lunes, 30 de mayo de 2022

INVOCACIONES de Neil Gaiman


«Algunos lo llamarán casualidad, suerte o destino;
las cartas y los astros siempre afanados en su azar.
En la cuenta que traiga el mañana habremos de pagar,
los besos y las muertes, lo grandioso y hasta lo mezquino.
¿Quieres saber, amor, qué es lo que te depara el camino?
Tus impacientes preguntas procuraré contestar.
Algunos lo llamarán casualidad, suerte o destino;
las cartas y los astros siempre afanados en su azar.»

Neil Gaiman es un escritor inglés muy conocido por ser el genio creativo detrás de obras como Neverwhere, American Gods y Los hijos de Anansi. Esto lo ha hecho muy popular y uno de los favoritos de siempre en los Premios Hugo. El género fantástico se le da muy bien en una dimensión bastante amplia de estilos, es decir, puede partir desde un cuento de hadas como en el caso de Stardust, donde brilla lo surreal y las maravillas imposibles, hasta una postura madura como en la narrativa novelada de los Mitos nórdicos; puede darnos una historia infantil oscura como Coraline, o bien, hacer colaboraciones de ciencia ficción como Interworld con Michael Reaves; puede escribir comics o novelas gráficas, participar en guiones de televisión o guionización de sus obras y hasta aparecer como invitado o hacer un cameo. 

Invocaciones es una demostración del raudal de talento de Neil Gaiman, porque no solamente nos ofrece varios relatos cortos, algunos bastante breves sin que eso los demerite un poco, sino también leemos una poesía que asusta y embelesa que, como no podría ser de otra manera, tiene un estilo que corona perfectamente el cariz del libro y le da un acento victoriano o de una época no tan antigua que se ha olvidado y que se aferra al presente a manera de leyenda. Invocaciones es una colección de relatos, prosa y verso libre que recuerda a Washington Irving, William Blake y a Sheridan Le Fanu. 

Invocaciones es una colección que nace a partir de publicaciones del autor en los últimos diez años. Cada relato y poema están cuidadosamente escritos. Cada oración, cada frase, cada palabra está pensada en su necesidad hacia el relato o al verso, que es imposible pensar que algo sobra. La elegancia de la prosa es suficiente atractivo para atreverse con la lectura que no está de más decir que es fluida y redonda. No encontraremos obstáculos con términos en desuso, aunque tampoco nos exime de alguna palabra poco común.

Si debemos catalogar esta obra diría que se acerca más al horror que a la fantasía, más a la leyenda que al cuento. Hay un sentimiento de desolación, consternación y dolor que se repite y hace eco a lo largo de las páginas. No puedo negar que haya alguna lección moral subyacente, sea intencional o no. Neil Gaiman ya no es un autor joven y la experiencia de lo vivido, visto y leído cala en su pluma que, aunque guste calcar el vacío, lo despoja de la nada al mismo tiempo.

Tratando de no contar de más, esbozo brevemente el contenido de Invocaciones

  • Instrucciones: es un poema en prosa. Es, como su nombre lo indica, instrucciones para adentrarse en una travesía oscura, aventura gótica y misteriosa, consejos para no caer en la trampa y salir de la oscuridad.
  • El precio: trata sobre la aparición de un gato negro en una casa que rápidamente lo adopta como mascota rehuyendo al prejuicio que bajo la piel de un gato negro un demonio puede habitar. Lamentablemente el gato negro cada día amanecía con heridas ensangrentadas, como si luchara con intensidad cada noche. El giro de este relato nos enseña que los ángeles no siempre tienen alas. 

  • Sixtina vampírica: un poema en prosa y oscuro escrito desde la perspectiva de un vampiro.
  • Nieve, cristal, manzanas: una historia medieval en el cual una muchacha campesina muy hermosa se casa con un rey que acaba de enviudar y cuya hija guarda un terrible secreto. El rey muere y ella queda como reina regente y decide deshacerse de su hijastra, es un demonio y no tiene la menor duda que bajo sus finas facciones de niña hay un vampiro que acecha. La reina le arranca el corazón a la niña, a quien da por muerta en el bosque, y lo guarda en sus habitaciones bajo una gran cantidad de sortilegios y amuletos. El corazón, aun atado nunca dejó de latir y eso significaba que su dueña en algún momento lo reclamaría. La historia es gótica por antonomasia y recuerda mucho a Carmilla de Sheridan Le Fanu. Es un relato inquietante sobra decir, con ritos y supersticiones, con saña y crueldad.

  • Viento del desierto: un anciano cuenta su experiencia con un espejismo en el desierto y llega a la conclusión que el espejismo no venía de él sino del desierto mismo, un sueño del desierto que con anhelo él volvería a buscar para hacerse parte de este. 

  • El laberinto lunar: es una reinvención del mito griego del minotauro encerrado en el laberinto. En este caso es un laberinto de setos, o lo que queda de ellos, porque fueron quemados para evitar más maldiciones. Este laberinto concede deseos a quien acepta el reto en luna llena, pero el fracaso es más que un sacrificio cuando quien te puede dar alcance es un licántropo.

  • La hija de los búhos: una niña es abandonada en una sacristía a la que entre sus manos encontraron una egagrópila de búhos, de allí que se le llamara hija de los búhos y los pobladores pensaron que sería un bien condenarla a la hoguera. La niña creció en un convento, en una torre de un monasterio abandonado. Cuando llegó a doncella los hombres del pueblo descubrieron su inocencia y belleza, la lujuria los invadió una noche, pero no tomaron en cuenta a los búhos.
  • Sombras: una composición en prosa sobre la ubicuidad e inexorabilidad de las sombras. Siempre hay una sombra atrás, delante o abajo de nosotros, sino creemos que no, es porque todo es sombras.

  • Atenerse a la etiqueta: es un poema en verso libre que trata sobre las invitaciones a fiestas, principalmente a los bautizos. Hace un contraste entre los modales del poeta y los de su familia. Él no es de bautizos, es de funerales. 
  • Diamantes y perlas: un cuento de hadas. Inspirado en la cenicienta, una muchacha bajo la tutela de su madrastra que favorece más a su propia hija. La muchacha es de nobles sentimientos, mientras la otra es egoísta y mezquina. La suerte de las circunstancias las pone a prueba y la primera obtiene bendiciones, la otra oprobio y maldición.

  • Oscuro vientre de la mar: una mujer deambula por el Támesis en medio de la lluvia y cuenta a nuestro protagonista como su hijo le fue arrebatado por el mar, por ser marinero.

  • El barrendero de los sueños: una composición de un ser onírico que limpia los sueños, lo barre todo, los lleva al olvido para que el día de mañana haya espacio para un nuevo sueño que también tendrá el mismo fin.

  • El oficio de la bruja: un poema en cuartetos y de verso libre, sobre las acciones de una bruja que vendía promesas que no eran más que tormentas y penas. No comprarle nada a una bruja, puede que te de lo que le pides, pero también te arrebatará algo que tienes.

  • Invocaciones para la indiferencia: es uno de los relatos más largos. Es el encuentro de un personaje que vende extrañas esculturas en una especie de mercado de pulgas en Florida. Estas esculturas provienen de otro lugar, otro tiempo, otra realidad. Este relato parece inspirado en Lovecraft, hay un guiño al horror cósmico.
  • Un hombre nuevo: un hombre condenado que es sometido a tortura por un demonio en el infierno hasta que el tiempo pasa y lo convierte en el demonio que ocupará la vacante de su torturador. Este relato expresa el ciclo de los traumas. Quien es víctima a la postre se convierte en victimario. 

  • Rondel, las entrañas hablan: un poema corto de verso libre que establece la magia en el azar, en el destino, en lo casual, en los adagios.

  • Llegado el final: una reconstrucción del mito de Adán y Eva, Tierra y Aliento, en el que el hombre y la mujer tenían el conocimiento y fue hasta que comieron el fruto de la ignorancia que entraron al jardín de Dios, junto con la serpiente. 

Invocaciones está ilustrado por Santiago Caruso, un artista argentino cuyo estilo quimérico rima con la oscuridad de la obra. Su obra surrealista es con frecuencia inquietante, debido a la conjunción de elementos que muchas veces hacen una amalgama donde prima la muerte o seres que apenas son vida. No son precisamente ilustraciones que puedan catalogarse como bellas, de hecho, el canon de belleza no encaja bien. Se asemejan, por su estilo, a grabados, con pocos colores, con un deje antiguo y en ocasiones se recuerda más por lo perturbador que por lo creativo. En todo caso, Caruso ha tenido otras contribuciones con editoriales como Valdemar y Zorro Rojo.

Para terminar, considero que Invocaciones es un libro muy recomendable para quienes disfrutan de la lectura de un horror muy inteligente, donde el tono oscuro atrapa más que la historia sin que ello signifique que la historia sea poca cosa, que no lo es. No es lo típico de Neil Gaiman, pero no deja de ser Neil Gaiman.

No hay comentarios:

Publicar un comentario