viernes, 26 de junio de 2020

MUJERCITAS de Louisa May Alcott

 
«Nunca somos demasiado mayores para eso, hijita, porque en una u otra forma seguimos jugando a los Peregrinos. Aquí están nuestras cargas, el camino que hemos de recorrer y el deseo de buenos y felices es el guía que nos conduce a través de muchas penas y no pocos errores, a la paz de la Ciudad Celestial. Ahora, peregrinos míos, suponed que comenzáis de nuevo esa marcha, no para divertiros sino de verdad, y veamos hasta dónde llegáis antes de que regrese vuestro padre.»
Mujercitas es un auténtico bestseller de época y además la novela más reconocida de Louisa May Alcott. Se ambienta en Massachusetts, Estados Unidos aproximadamente en el lapso de un año que va desde las vísperas navideñas de 1860 hasta la Navidad de 1861. Tiene una continuación llamada Aquellas mujercitas, que toma a las protagonistas ya en su vida adulta. Podría concluirse que toda la obra posterior de Loisa May Alcott heredó el estilo y estructura narrativa de Mujercitas. A sus lectores les encantaba esa fórmula y May Alcott publicaba lo que su público quería leer. 

Mujercitas se encuentra en una delgada línea de lo que se clasifica entre autoficción y autobiografía puesto que está inspirada en la adolescencia de la autora y las vivencias con sus hermanas. Josephine, una de las protagonistas, es en realidad el alter ego de Loisa May Alcott. Curiosamente esta obra fue escrita por encargo editorial, querían que la escritora publicara una obra orientada a mujeres jóvenes. Obviamente y a la larga, ser una adolescente no es requisito para leer esta obra que se ha convertido en un clásico de la literatura norteamericana. En su época para las librerías fue como el Crepúsculo de Stephenie Meyer, lo cual nos lleva a reflexionar un poco sobre la decadencia de las letras, pero lo mismo le sucedió a Mujercitas cuando se le comparaba con otras obras publicadas en el Siglo XIX, por ejemplo, Edgar Allan Poe publicaba ya sus extraordinarios relatos en periódicos, Walt Whitman hacía lo  suyo con la poesía y en las novelas Hermann Melville ya había publicado Moby Dick y Nathaniel Hawthorne su La letra escarlata. El tiempo siempre es el mejor filtro literario, pero eso es material para otro post.

Mujercitas es una novela que avanza a saltos, pero lineal. Cada capítulo tiene su propio desarrollo, nudo y desenlace, quizá el único obligatorio para entenderlos todos es el primero, pues es la presentación de los personajes. La sinopsis es la siguiente:
«El señor March se ha marchado a la guerra y sus cuatro hijas deben quedarse en casa con su madre, su tía y sus amigos, en medio del bullicio de la vida burguesa de Nueva Inglaterra. Meg, Beth, Amy y Jo, las cuatro hermanas March, tienen intereses muy distintos, pero juntas viven y sufren los cambios que conlleva hacerse un lugar en el mundo y, lo más complicado de todo, crecer.»
Las protagonistas son adolescentes: Meg, diminutivo de Margaret, tiene dieciséis años; Jo (Josephine), quince; Elizabeth (Beth), trece; y Amy, doce. Las cuatro hermanas tienen como común denominador la inocencia y la ingenuidad. La madre de las chicas, a quien todo el tiempo se le conoce como la señora March, funge como el personaje sabio, quien aconseja e instruye, quien modela los valores y principios. Cada una de las hermanas es un personaje principal, de acuerdo con el capítulo que estemos leyendo. Probablemente Jo, al ser el alter ego de la escritora, tiene más protagonismos y tiende a captar más la empatía del lector.
«El cariño destierra el temor y la gratitud vence al orgullo.»
Mujercitas ha sido adaptada al menos siete veces al cine. Un número impresionante que se remonta hasta la época de las películas mudas, evidenciando lo trascendental que ha sido esta novela en la cultura norteamericana. A pesar de ello no he visto ninguna adaptación, por lo que no tengo ningún punto de comparación. Aunque me queda claro que las adaptaciones debieron cambiar o modificar mucho de la obra para ser proyectadas en la gran pantalla e incluso, con los años, especialmente las últimas adaptaciones, debieron haber tenido alguna actualización generacional (sin descuidar que es una película de época). Mujercitas es una novela que tiene un siglo y medio y su escritura y referencias deben de entenderse en el contexto cultural e histórico de los Estados Unidos. Hoy nos parecería alarmante que una mujer buscara mejorar su posición dentro de la sociedad casándose con un hombre rico y normal si lo que quisiera es seguir su vocación y talento, pero en el Siglo XIX lo alarmante sería lo último y normal lo primero.
«La presunción estropea hasta los más grandes genios.»
Las protagonistas son pobres, pero no tan pobres, porque en realidad nunca les falta nada esencial, incluso tienen una criada, Anna. Son pobres cuando ellas se comparan con la burguesía y empiezan a desear mejores vestidos, viajes a Europa, una casa más grande y no tener que trabajar para ganarse el sustento. Esa envidia es el catalizador de sus peores momentos, la que provoca crisis personales o familiares. Pero rápidamente entienden que las riquezas no lo son todo en la vida, o no debería ser un objetivo per se. Dada la orientación juvenil de la novela, tampoco es que tenga demasiado simbolismo o mensajes entre líneas. El mensaje en todo momento es claro, valorar lo que se tiene y cultivar nobles valores, que la felicidad no está en las cosas, sino en las personas. Las cuatro hermanas, como en toda familia, a veces discuten y pelean, pero siempre ante una emergencia están unidas. Al principio los defectos devenidos de las personalidades de cada una son muy notorios, pero en la medida que cada una es sometida a una experiencia para poner a prueba sus valores y principios, esos defectos de categoría moral ceden, a tal punto que al final de la novela todas ellas han cumplido un arco, han madurado. Es cierto que hay una marcada tendencia de buscar la emotividad del lector, y en algunos puntos lo logra bastante bien, como cuando el señor Laurence le regaló el piano de su difunta nieta a Beth, quien tenía talento musical y precisamente lo que más deseaba en la vida era eso, sentir la música, o cuando Jo se cortó el pelo para conseguir veinticinco dólares que entregó a su madre para que pudiera usarlos para atender a su padre malherido. Hay una situación límite, un intento fallido en realidad, cuando Beth se enferma gravemente de escarlatina y pareciera que está a punto de morir, pero como lectores sabemos que la escritora no haría jamás eso con la hermana más dulce y gentil, y menos si la escarlatina la obtuvo por haber obrado noblemente. Si Louisa May Alcott mata a Beth hubiera creado un trauma en todas sus lectoras adolescente, no se lo hubieran perdonado jamás.

El final del último capítulo me dejó con una extraña sensación de inconclusión, como si a la novela todavía le hicieran falta algunas páginas o capítulos. Probablemente por esa la razón es que cuatro años después fue publicada Aquellas mujercitas
«Cariño, protección, paz y salud, son las verdaderas bendiciones de la vida.»

1 comentario:

  1. "Todas quieren ser Jo", así lo recita una crítica donde muchas escritoras y mujeres del nuevo siglo se han topado con la novela clásica "Mujercitas" y tratan de reivindicarla como una de las obras más talentosas escritas por una mujer, en los cuales la predomina como eje de la obra.

    Creo que vi la película de esta obra hace algunos años atrás, sin embargo, en el 2019 aparece un nuevo "remake" que llama mucho la atención, no sólo por los elementos visuales, sino también por las actrices que interpretan y dan vida a los personajes de Mujercitas, entre ellas la actriz estadounidense Saoirse Ronan que le da vida a Jo March y destaca no sólo por su belleza sino por el talento multifacético que posee, (una de mis actrices favoritas).

    La escritora utiliza una fina descripción de caracteres, que muestra el paso de la niñez a la juventud, pone énfasis en el espíritu de la libertad individual, algo no usual para la época. Las March demuestran sus aptitudes sociales tocando el piano, bordando o manteniendo una conversación fluida, amable y elegante.

    Y es que Mujercitas de Louisa May Alcott es una novela que ha trascendido a todas las épocas. Hoy en día, las nuevas generaciones la han aceptado, porque está muy bien escrita. Además, tiene el "germen del feminismo". De hecho, el personaje de Jo, la joven que desea escribir, ha sido motivo de inspiración para importantes escritoras. Niñas que se convierten en mujeres, personajes memorables e inolvidables.

    Resuenan las voces de grandes escritoras e intelectuales para quienes Mujercitas fue o es una inspiración y refugio: Simone de Beauvoir, J. K. Rowling, Ursula K. Le Guin, Carson McCullers o Patti Smith y en español Marcela Serrano, Cristina Fernández Cubas, Jenn Díaz o Pilar Adón.

    Porque como diría una frase del tráiler de la película; "Hay ciertas personas que suelen ser indomables"

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