«El pueblo sabía de oscuridades. Conocía la oscuridad que desciende sobre la tierra cuando la rotación la oculta del sol, y sabía de la oscuridad del alma humana. El pueblo es una acumulación de tres partes. El pueblo es la gente que vive allí, los edificios que han levantado para cobijarse o comerciar en ellos, y es la tierra. Los habitantes son escoceses, ingleses y franceses. Hay otros, claro, pero no son muchos. En ese crisol nunca se hicieron muchas amalgamas.»
Una casa embrujada, vampiros y un pueblo aislado podrían ser los perfectos ingredientes para una novela de terror o quizás no. El misterio de Salem’s Lot es la segunda novela publicada por Stephen King, aunque no la segunda que escribía. King ya había escrito muy buenos relatos que años después publicaría con el seudónimo de Richard Bachman.
Tras el éxito de Carrie en las librerías lo más probable es que King apostara por un paso seguro con una novela que fijara su nombre como escritor de suspenso y terror, aunque también pudo haber tenido la presión de la editorial y me atrevería a apostar que en el caso de El misterio de Salem’s Lot es lo segundo. Imagino la conversación del agente editorial con un joven Stephen King diciéndole «A los lectores les fascinó Carrie, les encanta el terror, ahora debes escribir algo parecido a Drácula o la Casa Embrujada». King pudo haber dicho algo como «Tengo una novela psicológica de un adolescente que toma como rehenes a toda el aula, y estos en el transcurso de la historia empiezan a sufrir del síndrome de Estocolmo». El agente editor respondería «Si el adolescente no es un vampiro o un hombre lobo no funcionará».
La sinopsis de la novela es la siguiente:
«Veinte años atrás, por una apuesta infantil, Ben Mears entró en la casa de los Marsten. Y lo que vio entonces aún nubla sus pesadillas. Ahora, como escritor consagrado, vuelve a Salem’s Lot para exorcizar sus fantasmas. Salem’s Lot es un pueblo tranquilo y adormilado donde nunca pasa nada, excepto la vieja tragedia de la casa de los Marsten. Y el perro muerto colgado de la verja del cementerio. Y el misterioso hombre que se instaló en la casa de los Marsten. Y los niños que desaparecen, los animales que mueren desangrados. Y la espantosa presencia de Ellos, quienesquiera que sean Ellos.»
El misterio de Salem’s Lot es una novela que había dejado olvidada y que hace como veinte años había leído una opinión que decía que era una de las propuestas más mediocres y efectistas de Stephen King. Decidí darle la oportunidad únicamente para confirmarlo, aunque tampoco es que todo este mal, porque aún lo más flojo de King es superior a la media. La narración de King está presente de una forma más lineal, un poco más pulida y estética, aunque menos creativa que Carrie, eso hace que la novela fluya más y que a pesar de la gran cantidad de personajes que vamos conociendo en el relato, no nos perdamos. Stephen King hace grandes esfuerzos por construir un pueblo que puede verse, olerse y sentirse; no obstante, en la segunda mitad del libro la bruma de misterio creada por King se levanta y el ritmo comienza a acelerarse hasta llegar a una vertiginosa cacería de vampiros. No me parece que King haya estado del todo cómodo con esta novela y prueba de ello es que nunca más volvemos a leer de vampiros, ni siquiera en sus relatos cortos. Podríamos decir que esta novela es una transición, necesaria para la consumación de su nombre como marca, porque dos años después nos entregaría la joya que vino a ser El resplandor, una obra de gran calidad e inteligencia narrativa que la llegó a filmar el mismo Kubrick. A partir de allí King pudo obtener lo que buscaba, libertad creativa.
«Las aguas quietas son profundas.»
Drácula de Bram Stoker es la principal inspiración de King, de hecho, parece como una readaptación. El conde Drácula ya no está en Inglaterra del Siglo XVIII, sino en un pueblito de Estados Unidos de los años 60’s. Obviamente no podía llamar a su vampiro Drácula, así que lo bautizó como Barlow. Los vampiros de King son los tradicionales: duermen en ataúdes, detestan el ajo, la luz del sol los daña, no soportan las cruces y se matan clavándoles una estaca de madera en el corazón. A excepción del vampiro líder, Barlow, todos los demás no son muy inteligentes y son convertidos en esas criaturas tras una mordedura. Quizá lo único nuevo para mí fue que los perros negros con manchas blancas en los ojos ahuyentan a los vampiros, razón por la cual el Renfield de esta novela se deshace de uno. Esto me ayudó a comprender la portada que no entendía la relación entre los perros y el vampiro. Si uno busca una novela de vampiros normal, que sean esos monstruos asesinos con los que hay que luchar, “El misterio de Salem’s Lot es la indicada porque jamás encontraremos a esas víctimas trágicas de la inmortalidad que sufren por quitar una vida. Barlow es un villano acartonado y desabrido, que en ocasiones se desperdicia por su ausencia, pero es el monstruo que nos gustaría ver atravesado por una estaca.
Otra inspiración de King fue La maldición de Hill House de Shirley Jackson. El misterio y tragedia que se cierne sobre la casa Marsten, el lugar más infame y tétrico de la novela, es de sobra lo más interesante en el relato; y verdaderamente es una pena como la idea del dolor encerrado en las paredes es apartado para dar lugar a la historia de los vampiros. Pero aun siendo breves las apariciones e incursiones sobre la desolada casa Marsten, son brillantes e inmejorables. La casa Marnsten es la génesis del hotel Overlook que conoceríamos un par de años después.
«El dolor y la muerte son parte de la vida.»
El misterio de Salem’s Lot no es una novela de Stephen King que recomendaría, aunque sí la mencionaría como un buen relato de vampiros. Si bien es cierto que es bastante predecible, también se debe destacar el respeto por la tradición impuesta por Stoker, un excelente tributo que King hace al maestro del terror.
«En medio de la vida, estamos en la muerte.»
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