«No es respeto, sino el miedo lo que motiva a un hombre; así se construyen imperios y se ponen en marcha revoluciones. Ése es el secreto de los grandes hombres. Cuando un hombre tiene miedo de que lo aplastes, de que lo destruyas por completo, su respeto siempre vendrá detrás. El temor más elemental siempre es embriagador, abrumador, liberador. Siempre es más intenso que el respeto.»
Antes de que existiera la aclamada y premiada serie de Netflix, House of Cards, hubo una miniserie que la inspiró, producida por la BBC en 1990, adaptada en Gran Bretaña y de apenas cuatro episodios; pero antes de que existiera esa miniserie también hubo una novela en la que se basó, escrita por Michael Dobbs, el jefe de gabinete de Margaret Thatcher, en un momento que estaba furioso y necesitaba sacar todas las emociones tóxicas que produce la política y encontró en la escritura un ejercicio terapéutico y menos riesgoso.
Michael Dobbs fue un político británico que militó en el partido conservador y cuya posición en el gobierno le permitió contemplar, conocer y comprender lo intrincado de la política de su país, la maraña de intriga e intereses subyacentes y todo ese juego en el sistema de contrapesos. Nunca imaginó que lo que comenzara como un reto, terminara convirtiéndose en un bestseller y que sin haber deseado ser escritor, acabara dedicado a la escritura teniendo como fuente de inspiración su propia carrera política. House of Cads es el primer libro de Dobbs. A la fecha ha escrito veinte libros: tres de la serie de Francis Urquhart –al cual pertenece House of cards–, tres de la serie Tom Goodfellowe, cuatro de la serie de Winston Churchill, seis de la serie de Harry Jones y cuatro novelas más.
Dobbs cuenta que se encontraba vacacionando en la isla de Gozo, en el mar Mediterráneo, cuando un libro que leía le cabreo demasiado y no paraba de quejarse. Ya estaba al límite del hastío con el sol, la playa, el calor, el viento y lo único que le faltaba era que un bestseller le fastidiara sus vacaciones al no ser lo que él esperaba. Su compañera cansada de tantas quejas le dijo que si él creía que podía hacer algo mejor, que dejara de quejarse y que escribiera su propio libro. Dobbs entonces tomó un cuaderno, un lapicero y una botella de vino. Se dirigió a la piscina pensando qué historia podría escribir cuando él solo sabía de política. Se recordó de la semana previa a las elecciones cuando Margaret Thatcher ganara por tercera vez y se convirtiera en la persona que más tiempo ocupó el cargo de Primer Ministro Británico en el Siglo XX. Según Dobbs, Margaret Thatcher estaba muy estresada, molesta con todos, llevaba una semana sin dormir y como guinda tenía un dolor de muelas. Relata que se ensañó con todos, fue brutalmente injusta y que a él especialmente lo trató como una pera de boxeo. El apodo de Dama de Hierro jamás estuvo mejor encajado porque literalmente en esa semana fue el hierro de todos. Mientras estaba en la piscina, Dobbs pensó en una ficción política para sacar esos episodios de su vida que indirectamente eran la causa acumulada de años de su mal humor, de cómo sería una conspiración para hacer dimitir a un Primer Ministro y quien sería la persona que orquestara todo. Pronto surgió la figura del whip, que es una posición importante en el parlamento y que está enterado de todo y conoce a todos. Así creó a Francis Urquhart.
La versión de House of cards que leí es una edición revisada veinticinco años después por Dobbs, en 2014. El escritor indica que nadie que haya leído su primera publicación e inmediatamente leyera esta versión revisada se daría cuenta en los cambios, puesto que los mismos fueron muy sutiles y estaban orientados a mejorar la calidad narrativa, no a modificar la historia o sus personajes. Ciertamente Michael Dobbs no es un novelista y pueda que, a pesar de la revisión, aún sintamos que nos quede a deber en los diálogos y tridimensionalidad de los personajes, pero la premisa de la conspiración es sólida y la historia atrapa. Hay una buena cantidad de personajes secundarios que creo son interesantes, me hubiera gustado que los desarrollara un poco más, por ejemplo, Mortima, la esposa de Francis casi no aparece y apenas tiene una línea, mientras que su contraparte de la serie de Netflix, Claire Underwood, es tan importante como el propio Francis.
La narración es en tercera persona, con apenas unas cuantas líneas al inicio de cada capítulo que dan la apariencia que Francis Urquhart le está hablando al lector. He allí la ruptura de la cuarta pared en la serie. De esas escasas líneas se extraen aforismos que ni Maquiavelo podría haber mejorado. La narración en general es lineal, pero a saltos. No creo que haya un capítulo de más, al contrario, me parece que faltan. Cada capítulo viene a convertirse en la descripción de un movimiento en el tablero de ajedrez político que está jugando Francis, pero estos movimientos son simples y sutiles, incluso pequeños. Ninguno por sí mismo sería suficiente para hacer daño, pero la sumatoria de todos en el momento oportuno fueron las que provocaron el éxito del plan.
«La verdad es como un buen vino. A menudo se encuentra arrebujada en el rincón más oscuro de una bodega. Necesita que le den la vuelta de vez en cuando. También que se le quite suavemente el polvo, antes de sacarla a la luz y empezar a utilizarla.»
Dado que Michael Dobbs fue jefe de gabinete siempre quedarán dudas de que tanto es ficción y que tanto es verdad, refiriéndome específicamente al ambiente en el que sitúa la novela y no la historia en sí. Pero a pesar de todo, esas intrigas y manipulaciones al estilo inglés se ven como lo que son, una política mucho más desarrollada, evolucionada, una ambición por el poder. No es dinero, no es riqueza, es poder. Nuestros políticos en América Latina dan para otras historias de la que nadie podría sentirse orgulloso, basta leer a Vargas Llosa por citar un ejemplo.
Una novela muy recomendable, con buen ritmo y entretenida. Si visteis la serie de Netflix pueda que no te sorprenda mucho y que todos los personajes, aun con los nombres cambiados, los identifiquéis prontos con sus contrapartes norteamericanas. A pesar de todo, no sucede exactamente lo mismo. El tren parte de diferente estación y recorre caminos un tanto diferentes, pero la terminal de destino es la misma.
Para terminar, dejo algunas líneas sobresalientes que he extraído a manera de aforismos o frases.
«Nada dura para siempre. Ni la risa, ni la lujuria, ni siquiera la vida en sí. Para siempre, no. Por eso le sacamos el máximo jugo a lo que tenemos.»«La política requiere sacrificio. El sacrificio de los demás, por supuesto.»«Política: dícese de la disciplina en la que cuesta muy poco pasar de diputado a imputado.»«Cuando se han talado todos los demás árboles, incluso un arbusto puede parecer alto.»«No hay forma alguna de perversidad que un político no pueda permitirse y que un periodista no dude en cacarear. La exageración rayana en el histerismo es el sello distintivo de ambos.»«La belleza depende del color del cristal con que se mire; la verdad, de hasta qué punto la manosee el jefe de redacción.»«En política, las amistades no son más que impresiones, se borran muy fácilmente.»
Sabía que ese título lo había visto en algún lado. Esta serie protagonizada en Netflix por el multi aplaudido Kevin spacey a recibido tantos elogios como críticas por la forma en que el poder en la política y la gente que los integra se mueven despiadadamente, y a leer la reseña del libro me muestra que muchas veces hasta el enojo, la ira y la cólera bien canalizados pueden hacer que se generen grandes éxitos. Al buscar algo más de referencia sobre este libro encontré un link (que te comparto) que me pareció muy interesante donde basándose en el libro encuentran 9 principios recomendados específicamente para los emprendedores, seguramente te llamará la atención ya que como jefe te interesa también conocer las bondades del emprendedurismo aún dentro de una gerencia, me resulta impresionante ver cómo un libro basado en aparentemente simples hechos de la vida rutinaria se convierte de pronto en un bestseller, mostrando como siempre las debilidades y carencias de la gente que se encuentra inmersa en el mundo de la política y mostrando también la lucha entre el poder y el dinero, y qué es aquí según el protagonista donde muchos eligen mal.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario. La política no es un tema sencillo ni fácil. Ninguna oveja sobrevive en la política porque el sistema está diseñado para lobos. La serie de Netflix es bastante buena en sus primeras tres temporadas, luego, como sucede, empieza a decaer en calidad hasta llevarnos a una última temporada sin Francis Underwood. El pensamiento de Underwood, Urquhart en la novela, es frío, calculador y en extremo pragmático. Es el titiritero.
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