«He sido el hombre más poderoso del mundo, pero también el más traicionado. La maldición de Sífax se ha cumplido. Hubo un momento en el que pensé que mi caída era imposible. El orgullo y los halagos con frecuencia nublan nuestra razón.» Publio Cornelio Escipión Africano
La traición de Roma es el cierre de la trilogía dedicada a uno de los generales más grandes de Roma y de la historia, Publio Cornelio Escipión Africano, el hombre que fue capaz de derrotar la ocupación cartaginesa en Hispania, sitiar y conquistar la fortaleza de Cártago Nova y vencer a Aníbal Barca en África en la gran batalla de Zama. Santiago Posteguillo nos narra con ingenio, maestría y fluidez varios hitos de la historia occidental sucedidos en la roma preimperial del siglo II a. C. convirtiendo esta saga de novela histórica en una de las mejores que se hayan escrito. Ni Bernard Cornwell con los Arqueros del Rey, ni Collen McCullough con Julio Cesar, ni Valerio Manfredi con Alexandros lograron lo que Posteguillo con Publio Cornelio Escipión. Y es que esta trilogía tampoco se centra completamente en Escipión, tenemos una digna historia en un hilo narrativo alterno para Aníbal Barca, con quien el lector también termina simpatizando y hasta apesadumbrado por su tragedia.
«Las palabras una vez pronunciadas no pueden ser ya enmudecidas.»
Después de Las legiones malditas no quedaba demasiado para mantener la épica a la cual nos tenía acostumbrado Posteguillo. Ya no tenemos la misma cantidad o calidad de batallas y con ello esas narraciones de estrategia y enfrentamiento entre ejércitos se ven disminuidas. Roma tenía un gran y formidable oponente en Cartago y principalmente en su general Aníbal Barca, pero una vez derrotado no es que los enemigos hayan desaparecido, pero no tenían el carisma ni la misma pericia estratégica para ser dignos rivales de Roma, aunque sí grandes ejércitos y mucho poder. Por un lado tenemos a Filipo V de Macedonia, y por el otro a Antíoco III de Siria y emperador seléucida. Santiago Posteguillo se las arregló para brindarnos tres batallas importantes, la de Panion donde Siria derrotó a Egipto, quien era un aliado de Roma, la batalle de Emporiae donde Catón sometió el levantamiento de los iberos en Hispania, y la batalla de Magnesia donde los hermanos Lucio y Publio Cornelio Escipión derrotaron al Imperio Seléucida.
«La prudencia es siempre mejor consejera.»
Lo que viene con mucha fuerza en “La traición de Roma es toda la intriga política, conspiraciones, alianzas y traiciones. En las “Las legiones malditas lamentábamos la muerte de Quinto Fabio Máximo, pero aquí su heredero político, Marco Porcio Catón creció en retórica, astucia y malicia y se convirtió en un temible enemigo para los Escipiones. Mientras Quinto Fabio Máximo detestaba a Publio Cornelio Escipión por el riesgo que representaba para la República, a Catón se le sumaba el odio por todas las humillaciones que este le hizo pasar en Siracusa. Catón, a mi parecer, terminó por superar a su maestro.
«Los moribundos buscan palabras amables cuando están ante el final de su camino en este mundo, las buscan incluso entre aquellos a los que han herido.»
Africanos, el hijo de cónsul era la historia del ascenso; Las legiones malditas, del auge; y “La traición de Roma, la caída y decadencia. Publio Cornelio Escipión después de haber sido el salvador de Roma, después de que su nombre fue vitoreado, después de haber sido el prínceps senatus, termina por verse obligado a abandonar su ciudad ingrata con el juramento de nunca volver. De Aníbal Barca empezábamos a conocer su derrota y caída al final de la entrega anterior, pero aquí vemos un triste final indigno para una de las figuras más importantes de la historia. Exiliado, perseguido y muchas veces humillado y traicionado.
«La ambición de dominio es más ardiente que todas las demás pasiones.» Tácito
Lo que más me gustó de “La traición de Roma es que Publio Cornelio Escipión alcanza otros niveles de profundidad y complejidad. Ya no es completamente bueno, el que siempre hace lo correcto. También obra de acuerdo con sus propios intereses y conveniencias, hay vanidad, corrupción y hasta crueldad, como cuando puso en riesgo de muerte y no pocas veces a Tiberio Sempronio Graco, quien estaba a su cargo en combate y a quien odiaba (por su cercanía con Catón) y que paradójicamente terminó convirtiéndose en su yerno.
La traición de Roma es un más que digno cierre a esta trilogía. No esperaba que esta entrega estuviera a la altura de las anteriores, pero nuevamente Posteguillo se ha superado. No hay nada que haya quedado pendiente y todos los personajes, principales y secundarios, terminaron teniendo una conclusión.
«Aun cuando tus contemporáneos te silencien por envidia, otros vendrán que sin favor ni pasiones te harán justicia.» Seneca
La historia no se puede cambiar y tampoco sería lo correcto esperar que en este tipo de relatos se buscara favorecer ciertos valores o hechos. En la historia no existen villanos completamente malvados y tampoco héroes completamente buenos; las personas son un poco de ambos, quizá no al mismo tiempo y no con todos.
La historia podría continuar en Publio Cornelio Escipión Emiliano, conocido como Africano Menor Numantino, quien lideró la tercera guerra púnica, asedió y destruyó a Cartago para siempre. El fin de una historia es el comienzo de otra. Posteguillo después de esta trilogía se superó nuevamente con la historia del Emperador Trajano y nuevamente nos está sorprendiendo con la saga de Julia Domna, esperemos que algún día voltee atrás y reabra otro capítulo en la saga de los Escipiones.
«Siempre resulta cruel y prematura la muerte de aquellos que proyectan algo inmortal.» Plinnio, Epistulae
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