«Salí del coche y lo rodeé por delante. Me hallaba aún bajo el resplandor de los faros, como un actor en un escenario, cuando la mujer salió de entre los árboles a tres metros de la reja. Vestía un pantalón y una chamarra de camuflaje en lugar de un vestido azul, sostenía en la mano una pistola en lugar de una pala de mano, no tenía por qué estar en ese lado de los Estados Unidos ni en ningún sitio salvo junto al lecho de su hijo con lesiones cerebrales, pero supe quién era.»
Stephen King es probablemente el escritor más famoso en la actualidad. Su contribución a la cultura popular es tal que no se requiere haber leído ningún libro para saber quién es él. Ha escrito tanto y se ha adaptado al cine o a la televisión una gran parte de su obra que es difícil ignorar su influencia. Este escritor proveniente de Maine ha consolidado un estilo tan característico que muchas veces nos preguntamos si acaso algo que estemos viendo no estará basado o inspirado en Stephen King.
Cada año encontramos al menos dos nuevas publicaciones de Stephen King. Es un escritor incansable que tiene una disciplina casi militar en la escritura donde no abandona el día a menos que cumpla con una meta de páginas. Después de medio siglo escribiendo y más de un centenar de relatos a cuesta, la mente de King parece una fuente inagotable, aunque también aquí hay un entrenamiento, porque King lee la misma cantidad de horas que escribe y esto le permite actualizarse e inspirarse.
Billy Summers fue publicada en 2021, con unos pocos meses de diferencia de Después, aunque esta última, vista en retrospectiva, es más ligera en comparación con Billy Summer. Después se siente como un relato corto sin pretensión que terminó convertido en novela muy entretenida, mientras que Billy Summer fue concebida como una novela desde su inicio, y no de poca extensión, por cierto. Algo que es de aplaudir es que la editorial conservó el título original y no lo tradujo. Y antes de entrar en detalles con la reseña, he aquí la sinopsis:
«Billy Summers es un asesino a sueldo y el mejor en lo suyo, pero tiene una norma: solo acepta un encargo si su objetivo es realmente mala persona. Ahora Billy quiere dejarlo, pero todavía le queda un último golpe. Y siendo uno de los mejores francotiradores del mundo, un veterano condecorado de la guerra de Irak, un auténtico Houdini cuando toca desaparecer después de finiquitar un trabajo, ¿qué podría salirle mal?»
Billy Summers es una novela en la que Stephen King intenta separarse del subgénero de terror o suspenso suprimiendo el contenido paranormal, aunque inevitablemente deja algún rastro, en este caso más un guiño a los lectores empedernidos de su obra que una revelación o eje crucial de la nueva historia. En efecto, las referencias nostálgicas ya no son solo de las películas hollywoodenses, también las encontramos en las novelas. El Overlook nos saluda entre las páginas; no obstante, es importante aclarar que el realismo es una constante en la novela. No hay nada mágico y esta vez deus non est machina.
Billy Summers es una novela que quiere transitar en el género policial, pero suprime en entero a la policía, de allí que es mejor calificarla como una novela de crimen o mafias, o incluso como una novela de carretera. Nos coloca a su protagonista, Billy Summers, en una etapa en la que ya está cansado de ese mundo tramposo y violento al punto que empieza a evadir sus propias reglas que en un pasado fueron claves para su supervivencia, anonimato y seguridad. Toma riesgos que él ya no logra explicarse del todo. De cierta manera es otra historia del ocaso de un asesino a sueldo que ha decidido aceptar un último trabajo antes de desaparecer.
Billy Summer tiene dos narraciones: la principal es en tercera persona y es completamente lineal, con énfasis en los personajes (sus diálogos, pensamientos y emociones); la secundaria, es una narración paralela dentro de la principal como páginas de un libro que está escribiendo el protagonista, que en un inicio tenía la finalidad de ser una fachada con un propósito dentro de la misma trama, pero que finalmente se convierte en el vehículo literario para adentrarnos en el pasado del protagonista y descubrir lo difícil, turbio y violento que fue su infancia y juventud y entender su comportamiento presente, que francamente en medio del telón taciturno, arranca la empatía del lector y nos hace olvidar que se trata de un sicario mientras nos convencemos que es un vigilante justiciero. La narración secundaria es en primera persona y plenamente identificable que incluso posee su propio arco, puesto que comienza intencionalmente con una pobre escritura que a medida que avanza, mejora progresivamente hasta confundirse con la principal.
También es importante destacar al personaje femenino principal, Alice Maxwell, cuyo papel no se limita a la damisela en apuros, sino que su inclusión es un complemento al propio arco del protagonista además del suyo propio que en conjunto impulsan la resolución de la trama que, para gusto o disgusto, me parece una de las maneras tan solícitas como correctas y de las mejores de King para concluir la historia.
Los aciertos de Stephen King aquí consisten en no enrollarse demasiado en las estructuras criminales y limitar el movimiento de sus personajes dentro de un entramado previamente concebido. El foco está en todo momento sobre el protagonista y su transitar en los dilemas éticos, morales y hasta filosóficos de la vida que ha elegido más por ausencia de opciones viables que por auténtica vocación que, si bien es cierto que es un francotirador de élite, hubiera preferido aprovechar sus otros talentos en algo si no más provechoso para la sociedad, al menos que no implicara sangre y pólvora.
No podría afirmar que es una típica obra de King, puesto que Billy Summers es más tangencial. Si de encasillar al escritor se trata, Después se encuentra en la línea de temas e historias tradicionales de King; sin embargo, también es importante subrayar que muchas de las grandes obras de King son las que exploran otros conceptos, como los relatos de la colección Las cuatro estaciones, Misery, Dolores Claiborne y Mr. Mercedes.
Billy Summers es una novela que tiene como ejes la redención y la memoria. Billy Summers desea y quiere ser una buena persona, pero sabe que por lo que ha hecho y hará es imposible, aunque eso no significa que todos sus actos sean turbios. Cuando Billy Summers finge ser otra persona, cuando adopta la identidad de David Lockridge, un escritor no publicado, es cuando más auténtico y sereno se siente. De igual manera pasa con las palabras del relato secundario, relato que hablan de una vida rota, ¿Es posible redimir a la persona a través de cómo lo recordemos y no de lo que haya hecho? El relato secundario es una evocación de la tragedia y una mirada desprendida de la amargura para entender el punto en donde todo empezó a torcerse. Alice Maxwell también pasa por disyuntivas similares y la manera en cómo este personaje aprende, se fortalece y evoluciona no hace ningún ruido. A pesar de la drasticidad y los traumas asociados, el camino elegido lo hacen creíble.
Para concluir, Billy Summer es una muy buena novela, muy recomendable. Ofrece tanto entretención como un subtexto reflexivo y narrativamente es excepcional, demostrando una vez más que King es uno de los mejores novelistas de nuestros tiempos.
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