«Hoy falleció la niña que jugaba en misojos y su fantasma desgarra aldolor, que duele a la tristeza.»
Un primer libro de creación, edición, publicación y comercialización completamente independiente. Sin editorial, sin ISBN, sin promoción, sin fama, simplemente el deseo de publicación y la necesidad de contemplar el sueño de todo poeta hecho realidad: ver el caudal de sus palabras vertidas en un libro.
Romances de la Muerte es un libro de poesía en verso libre. Cada uno de sus poemas tiene impregnada la obsesión con la muerte. Es probable que muchos consideren que existe algo de inmadurez en la lóbrega visión del autor, puesto que no superaba los veinticinco años, quizá menos que eso, cuando adoptó el afán de hacer verso sus pensamientos. A esa edad lo común es que se concentren en la alienación, en el romance, en el estoicismo o en el nihilismo, no la muerte. Sin embargo, como punto a favor es que un gran número de poetas han escrito sus mejores versos en la juventud, y para brindar un ejemplo de tal nivel, solo hace falta leer El Albatros de Baudelaire, un poema escrito cuando aún no alcanzaba los veinte años.
Cuando los años se convierten en una corona con forma de calva o bien, se acumulan en cabellos grises o de plata, es el momento en que los poetas, con más afán, se concentran en la muerte. Empiezan a ver el umbral inexorable que limpiará de sus cuerpos todo hálito y sueño, probablemente es como una forma de aceptación y preparación. Sin embargo, en la juventud, donde toda una vida está por delante, donde todavía falta mucho por hacer, por construir, donde un existe el sueño de un legado ¿qué ocurre para enamorarse de la idea de morir?
¿Quién es Julio Manuel Girón? –quizá debí comenzar con esta pregunta– Es un escritor, ensayista, prosista, poeta y cuentista guatemalteco, que ha estudiado metafísica, hermetismo, teurgia, filosofía y filología. Probablemente sea mucho más conocido como el autor de Luna en la Sangre y De Boscaje y Olvido. Sus escritos y estilo podrían clasificarse, según el autor, como Dark Poetry. La palabra «oscuro» –dark– es por uso excesivo de palabras antiguas y en desuso. Para el lector promedio esto es poco amigable. Sale a relucir la necesidad de contar con un diccionario enciclopédico o la APP de la Real Academia de la Lengua Española.
«Hay un oculto arcángel, que labra escalofríos en la brisa; sus
lágrimas son lánguidos arroyos de tristes luces salpicadas
al atardecer; su canto, como el dolor de siete dagas al corazón incrustadas.»
Este libro fue el primer libro de poemas que leí. Lo le tengo en alta estima y apreciación. Seguramente sea algo parcial en mi comentario, puesto que cuando hilvanaba versos en la noche, el patrón de Julio Manuel Girón me pareció el más interesante, enigmático y magnífico. En mi juventud, me convertí en su epígono. Era un reto tratar de emular sus versos. Antes de Romances de la Muerte la poesía no era más que un accidente literario que no tenía mi atención, menos mi intención. Pero vaya, eso fue hace más de una década, casi dos.
«Sin continuar continúas, más siempre
continuando, nunca continuaste, no
sabes llegar ni volver, siempre estás
sin estarlo y cuando nunca estás
estás en cuando más te encuentras.»
Hay varios poemas en el cual el autor nos deleita creando juegos de palabras, conjugando versos imposibles, convirtiendo los intransigentes en transigentes, experimentando en los tiempos, rompiendo algunas reglas gramaticales. Es en la poesía que dichos accidentes del lenguaje se convierten en arte, no se les puede juzgar como en la narrativa.
Aunque todos los poemas graviten en el eje de la muerte, existen numerosas emociones concertadas: tristeza, soledad, depresión, abatimiento, aflicción, dolor. Probablemente esto no motive, pero sin duda Julio Manuel Girón no escribió ningún verso para motivar a nadie, simplemente para expresar con poesía los sentimientos que consumen su alma y que resuman en tinta.
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