jueves, 3 de diciembre de 2020

CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE de Roald Dahl


«Pero lo más misterioso de todo, Charlie, eran las sombras en las ventanas de la fábrica. La gente que estaba fuera, de pie en la calle, podía ver pequeñas sombras oscuras moviéndose de uno a otro lao detrás de las ventanas de cristal esmerilado.»

Roald Dahl era un británico de ascendencia noruega cuyos padres se establecieron en Gales, lugar donde nació. Fue veterano de la Segunda Guerra Mundial, un piloto aviador en la Royal Air Force que tras ser derribado en combate pasó seis meses hospitalizado. Luego se retiró a Londres para dedicarse a la escritura. Con su humor e imaginación no le fue difícil hacerse de un lugar en las librerías. Sus historias de orientación fantástica juvenil e infantil se ganaron el cariño de muchos. Concibió algunos de los relatos más populares y conocidos del siglo XX: Charlie y la fábrica de chocolates, Matilda, los Gremlins y James y el melocotón gigante. Historias muy distintas a sus ideas de escritura inicial, relatos de guerra.

Charlie y la fábrica de chocolates fue publicado en 1964 y desde entonces ha vendido más de 200 millones de copias en todo el mundo. La versión que tengo en mis manos está ilustrada por Quentin Blake, un conocido dibujante británico que colaboró en varias obras con Dahl, aunque ya con la censura que sufrieron los Oompa Loompa al recrearlos de forma diferente a la versión original, puesto que en el libro se les describe como un pueblo pigmeo, mientras que en las ilustraciones han sido cambiados radicalmente dándoles rasgos caucásicos. Particularmente creo que era necesario, porque la escritura de Dahl podría confundirse con un referencia racista y esclavista.

La sinopsis es la siguiente:

«El señor Wonka ha escondido cinco billetes de oro en sus chocolatinas. Quienes los encuentren serán los afortunados que visiten su magnífica fábrica de chocolate. Charlie tiene la suerte de encontrar uno de ellos y, a partir de ese momento, su vida cambiará para siempre.»

Esta novela ha sido adaptada dos veces a la gran pantalla, la primera fue en 1971, en donde el título fue cambiado a Willy Wonka & the Chocolate Factory. Esta película fue dirigida por Mel Stuart y tuvo como protagonista a Gene Wilder. El propio Roald Dahl estuvo involucrado en el guion, aunque me parece que no quedó conforme con el resultado final y pidió que se retirara su nombre de los créditos. La segunda película fue estrenada en 2005 y fue dirigida por Tim Burton y protagonizada por Johnny Depp como Willy Wonka. Esta segunda adaptación es la que más recuerdo y probablemente es la película de Tim Burton que más veces he visto. Entre la novela de Roald Dahl y la visión de Tim Burton, entendiendo que son conceptos artísticos diferentes, prefiero la obra de Burton porque no solo captura la esencia de la obra de Dahl sino que también la expande, ya no tenemos a un Willy Wonka como un personaje secundario de la historia, sino que los matices que captura le brindan una profundidad que saben explicar bastante bien sus razones. Lamentablemente Dahl murió en 1990, por lo que nunca sabremos sus impresiones por la segunda adaptación de su opera prima.

Charlie y la fábrica de chocolates es un libro que reúne inocencia y una magia intrínseca que encanta tanto a chicos y grandes por igual. No hace falta tener ocho años para disfrutar de la lectura. La vos del narrador es omnisciente y su perspectiva nos permite adentrarnos en un mundo donde las golosinas pueden hacer cosas increíbles y los chocolates detonan esperanza. Un mundo utópico en que pueden construirse castillos enteros de chocolate o en una goma de mascar se puede encontrar no solo los sabores más extraños, sino todos los nutrientes de una comida balanceada.

Charlie Bucket, Willy Wonka, Veruca Salt, Violeta Beauregarde, Augustus Gloop, Mike Teavee y los Oompa-Loompas son parte de la cultura popular y esta novela es el origen de todo.

Charlie Bucket era un niño pobre que nunca se sintió desdichado ni infeliz. No esperaba la recompensa que obtuvo al final, aunque tampoco tenía demasiada esperanza de encontrar uno de los billetes de oro. En todo caso rescato de él sus valores y, sobre todo, esa unión familiar marcada por dos familias y tres generaciones. Los otros niños que estuvieron con él tenían algún comportamiento no apropiado, aunque obviamente esto no era responsabilidad de ellos, sino de la educación o el propio actuar de sus padres. Si tenemos que reducir todo a un mensaje sencillo sería que a las buenas personas a veces les pasan cosas no tan buenas, pero que si son perseverantes, la vida misma les encontrará una recompensa.

No hace falta un billete de oro para conocer la fábrica de chocolates de Willy Wonka. La imaginación en unas inspiradas páginas es suficiente para cualquier lector.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Para empezar, diré que no tenia ni idea que existiera un libro de” Charly y la fábrica de Chocolates”, también vi las dos películas que se han basado en el libro, y la verdad es que a momentos el humor negro de Tim Burton no es de mi agrado, así que me quedo con la película de 1971, que de niño me cautivo más.

    Los lectores están de acuerdo en que es un libro pequeño que se puede leer fácilmente, plagado de ingenio, gracia y sencillez, aunque algunos creen que libro original es un poco racista por los personajes de los “Umpa lumpa”, que el autor detalla que son gente venida de África y que forman la parte laboral de la fabrica de Willy Wonka, en la actualidad se dice que cambiaron el origen de los personajes y que ahora vienen de “Umpalandia”. (Me contaras si en esta versión es cierto lo que mencionan los lectores).

    Una buena parte del libro la conforma el ingenio y creatividad del escritor al describir todos los productos y las ideas locas que se generan dentro de la fabrica de chocolate, por otro lado, el libro está amparado en una serie de elementos humanos que van desde los valores hasta los excesos, aparecen elementos como la familia, el trabajo, el respecto, la malacrianza de los hijos entre otros.

    Se dice que hay una segunda parte del libro conocido como “Charly y el Elevador de Cristal”, que en sus inicios era parte secundaria del libro original, pero que por la forma en que se aborda el tema el editor decidió dividirlo, y quizá aquí aparezca el único punto negativo de Charly y la fabrica de Chocolates y es que para muchos lectores el final del libro es muy abrupto, ya que en un par de páginas el autor resuelve demasiado rápido los diferentes problemas que se venían gestando.

    Incluso encontré el audio libro totalmente gratis, basado precisamente en la edición que has leído, aunque como soy de la vieja guardia seguramente buscare el libro, otro escrito más para el carrito de compras. Saludos mi estimado...

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