«El pasado retorna siempre en la forma de cosas pequeñas. Y lo que trae de vuelta ese momento a mi memoria es el velo transparente y luminoso de nieve que, movido por un hálito de viento, atravesó nuestra ventana.»
Carla Guelfenbein es una escritora chilena de ascendencia ruso-judía, está graduada de biología y tiene experiencia como diseñadora en agencias de publicidad. Su primera novela fue El revés del alma, publicada en 2002, de la cual obtuvo buenas críticas y una recepción que, si bien no la convirtió en un fenómeno de ventas, sí fijó su nombre como una autora en ascenso. Actualmente tiene siete novelas publicadas, la mayoría de ellas por Editorial Alfaguara, todas con el común denominador de tener personajes femeninos fuertes y memorables, capaces de sostener el relato sin perder la sensibilidad narrativa y con la sencillez y claridad de un espejo en el que todos pueden ver reflejado algo de sí mismos. El Premio Nobel de Literatura, J. M. Coetzee, se refirió a la obra de Guelfenbein como «Sutil, visionaria y humana.» y es que la autora no es pretenciosa y tampoco lo requiere.
Contigo en la distancia es la quinta novela de Guelfenbein y la primera en haber obtenido un reconocimiento, el Premio Alfaguara de novela 2015. Entre setecientas siete propuestas presentadas, esta novela fue elegida como la mejor. Particularmente me gusta leer las obras que han recibido algún reconocimiento previo, entre tantas opciones en las librerías no se desprecia contar con un filtro crítico. Con el Premio Alfaguara de momento y tan solo en una ocasión no he estado satisfecho con la obra galardonada, Una misma noche de Leopoldo Brizuela, parecía que en 2012 fue verdaderamente el fin del mundo según el calendario maya que hasta en las propuestas literarias hubo escasez de calidad. Quien presidió el jurado de 2015 fue el escritor Javier Cercas, que recientemente también ganó el Premio Planeta en 2019 con Terra Alta; también es importante mencionar que lo acompañó el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince, quien ha sido internacionalmente reconocido por su novela Basura publicada en 2000; y Berna González Harbour, escritora española de novelas negras que ha ganado notoriedad por la serie de la comisaría Ruiz. En efecto, en 2015 hubo un jurado interesante.
¿Y de qué va una novela que tiene el nombre de una canción de Luis Miguel? –que por cierto, no tiene ningún parecido, el título es un homónimo y curiosidad– He aquí la sinopsis:
«A Vera Sigall y Horacio Infante los une un amor de juventud y su pasión por la literatura. También un lazo misterioso que dos jóvenes, Emilia y Daniel, intentan desentrañar. Sin embargo, este no es el único enigma en sus vidas. Una mañana, Vera Sigall cae por las escaleras de su casa y queda en coma. Al principio, la noción de que su caída no fue un accidente aparece como una sospecha para Daniel. Pero con los días y las semanas, la duda irá creciendo hasta volverse una certeza. Emilia y Daniel se encontrarán en la búsqueda de la verdad acerca del accidente de la mítica escritora pero, sobre todo, en la necesidad de entender sus propios destinos.»
El eje sobre el cual el relato avanza es la vida de Vera Sigall, una escritora septuagenaria y en retiro, tan mítica como sobresaliente, y en sus secretos devenidos de un romance de varias décadas atrás descansa el hilo de Ariadna que nos sacará del laberinto de una trama que pareciera no tener demasiada luz ni certeza. Mientras la escritora está en coma tenemos tres voces que ahondan en la comprensión de los sucesos, por una parte está Daniel, un joven en sus treinta que tiene como vecina y mejor amiga a Vera y que no cree que el accidente que la ha dejado en un coma inducido sea tal, sino que hay algo más que escapa a su comprensión y que también involucra poner al descubierto sus propios esqueletos en el closet. Inmediatamente tenemos la voz de Emilia, una chica chilena que vive en el extranjero, pero que se muda a Chile para hacer una tesis sobre la obra de Vera, a quien ha admirado y seguido; lamentablemente solo tuvo una oportunidad de verla consciente y radiante antes de que el accidente le robara su principal fuente de información académica. Y por último tenemos la voz de Horacio Infante, un poeta consumado que nos lleva muchas décadas atrás y nos cuenta su relación con Vera y los secretos que por décadas han minado su espíritu, atormentándolo.
«Al pronunciar un nombre, unos hilos invisibles nos unen a la persona que nombramos.»
La novela posee una sencillez sostenida en el espíritu de sus propios personajes, quienes están sometidos a la incapacidad de poder controlar sus propios sentimientos que hurgan heridas y cambian vidas. La narración de Daniel es una conversación interna con Vera, la de Emilia es una introspección y la de Horacio una confesión que después descubrimos que es para Emilia. Manejar la voz de tres personas y que una vaya hacia atrás en el tiempo es algo que Guelfenbein maneja bastante bien, cada capítulo se traslapa de una manera que poco a poco el lector está obteniendo pequeñas piezas que dan una mayor forma y profundidad al relato. La novela podría pasar como romántica, porque son varios los romances que nos encontramos entre sus páginas, pero luego nos damos cuenta de que estos son muy parecidos a los que suceden con la mayoría en la realidad, “todo en ti fue naufragio como decía Neruda. Es muy agradable descubrir algunos guiños a la literatura, especialmente cuando menciona la triste escena de Rocamadour que nos transporta a Rayuela.
«Cuando la palabra llega al papel, no es para describir algo que existía antes que ella, sino para crear aquello que describe.»
Vera Sigall fue inspirada en la escritora Clarice Lispector, quien fue una de las autoras brasileñas más importantes del siglo XX; y que al igual de Guelfenbein, tiene orígenes ruso-judíos. Y esto es bueno que lo haya aclarado la escritora, porque por allí estaba empecinado en creer que había algo de Elena Garro en Vera, y un poco de Octavio Paz en Horacio Infante. Guelfenbein confiesa que entretejió también momentos de su propia vida y probablemente difuminar esa delgada línea de la ficción es lo que hace de esta novela algo más emotivo y memorable, más personal.
Contigo en la distancia es una novela que se deja leer, nos expresa que los secretos en una relación son los que terminan enturbiando el alma y amargando los días. Mantener una mentira sobre otra es como colocar piedra sobre piedra en la tumba de la paz interior. Si bien sus personajes no son malos, sí que tomaron malas decisiones y pensamientos impropios les atormentaron. La vida y las relaciones no son en blanco y negro, existe una gran escala de grises que se extiende en todos los rincones. Ser portador de luz y color debería ser una tarea diaria, pero hasta el mismo día en ocasiones amanece nublado, plomizo y lluvioso.
La novela cierra con un giro que nos grabará en la memoria el relato, y este post cierra con estos aforismos extraídos de la novela:
«Cuando se espera con paciencia, de pronto algo se mueve en la penumbra.»
«¿Qué hago con esa paz que se cuela por las rendijas, sofocándome, y que ustedes llaman felicidad?»
«La felicidad y el dolor van juntos, y no podemos saber de antemano cuándo una u otro se saldrá con la suya.»
Al buscar algunas reseñas sobre esta novela me sorprendió encontrar al público tan dividido en sus críticas.
ResponderEliminarAlgunos lectores creen que Alfaguara se equivocó al otorgar este premio ya que consideran a la novela como un guión malo de una telenovela, con diálogos muy obsoletos, aburridos, como la voz de la autora presentando muchos , argumentan que su prosa es rimbombante y hasta pretenciosa, con una historia nada original.
Por otro lado los defensores de la novela argumentan que la escritora se ha desarrollado también al mostrar un laberinto de emociones y sentimientos que empujan todos hacia un objetivo en común: la relación de pareja.
Así también en ese laberinto se muestran las bajas pasiones que puede el ser humano alcanzar. Para muchos la novela no llega un thriller, y es que seguramente no lo es, sino que muchos concluyen en que es una novela de "exploración humana" donde la autora parte a través de un accidente registrado a uno de sus personajes para crear una serie de dudas y conflictos en el resto de los personajes que participan.
Para los defensores es una novela en que la autora ha derrochado gracia y sentido común, no sólo en la trama sino en la creación de sus personajes. Como escribió un lector: "algo especial tenía Emilia al comenzar la obra y el final lo confirma".