«Era asunto de todos los días que los perros sin dueño mordieran a alguien mientras andaban correteando gatos o peleándose con los gallinazos por la mortecina de la calle, y más en los tiempos de abundancia y muchedumbres en que la Flota de Galeones pasaba para la feria de Portobelo. Cuatro o cinco mordidos en un mismo día no le quitaban el sueño a nadie, y menos con una herida como la de Sierva María, que apenas si alcanzaba a notársele en el tobillo izquierdo.»
Esta novela fue publicada en 1994 ya cuando Gabriel García Márquez era un escritor elogiado, consumado y ganador del Premio Noble de Literatura; sin embargo, la inspiración de esta historia parecía venir de muchos años antes, cuando él todavía se ganaba la vida como periodista en Cartagena y fue testigo de un descubrimiento que le trajo recuerdos de una leyenda que le contaban en su niñez. La historia se quedó suspendida durante mucho tiempo hasta que encontró el momento adecuado para sacarla a luz.