«Lo que llegó a decir con palabras era que había pensado en hacer la maleta y huir; al menos, se le antojaba como una salida. Pero huir no solucionaba los problemas cuando uno ha sido herido en serio. Al fin y al cabo, allá adonde vayas llevarás contigo la cabeza y el corazón. Y lo que vi en sus ojos fue que la posibilidad del suicidio había sido algo más que una fugaz idea en su mente.»
Stephen King es uno de los autores más leídos en el mundo, aunque también uno de los menos apreciados por la crítica literaria que lo han estigmatizado y relegado a escritor de género, de bestseller. Esto ya lo he esbozado en post anteriores por lo que no me detendré demasiado. Dolores Clairbone es una de esas novelas que si fueran publicadas bajo un pseudónimo tendría pocas probabilidades de convertirse en bestseller aunque no le costaría ganar mérito, premios y reconocimientos por su calidad literaria.
Dolores Claiborne está en una posición literaria muy similar a la colección de relatos Las cuatro estaciones, aunque lo suficientemente larga para dejar de ser un relato y convertirse en una novela. En Dolores Claiborne nos encontramos con la vena literaria a todo motor de Stephen King. Si buscamos poderes telepáticos, bichos extraterrestres o situaciones paranormales, tendríamos que ir a por otra novela, que para escoger las hay. Dolores Claiborne es una historia de vida donde es difícil comenzar su lectura, pero una vez inmersos en el relato ya no se puede parar. King hace una crítica al machismo, a la violencia contra la mujer, denuncia ese abuso psicológico y sexual que muchas veces se calla por guardar apariencias o se acepta como normal sin más, pero que cala en traumas y destruye vidas. Una novela publicada en 1992 que puede catalogarse como feminista.
El estilo narrativo elegido por Stephen King es el de un monólogo dentro de una confesión. A Dolores Claiborne la han citado a un interrogatorio porque es sospechosa por la muerte accidental de una anciana, Vera Donovan, a la que ella cuidaba y para quien trabajó como sirvienta durante más de tres décadas. Dolores Claiborne empieza a narrar su vida desde que buscó trabajo con Vera Donovan, respondiendo a preguntas y gestos de los policías que la interrogan sin que los diálogos de estos aparezcan escritos. El lector asume que Dolores responde a ciertas inquietudes, pero en general la narración fluye como una catarsis.
Generalmente cito la sinopsis de los libros que reseño, pero esta vez me la ahorraré. Últimamente he notado que las sinopsis de los libros de Stephen King son mentirosas o tramposas, que dan una idea errada del relato e incluso he llegado a pensar que quien las escribe ni siquiera leyó la novela. Me limitaré a decir que Dolores Claiborne es una mujer de poco más de sesenta años, sin educación y en ocasiones mal hablada. Ella en el interrogatorio confiesa un crimen que cometió tres décadas atrás y las razones que la hicieron tomar esa decisión. La muerte de su marido la convirtió en una paria entre los habitantes de Little Tall Island que siempre vieron a Dolores como la mujer que se salió con la suya y no pagó las consecuencias y con la muerte de Vera Donovan los susurros y chismes pasaron a transformarse en amenazas.
El asesinato del marido Joe St. George transcurre durante un eclipse total en el verano de 1963, ese hecho se convertiría en un hito que cambiaría radicalmente la vida para Dolores y sus hijos, pero también tiene una conexión con otra novela de Stephen King, El juego de Gerald. Y si hay un guiño a lo paranormal en Dolores Claiborne es la conexión entre los relatos mediante una visión de la misma Dolores durante el eclipse, la niña en el Juego de Gerald la vería a ella también en ese breve momento. Más adelante Dolores empieza a ver a su marido, pero no es un fantasma, sino el peso de su conciencia atormentada.
King dedicó la novela a su madre, Nellie Ruth Pillsbury King. Dolores de cierta manera es la representación de los esfuerzos que hizo su madre por mantener a flote a su familia. El padre de King los abandonó cuando este apenas tenía dos años, por lo que su madre no tuvo alternativa que redoblar los esfuerzos para mantener a sus hijos y llevar todos los días un pan a la mesa. Durante la infancia y adolescencia de King los problemas financieros y las carencias eran una constante. Pero también Dolores Claiborne representa a todas esas mujeres que sufren de violencia doméstica, que tienen maridos patanes, desempleados o mantenidos, que deben de trabajar haciendo tareas domésticas porque no recibieron una educación formal que les ayudara en la vida. Dolores Claiborne representa a esas madres que cuidan con su propio dolor a sus hijos, que el sacrificio no es una palabra sino un gesto diario, que están dispuestas a hacer lo que sea para defenderlos. Dolores Claiborne es una mujer trabajadora, que no conoce otra cosa que el trabajo y que cualquier trabajo mientras sea honesto es digno.
El desarrollo de los personajes es un talento que se le da Stephen King. Hasta en las situaciones más viscerales la construcción es bastante pulcra. Dolores Claiborne es auténtica y es difícil no creer que lo que estemos leyendo no sea ficción. Vera Donovan también es otro personaje que en un inicio se gana el repudio del lector, pero conforme vamos conociendo más entendemos que en el fondo la amistad es compleja y que el dolor puede calar profundo y cortar la razón. Sin embargo, uno de los personajes que es imposible no destacar es la hija mayor de la protagonista, Selena, ella fue la fractura del alma de su madre y el detonante para llevarla hasta el límite de la tolerancia. Sus hijos menores, Joe Jr. y Pete no se mencionan demasiado y tampoco sus acciones son importantes en la trama, incluso podrían haberse recortado sin que ello afectara al relato.
La traducción de Dolores Claiborne al español creo que se llevó muchas groserías y endulzó el relato con palabras más apropiadas para un público más amplio. Eso molesta un poco, pero no es culpa de King, sino de la editorial. No es que Dolores Claiborne fuera mal hablada todo el tiempo, pero había por allí ciertas palabras que eran graciosas porque realmente nadie las usaría como una grosería, por ejemplo «besar las nalgas».
Hay un detalle y es el final, la conclusión que no me convence de todo. Estamos ante una solución muy complaciente que no es lo típico de King y tampoco lo que esta historia merecía. El estereotipo de que King no es bueno escribiendo finales aquí gana nuevamente impulso, aunque tampoco diré que es un final pésimo, simplemente inapropiado para la calidad y credibilidad del relato que había construido.
Dolors Claiborne es una novela que difícilmente encontraremos entre las más destacables, más vendidas o populares de King; no obstante, una vez que la leemos es difícil no reconocer su valor y calidad sin que nos sintamos atrapados en esa vorágine de sentimientos de una mujer y su historia.
Para los lectores de esta obra del genio de Stephen King vuelven a sorprenderse con un libro que vuelve a romper las reglas o al menos así ellos lo consideran, ya que cada obra de Stephen King trata de ser diferente a la anterior no solo en el contenido sino también en la forma.
ResponderEliminarLa primera sorpresa se da en la narración que se da en primera persona, y sin capítulos, una gran osadía para el escritor, en mi experiencia solo me he topado con tres libros así, y son del mismo escritor, el titulo “Conversaciones con Dios” Vol. I, II, y III. Y suele suceder con este tipo de estilo que el libro tiende a volverse un poco tedioso, pues la narrativa va en una constante vorágine de emociones y relatos lo que para algunos lectores suele ser algo cansado.
El personaje principal (Dolores Claiborne) comienza un relato para defenderse así misma de un hecho oscuro que ha acontecido, pero su historia no será contada de “atrás hacia adelante”, ni de “adelante hacia atrás”, sino que lo hará desde el medio, suena raro, pero lo logra de muy buena manera.
El autor ha vertido en esta obra la violencia doméstica, el maltrato físico y psicológico dotando a sus personajes de sentimientos sombríos y pensamientos oscuros, que se van mostrando conforme avanza la obra, algo que el autor suele hacer muy bien con algunos de sus personajes según la crítica de sus lectores.
Una vez más Stephen King lleva de la mano al lector para conocer la mente y corazón del personaje principal y del porqué de sus decisiones, en esta ocasión recurrirá a un fenómeno astronómico para marcar la pauta para la liberación de su personaje principal. Dolores vera al final del túnel la luz tan esperada.
En 1995 se estrenaría la película con el mismo nombre, siendo interpretada por la actriz estadounidense Kathy Bates. La película recibió muy buenas críticas, tanto por la dirección, como por sus actuaciones.