domingo, 31 de mayo de 2020

LA CÚPULA de Stephen King


«¿Cómo explicar que a la gente que conocía de toda la vida –gente a la que respetaba, a la que quería– se había convertido en una turba? Se dijo a sí misma: podría haberme hecho una idea más clara si hubiera estado allí desde el principio y hubiese visto cómo empezó, pero eso no era más que pura racionalización, la negativa a enfrentarse a esa fiera desmandada y descerebrada que puede surgir cuando se provoca a un grupo de gente asustada. Había visto fieras así en las noticias de la televisión, normalmente en otros países. Jamás había esperado verlo en su propio pueblo.»
El manuscrito de La Cúpula comenzó a escribirse en 1976. Cuando Stephen King había llegado a la página setenta y cinco se detuvo. No estaba del todo satisfecho y prefirió ordenar sus ideas. Desde el comienzo sabía que sería una novela de una gran extensión y con muchos personajes, pero ese no era el problema, era el escenario. Encerrar y aislar a un pueblo era lo que creaba un reto más allá de lo imaginado. Harían falta tres décadas para que la idea surgiera con nuevos brillos y se convirtiera en una novela digna del canon de lo más destacable del autor. De esas setenta y cinco páginas iniciales apenas rescató las primeras cuatro, el capítulo del accidente de la avioneta y el de la mutilación de la marmota. 

La Cúpula es, por extensión, la tercera novela más grande de Stephen King. Apocalipsis e IT ocupan el primer y segundo puesto. Una novela de gran extensión es un reto tanto para el escritor como para el lector. Hace falta ser un lector constante y fiel para dedicar el tiempo a un libro con el cual fácilmente podrían leerse tres o cuatro libros de extensión promedio. Una novela de gran volumen también supone una complejidad dada por la cantidad de personajes que aparecen. La Cúpula es la historia de todo un pueblo que se queda aislado tras la aparición de un extraño campo de fuerza con forma de cúpula. Existen muchos personajes que se mencionan un par de veces y ya no vuelven a ser mencionados, pero hay una buena cantidad de principales y secundarios sobre los que descansa la trama.

La sinopsis es algo sensacionalista y no le hace justicia a la historia. Hela aquí:
«En una soleada mañana de otoño en la pequeña ciudad de Chester's Mill, una barrera invisible ha caído sobre la ciudad como una burbuja cristalina e inquebrantable. Al descender, ha cortado por la mitad a una marmota y ha amputado la mano a una mujer y un avión ha chocado contra la cúpula y se ha precipitado al suelo envuelto en llamas. Dale Barbara, veterano de la guerra de Irak, ha de regresar a Chester's Mill, el lugar que tanto deseaba abandonar. El ejército pone a Barbara al cargo de la situación, pero Big Jim Rennie, el hombre que tiene un pie en todos los negocios sucios de la ciudad, no está de acuerdo: la cúpula podría ser la respuesta a sus plegarias. A medida que la comida, la electricidad y el agua escasean, los niños comienzan a tener premoniciones escalofriantes. El tiempo se acaba para aquellos que viven bajo la cúpula.»
Stephen King no es un simple escritor de bestseller genérico, a mi consideración es uno de los mejores escritores norteamericanos y nada tiene que envidiar a Faulkner, Pynchon o McCarthy. King recibió en 2003 el reconocimiento de la National Book Foundation por su trayectoria y aporte a las letras norteamericanas. Muchos de los detractores de King son personas que no lo han leído siquiera o solo se han concentrado en algunos fragmentos dispersos de las decenas de miles de páginas que ha escrito. King es para la literatura lo que en algún momento fueron Dickens y Dumas quienes acercaron el poder de las historias a los lectores, crearon una fascinación y una nueva generación de devoradores de libros. Lo mismo podría afirmar de J. K. Rowling, J. R. R. Tolkien o George R.R. Martin en los géneros fantásticos, que siempre se han considerados géneros menores, pero que al verlos de cerca podemos apreciar un trabajo mucho más importante, complejo y fascinante que cualquier otro escritor de la mal llamada «alta literatura», un tipo de esnobismo en las letras que fastidia y no poco. 

La premisa de La Cúpula es interesante no por los elementos de ciencia ficción, sino por su extrapolación a un experimento social. La Cúpula como campo de fuerza extraterrestre y las razones por las que está allí tienen tantos agujeros de lógica como un colador; pero el que exista un pueblo aislado de repente y las reacciones y comportamiento de sus pobladores hacia ese fenómeno es una idea muy sólida, ese es el eje principal de la obra de King, la tesis de La Cúpula. En La Niebla, King nos presenta una situación similar, unas personas atrapadas en un supermercado. Los monstruos que asolan en la niebla despiertan los monstruos interiores de las personas, aquellos que solo pueden surgir del miedo, de la propia mente. En La Cúpula no hay monstruos, las personas simplemente no pueden salir.

Chester’s Mill es un pueblo típico de los Estados Unidos. Es completamente rural y sus habitantes no tienen mayores ambiciones ni preocupaciones. También, como en todo pueblo, hay política y precisamente los líderes políticos de las áreas rurales tienen un lado oscuro. En Chester’s Mil, un concejal es también un mafioso y traficante, que aprovecha las características de ingenuidad del pueblo para darse a conocer como un hombre carismático y ético, fiel servidor de Dios, padre devoto y otro buen número de características que los populistas siempre se atribuyen. En el aislamiento busca el poder absoluto y una vez obtenido el pueblo se convierte en una bomba de tiempo. El fascismo es una mecha muy corta.

Chester’s Mill no es siquiera el enfrentamiento de buenos ni malos. Son las maquinaciones y persecución de un tirano y la supervivencia de los otros. Quien puso la cúpula no precisó de soltar a ningún monstruo dentro de los pobladores, entre ellos mismos surgirían los depredadores. Una población pacífica de más de dos mil personas terminó convirtiéndose en una catástrofe apocalíptica. No pasó un año, ni siquiera un mes, fue una semana la que dejó apenas dos docenas de supervivientes.

Nunca imaginé que un libro de esa extensión cubriera apenas una semana. Existe una serie basada en el libro, no la he visto, aunque he leído que muchos se han quejado por las notables diferencias. Muchos cineastas que deciden adaptar la obra de King se olvidan de que no es el escenario lo que hace la historia, que esto apenas es un mero pretexto, son los personajes, sus emociones, sus decisiones, los que hacen que los libros de King sean memorables. Quien me parece que es el único que lo ha entendido es Frank Darabont, director de The Mist, The Green Mile y The Shawshank Redemption, que también han sido las mejores películas basadas en la obra de King.

Siempre he dicho que King no es muy bueno con los finales. En La Cúpula nos da escenas épicas y trágicas, unas conmovedoras y otras repulsivas, pero necesarias. El problema es la cúpula misma que siempre fue una excusa argumental y así como de inexplicable llegó, así también se fue. Sí, sé que hay por allí algunas explicaciones que deducen o suponen los personajes, pero las mismas no tienen demasiado fundamento y puesto en escena es hasta anticlimático. Pero fuera de ello, es una gran historia y no lo digo por su extensión, sino por su valor.

Últimamente los libros de Stephen King terminan con una nota personal, al final de esta agradece a sus lectores. Es un detalle que no es necesario, pero sí que importante. 
«En ocasiones lo correcto y lo necesario entran en conflicto.»

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