, aunque esto se debe a que el guion lo preparó el mismo Patrick Ness, y con ello garantizó el espíritu de su obra. Las diferencias son apenas detalles, y creo que al final convenientes para el propio formato. Independientemente hayamos leído la novela o no, os la recomiendo. Una película muy bien filmada, con excelente fotografía y buenas actuaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario