lunes, 8 de junio de 2020

EL JUEGO DE ENDER de Orson Scott Card


«No había ahora ninguna duda en la mente de Ender. No recibiría ninguna ayuda. Fuera lo que fuese lo que tuviera enfrente, ahora y siempre, nadie le salvaría. Peter podría ser un canalla, pero había tenido razón, siempre la tuvo: el poder de causar dolor es el único poder que importa, el poder de matar y destrozar; porque si no eres capaz de matar entonces siempre estarás sometido a los que sí son capaces, y nada ni nadie te salvará.»
Orson Scott Card es un escritor estadounidense de temática juvenil y de ciencia ficción. Su obra cumbre fue El juego de Ender, libro que tras su publicación obtuvo notoriedad y reconocimiento, tanto por su calidad narrativa como por la complejidad y crudeza de su historia. Ganó los premios Hugo y Nébula. También fue el comienzo de una saga que de forma directa la componen seis libros, y como sagas complementarias y precuelas existen otros nueve. 

Leí El juego de Ender sin investigar demasiado los aspectos del libro, sabía que hay una película y que además esta novela es un referente de ciencia ficción juvenil y una de las mejores obras de distopias postapocalípticas, pero poco más. No la hubiera leído nunca de haber sabido que había una docena de libros. Esto no es porque no me guste o no disfrute de este tipo de libros, tampoco porque no me haya agradado la obra, sino porque son demasiados libros y no todos están disponibles y dejar historias sin terminar, sin concluir, es frustrante. Afortunadamente El juego de Ender es autoconcluyente. La historia contada tiene un comienzo y un final aceptable dentro de su marco referencial. 

La sinopsis tiene la terrible desventaja que te cuenta toda la trama y las revelaciones importantes, dejando muy pocos secretos. Hela aquí:
«La Tierra se ve amenazada por una especie extraterrestre de insectos, seres que se comunican telepáticamente y que se consideran totalmente distintos de los humanos, a los que quieren destruir. Para vencerlos, la humanidad necesita un genio militar, y por ello se permite el nacimiento de Ender, que es el tercer hijo de una pareja en un mundo que ha limitado estrictamente a dos el número de descendientes. Ender nace para ser entrenado en una estación espacial después de que su hermana mayor y su sádico hermano Peter hayan sido declarados no aptos. Los jóvenes se distribuyen en grupos que compiten entre sí, en gravedad cero, con armas que paralizan sus armaduras. Ender asciende rápidamente en la jerarquía de la estación y se convierte en un líder nato, en la persona capaz de dirigir a las flotas terrestres contra los insectos de otros mundos.»
Ender Wiggin, el protagonista de la novela, es alistado en el ejército desde los seis años. Su adiestramiento militar ocurre en el espacio. A diferencia de otros niños o jóvenes en este tipo de historias, Ender Wiggin no es un personaje sufrido o melodramático. Es bastante maduro y reflexivo y todas sus decisiones son frías y estratégicas. Se describe como un niño genio y concebido para la grandeza y liderazgo, pareciera que genéticamente haya sido alterado. No es un Gary Stu, porque también comete errores y necesita aprender y prepararse para enfrentar cada obstáculo. Su evolución como personaje central es notoria. 

Si todo está dado para que el personaje triunfe no es porque todo le haya sido servido en bandeja de plata, sino porque le obligaron a hacerse duro y responder con firmeza y determinación. La historia es difícil, no de seguir, sino de concebir. La premisa es el adoctrinamiento y entrenamiento militar de niños y su combate. Los mayores no superarán los trece años, pero la mayoría con los que Ender inicialmente se relaciona tendrán una media de nueve. La historia, pese a su dosis de violencia, nunca pierde de vista que va dirigida a un lector joven. 

En los conflictos de Ender radica la genialidad del relato de Orson Scott Card. Ese niño que crece y en la medida que avanza en la jerarquía y gana el respeto de todos, también se aísla y resiente el peso de su soledad. Sus amigos no pueden serlo por mucho tiempo, porque con cada triunfo los aleja. Por otra parte, lleva consigo el peso de una responsabilidad inconmensurable. Debe salvar al mundo de los insectores, pero en contraste, nadie está para salvarlo ni intervenir por él. Si alguien lo quiere golpear o matar, él debe defenderse. El relato tiene esos matices. Y los puntos controversiales es el uso de la violencia extrema como último recurso. Los niños deberían jugar y divertirse, en cambio prácticamente son tomados por el ejército, como un recurso o propiedad, sometidos a la rudeza de la vida castrense y obligados a madurar. La infancia perece muy pronto y no hay lugar para los débiles.

Un mundo que ha sido golpeado por dos invasiones de insectores dieron como resultado una distopia bastante interesante. Todo el mundo se unió en una sola causa. La guerra contra los invasores acabó con todas las guerras entre las personas. Orson Scott Card publicó la novela a mediados de la década de los ochenta; eso significó que el mundo que el escritor conocía estaba dividido en capitalistas y comunistas, eran las postrimerías de la guerra fría. En su novela se refleja esa escisión y se hace bastante referencia al Pacto de Varsovia. 

La obra también se siente adelantada a su tiempo. Contiene algunas predicciones que finalmente resultaron reales. La principal es la manipulación de la opinión pública mediante las redes. No se habla propiamente del Internet, computadoras personales y redes sociales. Son computadores, consolas y redes de comunicación virtual. Lo cual es fascinante y no puedo dejar de mencionar.

La novela tiene un giro final que a muchos convence a otros no. De cualquier manera, es una figura para retratar una manipulación o engaño. Ender tiene conflictos de principios que podrían poner en riesgo la misión. Cuando Ender responde ante provocación es efectivo. La ofensiva no es una característica particular en él, aunque sí la disciplina y la competitividad. Todos los juegos eventualmente lo convirtieron en una persona que no puede tolerar la derrota o que no la ve como opción. Si la realidad fuera como un juego, para él sería mucho más fácil. Aunque la mayoría de los personajes en esta historia son niños, sus vicisitudes, pensamientos y acciones no son infantiles, caprichosas o irracionales. 

Una novela muy recomendable. Se deja leer con mucha fluidez. Existen ciertos momentos donde pierde brillo, específicamente los relatos alternativos de los hermanos de Ender, que bien podrían haberse omitido o modificado sin que eso cambiara la trama, su desarrollo y desenlace. Sin embargo, son tolerables y el resultado en su conjunto brinda una plausible experiencia. 

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