lunes, 3 de mayo de 2021

CUANDO LOS ROLLING STONES LLEGARON A LA HABANA de Carol Zardetto


«Así, en diversos escenarios y de múltiples maneras, los extranjeros venimos a disfrutar de una Cuba fuera del alcance de los cubanos. A vivir en medio de una burbuja exotizante, vitrina que pone a la venta todo aquello que nos gusta creer acerca de la isla: la romántica Revolución, el ron, los habanos, la música, la Cuba caliente y sensual.»

Carol Zardetto es una abogada, diplomática y columnista guatemalteca. Fue Viceministra de Educación en la administración de Álvaro Arzú y cónsul en Canadá. En 2004 publicó su primera novela, Con pasión absoluta, con la cual obtuvo el Premio Centroamericano Mario Monteforte y a partir de entonces ha colaborado y escrito cuentos, ensayos y guiones, además de otras tres novelas. Cuando los Rolling Stones llegaron a la Habana, publicada en 2019 por Alfaguara, es su cuarta novela.

El 25 de marzo de 2016 los Rolling Stones dieron su primer concierto en Cuba; un espectáculo que hasta no hace pocos años era completamente inimaginable, una completa utopía. Nunca Cuba había tenido un concierto de rock en esas proporciones, ninguna banda habría podido hacerlo en los momentos más radicales del régimen. Se calculó que alrededor de 400 mil cubanos estuvieron presentes y coreando «I can’t get no satisfaction», una cifra que duplicaba la capacidad del aforo. Tan solo tres días antes Barak Obama había cerrado su visita a la isla. Nueve meses después, Fidel Castro muere. Una primavera política empezaba a asomar en aquel país.  

Carol Zardetto no nos cuenta la historia de cómo los Rolling Stone llegaron a la Habana, tampoco lo que ocurrió cuando arribaron. Pero antes de explorar los porqués de ese aparente timo, he aquí la sinopsis: 

«Con la aparente sencillez de una crónica de viaje, la protagonista narra su experiencia en la célebre Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, Cuba, inspirada en el sueño de un cine latinoamericano sin prejuicios ni fronteras. Realizar un documental en Caimito, un mínimo pueblo cercano a La Habana ahogado por el calor y peripecias de "luchar por la vida", se convierte en una odisea que da inicio a otro viaje: hacia las profundidades de un país que, tras seis décadas de una revolución que proclamó la justicia social, la igualdad económica y la dignidad humana, enfrenta el desafío impostergable de la renovación.»

Los Rolling Stone, en el título de la novela, representan al capitalismo. Cuando llegaron a La Habana simbolizó el fin de una utopía, una utopía que la población cubana le compró al régimen castrista y que, a pesar de todo, muchos aún continúan creyendo en ella. Es más fácil aceptar la esperanza frustrada que el tiempo perdido. Zardetto se concentra en el verso de Mick Jagger, que traducido al español se lee «no puedo obtener ninguna satisfacción». El consumismo del sistema capitalista no provee de satisfacción, tampoco las carencias del sistema socialista. Cuba es como un bus que colisiona contra un árbol, muchos le echaran la culpa al árbol y otros alabarán, pese a todo, que el bus aún siga caminando, aunque sea empujado o cuesta abajo. Así son las ideologías.

La vos narrativa de la novela es la de la primera persona. La protagonista viaja a Cuba a estudiar cine. Con ella vamos conociendo la isla desde el enfoque de las emociones que causa en ella y con énfasis en las personas, aunque ninguna es precisamente un eje. Hay varios personajes, todos secundarios y con un tratamiento que, dada la extensión del libro, no nos permite profundizar demasiado en ellos; de cualquier manera, no son el foco y eso significa que no existe ningún arco que cerrar más que el de la protagonista, que en realidad es una introspección.

Zardetto utiliza a su personaje como un vehículo para reflexionar sobre Cuba, donde no todo es tan gris como se le dibuja y tampoco nada es lo que parece. La política la trabaja de una forma sutil, aunque ineludiblemente en Cuba todo es político, todo tiene que ver con el sistema.

Las novelas que abordan a Cuba siempre la esbozan como un retrato a la nostalgia, como una fotografía antigua, descolorida y la novela de Zardetto no es la excepción. Esa nostalgia inexplicable y a veces irracional por tiempos que para algunos fueron mejores y para otros no tanto. En Cuba la salud y la educación son de las mejores del mundo y todos tienen acceso a ella, el costo de esto es la libertad y la pobreza. Siempre es más fácil hacer a los ricos pobres que a los pobres ricos, esa es la igualdad que conoce el comunismo, excepto para los dirigentes del partido, que sí se merecen o creen merecer la opulencia. Para algunos cubanos salir de Cuba es traición, para otros es la búsqueda de oportunidades, la verdadera lucha. Sobrevivir no es lo mismo que vivir.

Narrativamente la novela es fluida y al lector no se le dificulta mucho quedar atrapado entre sus páginas, no tanto por saber qué pasará con la protagonista o algún personaje, sino para seguir conociendo la cotidianidad, la rutina, de la vida en Cuba en los albores del siglo XXI. La belleza de la prosa radica en la sencillez misma. Los recursos retóricos son mesurados y salvo algunos pequeños saltos en el tiempo al principio y al final, la novela es lineal. 

Un defecto en la novela son los diálogos. Normalmente los encontramos señalados, encerrados entre guiones o comillas, pero en el caso de Zardetto no hay nada que los identifique salvo la atención del lector. Esto no deja de crear obstáculos en la fluidez, puesto que a pesar de que los diálogos no sean muchos, a veces queda la duda si fueron palabras que se profirieron o simplemente pensamientos y teniendo en cuenta que la narración es en primera persona, no deja de sonar todo como un diálogo interno. No sé si es una decisión del escritor, del corrector o del editor que pensar que, al eliminar las comillas o los guiones, los párrafos se verán mucho más literarios o que el texto se alejará de las novelas de género. Realmente es absurdo, porque la calidad literaria no se corrige con signos de ortografía. El lector agradece toda consideración, así como desdeña toda pretensión.

Dado que el tema pretexto de la novela es el cine documental de autor, al concluirla nos encontraremos con una lista de películas y documentales que comentaron los personajes en el desarrollo de la historia o que son importantes en la comprensión de sus motivaciones. Varias de esas cintas fílmicas son soviéticas, y otra buena parte, de orientación o adoctrinamiento ideológico.

Carol Zardetto pueda que con el nombre de esta novela subraye lo decadente del estilo de vida capitalista, pero en cada página no ha dejado de resaltar la decadencia de la sociedad cubana. En efecto, la disonancia cognitiva es un tañido constante de la narrativa; al final el lector tomará sus propias conclusiones. Se enamora de una Revolución Cubana erotizada en su sencillez y candor, o la repudia por ahogar el derecho a las libertades humanas y no ser más que un sistema corrupto. 

Para finalizar, dejo algunas frases que fui encontrando mientras leía y que vale la pena rescatar:

«La ficción toma todos sus elementos de la realidad y los manipula. El documentalista toma sus elementos de la realidad y los manipula.»

«La narrativa que interesa no es aquella que reproduce lo obvio y propaga los condicionamientos sociales. Importa la que revela, desnuda, saca a luz lo invisible.»

«¿Debe un artista imponerse un deber ético por encima de su deseo estético?»

«El fascismo destruye el hecho asombroso de vivir y lo transforma en algo mecánico. Su única estrategia es el control, la censura y la represión.»

«No podemos abandonar el futuro. Habrá que luchar eternamente por él. No hacerlo sería la verdadera derrota.»

«Una cosa es nunca haber tenido. Otra, perder lo que se ha logrado.»

«Cuando el control pretende ser absoluto, las cosas más sencillas se convierten en asuntos “delicados”.»

«La perversidad del consumo infinito radica en que nunca sacia. Resulta irónico ver cómo los ricos y poderosos se parecen tanto a los paupérrimos: están condenados al hambre.»

«La experiencia de la realidad es filosa como cuchillo. Pero permite una poesía que no es fabricación ni fruto del talento. Nace del testimonio de la propia gente, de la increíble fuerza de la vida.»

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