miércoles, 9 de septiembre de 2020

TERRA ALTA de Javier Cercas


«Melchor está todavía en su despacho, cociéndose en el fuego lento de su propia impaciencia por terminar el turno de noche, cuando suena el teléfono. Es el compañero de guardia en la entrada de la comisaría: hay dos muertos en la masía de los Adell, anuncia.»

Javier Cercas es un reconocido escritor español que se ha destacado por novelas como Soldados de Salamina y Anatomía de un instante, aunque también ha escrito ensayos y relatos breves, actualmente trabaja como columnista para el diario El País. Nacido en la provincia de Cáceres, toda su obra ha sido traducida a varios idiomas y recibido al mismo tiempo diversos premios y reconocimientos españoles e internacionales, incluyendo su trabajo en periodismo. En 2019 obtuvo el Premio Planeta por esta magnífica obra, Terra Alta.

Después del Premio Nobel de Literatura es el Premio Planeta el más importante, al menos en lo que se refiere a la cuantía monetaria del premio: 601 mil euros para el ganador y 150 mil para el finalista. Los autores españoles e iberoamericanos compiten por el premio enviando una obra inédita. Aunque francamente desconozco el proceso de apertura de plicas y calificación. Este premio lo han ganado grandes autores como Mario Vargas Llosa, Santiago Posteguillo y Dolores Redondo. Como todo premio, este no está exento de polémica, por ejemplo, la mayoría de las obras ganadoras son de escritores españoles. Aún así, es un buen barómetro que nos hace concentrarnos en una obra meritoria de nuestro tiempo. En 2019 la obra finalista fue Alegría de Manuel Vilas y cuando la leí no pude más que conjeturar cuál sería la calidad de la obra ganadora que fue capaz de dejar afuera la emotiva prosa del gran Vilas. El jurado del 2019 estuvo conformado por los escritores Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y Belén López Celada, de los que seguramente habéis leído o escuchado, y que a mi parecer hicieron una buena elección con Terra Alta.

«La mitad de un libro la pone el escritor, la otra mitad la pones tú.»

Por la sinopsis de Terra Alta pensé que tenía entre mis manos una novela negra. Estaban todos los elementos: un policía taciturno de pasado oscuro, un crimen atroz y violento en un lugar pacífico y apartado, un halo de misterio incluso en las víctimas y una investigación compleja que involucra al protagonista emocionalmente. Sin embargo, hay algo más en la novela que hace difícil encajarla en un solo género y tampoco podría afirmar con facilidad que responde a un movimiento literario en particular. 

«Un crimen terrible sacude la apacible comarca de la Terra Alta: los propietarios de su mayor empresa, Gráficas Adell, aparecen asesinados tras haber sido sometidos a atroces torturas. Se encarga del caso Melchor Marín, un joven policía y lector voraz llegado desde Barcelona cuatro años atrás, con un oscuro pasado a cuestas que le ha convertido en una leyenda del cuerpo y que cree haber enterrado bajo su vida feliz como marido de la bibliotecaria del pueblo y padre de una niña llamada Cosette, igual que la hija de Jean Valjean, el protagonista de su novela favorita: Los miserables.»

La obra se cuenta en dos líneas temporales y Javier Cercas utiliza el narrador equisciente para acercarnos a la perspectiva de su protagonista, el oficial de policía Melchor Marín. La primera línea narrativa se realiza en el presente, junto al protagonista vamos descubriendo lo que le pasa en ese momento. La segunda línea narrativa es una retrospectiva, vamos descubriendo el pasado de Melchor y comprendiendo no solo sus impulsos sino ese dolor y vacío que lo consumen.

En una novela negra nunca había descubierto tanta profundidad y complejidad en el investigador del crimen. Y creo que me he consumido un buen número de este tipo de lecturas. El misterio que lo rodea es levantado con el transcurso de las páginas y nos encontramos con un hombre perturbado, con traumas, con deseos de venganza y cuestionamiento sobre la misma vida, especialmente el significado de la justicia. Es un ávido lector, aunque Javier Cercas lo enmarca con una preferencia hacia las novelas del siglo XIX y otras escritas en el siglo XX con el estilo del XIX; no obstante, es una novela la que se convirtió en su Biblia, Los miserables de Victor Hugo. En los personajes de esta novela ve un reflejo de sí mismo, además que nos da una lección de perspectiva entre el escritor y el lector. 

«Las heridas de la verdad son las que nadie ve. Las que la gente lleva en secreto. Esas son las que complican todo.»

Las introspecciones y referencias a obras literarias para nada son frecuentes en las novelas negras, de momento no recuerdo ninguna; y es allí donde Javier Cercas triunfa, porque existe un guiño para el redescubrimiento de algunos libros que han ganado mucho polvo en las estanterías y valdría la pena volverlos a retomar desde una lectura más madura y actualizada. Lamento mucho el que Cercas nos haya dado varios spoilers con Los miserables, tendré que leerla y fingir sorpresa por culpa de Terra Alta.

Volviendo al tema de las reflexiones sobre el alcance y figura de la justicia, no puedo negar que me recordó a las primeras novelas de John Grisham: Tiempo de matar y Cámara de gas. Estas novelas me hicieron reflexionar y reconsiderar acerca de algunos temas que consideraba zanjados como el de la pena de muerte, la venganza y el racismo, donde no siempre podemos estar de acuerdo con las formas que adopta la justicia, formas que no son más que las leyes y procedimientos, donde lo legítimo no necesariamente se vincule con lo ético. Javier Cercas a diferencia de Grisham, nos expone su punto de vista y visos de su mensaje a través de la voz de sus personajes y lo hace de una forma mucho más directa, esto sin sonar pretencioso, puesto que al final es el lector quien saca sus propias conclusiones.

«No respetar las formas de la justicia es lo mismo que no respetar la justicia.»

Terra Alta está bien escrita y denota mucho cuidado en su prosa, en sus diálogos, en cada palabra. Su narración es sencilla sin caer en lo simplista. Todos los personajes parecen creíbles y en momentos me da la impresión de que entre toda la historia habrá elementos que no son ficción y quizá por ello nos ha interesado más. La comarca de Terra Alta, por ejemplo, revive momentos de la revolución de los republicanos, la guerra civil y la posterior represión franquista, no ahonda en ello porque no es el propósito del libro, pero lo poco que menciona es lo necesario para entender ese pueblo y algunos malos recuerdos que desataron todo.

En no pocas ocasiones me ha dado la impresión de que Cercas le habla al lector. Si fuera una película sería como romper la cuarta pared, por ejemplo: cuando hay un cliché lo señala y se burla, cuando hay alguna frase que se pasa de pretenciosa, también lo indica y hasta con algo de ligereza, y cuando algo rebasa la credibilidad, lo dice sin más.

La portada de la novela es un gran spoiler. No digo que no sea de buen gusto. Es bastante apropiada y de hecho, demasiado apropiada, tanto que cuando vamos por poco más de la mitad del libro entendemos el significado y nos da pistas de como concluirá la historia. Las portadas minimalistas siempre me han encantado. Es un arte en toda regla. Con una sola imagen se captura el espíritu de la obra y en Terra Alta no es la excepción.  

Pueda que nos encontremos con muchas opiniones divididas sobre esta obra de Javier Cercas, pero ¿qué libro no las tiene? En lo personal me gustó. Esperaba una novela negra y recibo a cambio un viaje por la vida de un individuo que inicia su infancia como el hijo de una prostituta, transcurre su adolescencia al margen de la ley, consume parte de su juventud en la cárcel y se emancipa no siendo un policía –aunque esa era la intención–, sino formando una familia que ancla su corazón a un pueblo que antes no significaba nada, pero que después termina siéndolo todo. ¿Y el crimen se resuelve? Para descubrirlo tendréis que leer la novela.

Para finalizar este post, como es la costumbre, os dejo una buena cantidad de aforismos que fui recolectando durante la lectura.

«El éxito siempre provoca envidias.»

«Las empresas como los imperios: aparecen y desaparecen, igual que las personas, así es la vida. Y, nos guste o no, así seguirá siendo.»

«Lo sencillo es eficaz, lo complicado es ineficaz. Ese es el secreto de la eficacia.»

«La justicia absoluta puede ser la más absoluta de las injusticias.»

«Todas las novelas hablan de nosotros.»

«Cuanto peor es el hombre, más vanidad tiene y hasta los mejores hombres tienen su granito de vanidad.»

«Odiar a alguien es como beberte un vaso de veneno creyendo que así vas a matar a quien odias.»

1 comentario:

  1. ¿Es moralmente justificable tomarse la justicia por la mano? ¿Hasta dónde hay que perseguir que se haga justicia? Con un relato que avanza y retrocede mientras asistimos a la evolución de su protagonista, así se presenta Terra Alta.
    Partiendo de un suceso, y a través de una narración trepidante y repleta de personajes memorables, esta novela se convierte en una lúcida reflexión sobre el valor de la ley, la posibilidad de la justicia y la legitimidad de la venganza, pero sobre todo en la epopeya de un hombre en busca de su lugar en el mundo.
    Como suele suceder muchos seguidores de Javier Cercas rinden culto a "Soldados de Salamina" y a "Anatomía de un instante", obras que catalogan con los términos “fascinantes”, “únicas” y excepcional” pero como no todo en la vida es color de rosa, resulta que muchos esperaban algo mejor de Terra Alta. Obviamente, por algo ha ganado el premio Planeta. Algunos creen que tiene una historia bien construida, intrigante hasta las últimas páginas, se lee con facilidad y resulta muy amena. Sin embargo, a pesar de ser una novela entretenida para muchos es previsible su desenlace, poco creíble su post-desenlace, poco creíbles algunos personajes, así como cuestiones relacionadas con el crimen.
    Un lector lo decía de esta manera: “Me gusta el autor y he leído casi todo lo que ha publicado, sobre todo sus docu-novelas, en las que mezcla personajes históricos con elementos de ficción. Terra Alta incluye también elementos históricos de la actualidad, como los atentados en las Ramblas de Barcelona y en Cambrils y el referéndum del 1-O, y los mezcla con una trama de novela negra y un estudio psicológico del protagonista, Melchor Marín, policía en Gandesa (Tarragona), al que a la tierna edad de 25 años le ha pasado ya de todo, y le sigue pasando”

    Otros comentan que a diferencia de la novela negra que tan de moda se ha puesto últimamente, la investigación en sí no es lo esencial en la narración. Tampoco lo son la inverosímil trayectoria de Melchor ni los elementos históricos, aunque todos estos elementos se entremezclan y contribuyen a mantener un ritmo alto que hace que la novela se lea con facilidad. El autor recurre a tópicos sobre el Opus Dei para caracterizar a uno de sus personajes y para sugerir el posible móvil de un asesinato, pero cae en faltas graves de documentación al referirse a la Prelatura y a sus miembros. Dato curioso en una novela en que, por otro lado, el autor agradece a un amigo su ayuda para informarse de los intrincados procedimientos policiales.

    Otro lector comentaba: “En definitiva, no es una novela imprescindible, y vuelve a sorprenderme el criterio de los jurados a la hora de otorgar premios”.

    Creo que como bien has dicho tenemos una delgada línea entre el amor y el odio a los escritores y sus obras, mientras unos nos llevan a un éxtasis inimaginable que nos hace suspirar cuando se termina de leer su obra, por otro lado podemos desilusionarnos hasta el punto de criticar al autor y preguntarle: “si venias escribiendo bien, ¿viejo que te paso?”, algunos hasta cuestionan el premio que se le otorgo, pero bueno, en mi caso sigo creyendo que la lectura es como lo dulce y lo salado, como lector yo puedo escoger que puedo leer y más si ya he leído alguna reseña al respecto, en tu caso sé que te guías por los premios que se les han otorgado, (aunque eso no las exime de dejar un mal sabor de boca al leerlas), pero si trato de entender al autor ahí seguramente me sorprenderá porque al creer que el autor seguirá una línea, una formula o un modelo que le ha funcionado y de pronto da un giro de 180 grados y trae algo fuera de lo esperado entonces sucede que esperando algo dulce puedo recibir algo salado o viceversa, y esto es para mi lo fascinante de la lectura, lo inesperado, que de una u otra manera toca nuestras emociones y sentimientos.

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