lunes, 20 de julio de 2020

EL REY DEL INVIERNO de Bernard Cornwell


«También la nieve estaba presente al iniciarse el relato de Arturo. Fue hace una vida, en el último año del reinado de Uther, rey supremo. Corría el año 1233, según el cómputo romano, desde la fundación de su ciudad, aunque en Britania contamos el tiempo desde el Año Negro, es decir, cuando los romanos redujeron a los druidas en Ynis Mon. Según ese calendario la historia de Arturo comienza en el año 420, aunque Samsum, a quien Dios bendiga, cuenta los años de nuestra era a partir del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, es decir, 480 inviernos antes de que sucedieran estos hechos. Pero sea cual fuere la cuenta, sucedió hace mucho, en épocas remotas, en una tierra llamada Britania, y yo estaba presente.»
Bernard Cornwell es un gran novelista inglés que se ha destacado por la creación de sagas históricas. En sus relatos suele mezclar personajes reales y ficticios, y además tiene una fijación con la narración de corte heroico. Entrar en las páginas escritas por Cornwell es conocer la historia desde una perspectiva de aventura coronada por batallas épicas. Bernard Cornwell es principalmente conocido por las aventuras del fusilero Richard Sharpe, que tiene más de veinte entregas acumuladas a lo largo de casi tres décadas. Richard Sharpe fue su carta de presentación en las editoriales, ganando con él muchos lectores; sin embargo, Cornwell ha sido elogiado más por las nuevas series escritas con menos volúmenes y mayor precisión histórica, como Los arqueros del rey compuesta por cuatro entregas y que toma de escenario la guerra de los cien años; la saga Sajones, vikingos y normandos compuesta por 10 entregas, la tetralogía de la guerra de Secesión Americana y la trilogía de El señor de la Guerra donde aborda la leyenda artúrica cuyo primer libro es El rey del invierno.

En las novelas históricas de Bernard Cornwell suele primar la aventura y una excelente construcción de escenarios mediante descripciones cuasi fotográficas. La narración se hace desde el punto de vista de un personaje, casi siempre un jovenzuelo y plebeyo ficticio, que va descubriendo con el lector el complejo escenario al que se enfrenta y cuya inmadurez, ingenuidad y falta de conocimiento le eximen de apreciaciones profundas, dificultad para tener acceso a los personajes históricos centrales y ninguna incidencia o repercusión de sus decisiones sobre los acontecimientos. A pesar de que Cornwell investiga y consulta varias fuentes para sus novelas, el rigor histórico en ocasiones tiende a ceder para favorecer a la trama, él lo hace ver siempre en sus notas y es comprensible tomarse ciertas licencias para presentar o unir ciertos hechos que de otra manera pertenecerían a un relato diferente. Su estilo me recuerda a Ken Follett, pues sabe como hacer fluir la narración con una gran cantidad de personajes, escenarios y subtramas de tal manera que el lector nunca se siente perdido o aburrido.

Escribir sobre la leyenda artúrica es todo un reto, porque el personaje tiene más de mito que de realidad y muchos novelistas ya han tenido su propia versión, por ejemplo, he leído Galahan de Rosalind Miles, Camelot de T. H. White, La caída de Arturo de J. R. R. Tolkien y hasta Perceval de Chrétien de Troyes, y ninguno es igual. Bernard Cornwell convirtió la leyenda artúrica en su obra más ambiciosa porque pese a las complejidades de hacer una novela histórica con fuentes escasas o distantes a la época donde se desarrollan los acontecimientos, nos entrega una obra que se apega más a la historia que a los escapes aventureros o experimentales. Arturo representa un hito para el surgimiento del reino británico, un héroe nacional y Bernard Cornwell siendo uno de los autores ingleses de novela histórica más famosos de la actualidad, no podía dejar un vacío en su legado al no hablar de Arturo.

No existen registros de la existencia de un rey llamado Arturo, a lo sumo se sabe que fue un líder militar que combatió contra los sajones invasores de Britania tras la salida de los romanos que habían sucumbido a la caída de su imperio. Y a ello también debemos sumar una serie de personajes que son parte ya del folklore británico como Lancelot, Galahad, Morgana, Uther Pendragón, Mordred y hasta el gran Merlín, esto sin mencionar a Camelot, la mesa redonda, la dama del lago, Avalon y Excalibur. No cabe duda de que Arturo fue un hombre excepcional cuyas proezas fueron cantadas por los bardos, pero que a lo largo de los siglos la tradición oral convirtió los hechos en leyenda y la leyenda en mito.

¿Cómo escribir una novela histórica sobre Arturo? Bernard Cornwell utilizó su fórmula segura de narración y tomó como base todas las fuentes que podrían ayudarle a construir la Britania entre el Siglo IV y V, los pueblos que poblaban la isla, su distribución geográfica y algunas características políticas. No podía obviar de ninguna manera los otros personajes emblemáticos de dudosa existencia, por lo que también los incorporó a la narración y buscó crearles una historia lo más cercana posible a lo que hubiera encontrado si los registros de aquella época no se hubieran perdido.
«Los impuestos han sido la mayor fuente de riqueza para los hombres que no están dispuestos a trabajar.»
La voz de El rey del Inverno es la de Derfel Cardarn que, como un monje anciano, cuenta la historia de Arturo a la joven Igraine, reina de Powis. El valor de la narración de Derfel es que él combatió junto a Arturo, fue uno de sus capitanes y hasta le concedió el título de Lord. Derfel comienza su relato desde que era un sajón huérfano y desarraigado adoptado desde niño como discípulo de Merlín.

Con El rey del invierno comenzó una trilogía que tiene mucho más valor literario que histórico. Los personajes tienen mayor complejidad, un trasfondo donde evolucionan y maduran, no se sienten tan acartonados como personas o muy buenas o muy malos, no están en blanco y negro, son muy humanos, capaces de actos heroicos o de maldad quizá no al mismo tiempo, pero sí en momentos y circunstancias de su vida. Cuando leí la saga de Los arqueros del rey me encontré con un Bernard Cornwell orientado a un público más joven, con una lectura más fresca y sin demasiadas pretensiones. Esta trilogía o al menos su primer libro reviste de mucha seriedad, no se siente pretencioso, pero tampoco ligero o intrascendente. La versión de Cornwell es por mucho la mejor versión de Arturo que he leído o visto.
«Algunos hombres tienen más facilidad para adquirir conocimiento que para ponerlo en práctica.»
El libro comienza con varias páginas que listan los principales personajes con los que nos encontraremos, quienes son, su puesto o rango. También incluye un listado de lugares, algunos con nombres antiguos, otros ficticios, pero al mismo tiempo nos brinda el nombre con que se le conoce actualmente. Y por último, Cornwell nos ofrece un apéndice inicial más compuesto por un útil mapa de la Britania de finales del Siglo IV, apropiado para ubicar los diferentes reinos, tribus, batallas y calcular distancias. 
«Los sueños no se hacen realidad a base de cautela, sino afrontando el peligro.»

1 comentario:

  1. La britania post-romana es donde se desarrolla esta fantástica novela de la cual he leído algunas reseñas muy interesantes, con criterios muy divididos, en donde algunos creen que la novela comienza su narrativa muy lenta, qué es un poco complicado adecuarse a los nombres británicos y qué esporádicamente se hace una descripción del famoso personaje Arturo, un hijo ilegítimo del Rey Pendragon, quién bajo la tutela de Merlín irá creciendo en conocimientos habilidades y destrezas. Personajes como Lancelot y Merlín aparecen también de la mano de este escritor que ha dejado volar su imaginación, sin embargo según dicen el personaje principal no es Arturo, sino su fiel servidor y discípulo Derfel Cadarn, quien narra la historia del crecimiento de Arturo cuando él es ya un anciano, amparado primero en los dioses druidas y odiando el cristianismo vamos a ver cómo al final de la primera narrativa se encuentran ellos siendo partidarios de una orden religiosa, cómo se dio todo esto? seguramente los otros dos tomos lo dirán. Una historia donde se mezclan batallas, amores, luchas por el poder, ambición. El talento narrativo de Bernard Cornwell consigue que el lector sienta el peso de la cota de malla, oiga el fragor del combate y se lance a la carrera hacia un desenlace inesperado. Me imagino aquí que quizás hace con su novela un pequeño homenaje a las novelas medievales y de caballería. Algunos dicen que hay ciertas semejanzas con Jueego de Tronos. pero el Rey del Invierno es anterior ya que aparece publicada en 1995, mientras que obra magnífica de George R.R. Martínma aparece hasta 1996.

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