viernes, 11 de diciembre de 2020

EL MOMENTO DE LA SENSACIÓN VERDADERA de Peter Handke


«Sensaciones de vida prestadas, que el organismo rechazaba inmediatamente en este día. Y el organismo se dedicaba ya solo a rechazar: una vez excluidas las sensaciones simuladas, ya no sentía nada de sí mismo; excepto una inanidad atravesada, pesada y cadavérica. El rechazo no era más que la repugnancia ante tanta respiración artificial: la forma de experiencia internacionalmente válida, vista como simple curandería.»

Se dice que El momento de la sensación verdadera, publicada en 1975, es una de las obras más emblemáticas de Peter Handke, la que más se menciona o recomienda. No obstante, como expuse en la reseña de La tarde de un escritor, no existe una obra cumbre de Handke como tal, sino que todo premio y reconocimiento que ha recibido es por el trabajo de una vida.

Handke, independientemente de su talento como escritor, ha sido criticado por la mayoría de los países eslavos por sus opiniones acerca del genocidio en Bosnia y Kosovo, que al igual que otras latitudes, hablar de genocidio en escenarios recientes es tocar una vena política e ideológica más que un hecho o crimen de guerra. Sin embargo, también es frecuente sacar fuera de su contexto una opinión o una acción y atribuirle a una persona simpatía o complicidad inexistente. Lo mismo le pasó a Borges cuando visitó a Chile para recibir un premio en medio de la dictadura de Augusto Pinochet, lo cual le terminó costando el Nobel a pesar de que es uno de los escritores más importantes del mundo en el siglo XX, convirtiéndose en la base literaria de muchos escritores noveles. Por suerte para Handke, la Academia Sueca valoró más su trabajo y talento literario que la polémica vertida a su nombre.

El momento de la sensación verdadera es un tributo, una readaptación de La Metamorfosis de Kafta en la Europa de la postguerra, en el siglo XX. Su personaje principal incluso se llama Gregor, Gregor Keuschning, en honor a Gregor Samsa. Basta leer la sinopsis para darse cuenta de ello:

«Un hombre se levanta una mañana tras un largo sueño en el que se ha visto a sí mismo convertido en un asesino, [un monstruo]. A partir del momento del despertar, los dos días en que seguiremos a [Grergor] Keuschnig, diplomático austriaco en París, se convertirán en una espiral de repugnancia y sinsentido, de caída del mundo, de despojamiento hasta el propio horror.»

El momento de la sensación verdadera es una historia de transformación súbita, se centra en el camino de un solo protagonista a partir del momento que se percató de que había cambiado. El existencialismo, la ansiedad, el desorden psicológico y la filosofía del absurdo son los elementos que dibujan el devenir del arco de Gregor Keushing. A diferencia de La Metamorfosis, la novela de Handke es más sutil en el elemento detonador, Gregor no es un insecto gigante y monstruoso físicamente, sino que espiritualmente ha sido castrado de todo humanismo, llegando a convertirse en intolerable, al mismo tiempo que deja de encajar en el escenario social.

Recuerda un poco a esas historias de autodestrucción o pérdida de identidad como en El lobo estepario de Hesse o Devastación de Kristensen. Keushing es un diplomático austriaco que vive en Francia, en un piso en el que goza espacio y comodidades, excepto por el ruido de los trenes. Le acompañan su esposa y su pequeña hija Agnes. Su trabajo en la embajada consiste en leer los periódicos franceses y estar atento a cualquier mención de Austria en los medios, para luego hacer informes sobre la percepción de su país en Francia. Si encuentra algo que no encaje con la imagen de Austria, debe solicitar una aclaración al medio que la publicó. Su trabajo es velar por la buena y correcta imagen de su país. Todo su día y todos sus días, se encuentran en agenda, posee una rutina que lo hacen parecer ordenado. Sigue un sistema, aunque previo a su transformación tampoco era el hombre correcto, tenía una amante y era con su familia distante.

Recién acabo de leer algunas novelas de escritores latinoamericanos donde sus protagonistas luchan por sobrevivir cada día. El qué comer, en qué techo dormitar es lo que ocupa sus mentes. Tener una fracción de las comodidades del protagonista de El momento de la sensación verdadera sería para ellos un sueño, estar más allá de sus esperanzas. Gregor Keushing podría decirse que está en la cumbre de la pirámide de Abraham Maslow y eso lo arroja a un vacío abismal. No sabe lo que quiere, no entiende donde está y lo que hace, no le importa. Cuando todo está resuelto, cuando la vida parece brillar ¿por qué licúa el espíritu y daña a todos a quien rodea? Todos los caminos de las crisis existenciales conducen al nihilismo.

El momento de la sensación verdadera no tiene un desenlace como el de La Metamorfosis. Gregor no muere y tampoco es un asesino más que de su propio pasado de realidad aparente. Aunque Handke enfatiza como punto de quiebre una pesadilla, lo cierto es que todo en la vida de Keushing fue una acumulación que lo llevó a un momento de renuncia de sí mismo.

La voz del relato es la del narrador equisciente. Keushing es el centro de la historia, aunque irónicamente su sensación es la de ser el centro de la nada, de lo absurdo y es aquí donde a pesar de estar inspirada en La Metamorfosis se aleja de las alegorías fantásticas y esboza el absurdo en el propio realismo. La dificultad en la lectura es que para el lector es complicado empatizar con el protagonista de la historia, aun cuando las sensaciones que experimenta le hacen contemplar maravillas en las cosas más comunes y triviales. En todo caso se disfruta más analizando la construcción de las oraciones y párrafos, el talento del escritor en un estilo que en apariencia sencillo esconde una gran complejidad en la utilización de recursos retóricos que imposibilita una lectura somera o superficial.

«¿La violencia y el sinsentido no son, al fin y al cabo, una y la misma cosa?» M. Horkheimer

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