«En otoño de 1965, Oppie tuvo visita con su médico para un chequeo general. No era algo que hiciera con mucha frecuencia, pero llegó a casa aquel día y anunció que le habían dicho que estaba sano como una manzana. “Os voy a sobrevivir a todos”, bromeó. Sin embargo, dos meses después, la tos de fumador empeoró perceptiblemente. Aquellas Navidades, en St. John, se quejó a Sis Frank de que “le dolía mucho la garganta” y murmuró: “Quizá estoy fumando demasiado”. Kitty pensó que no tenía más que un resfriado fuerte. Pero al final, en febrero de 1966, lo llevó a un médico de Nueva York. El diagnóstico era claro y desolador. Kitty llamó por teléfono a Verna Hobson y le dio la noticia: “Robert tiene cáncer”, susurró.»
Kai Bird es un historiador, escritor y biógrafo estadounidense. Durante su infancia, vivió en diversos países debido a la carrera diplomática de su padre, lo que le proporcionó una perspectiva global y un profundo interés en la historia contemporánea. Se graduó en la Universidad de Northwestern y obtuvo una maestría en la Universidad de Columbia. Su obra más célebre, Prometeo Americano, coescrita con Martin J. Sherwin y publicada en 2005, se convirtió en un hito en la biografía de J. Robert Oppenheimer y recibió el Premio Pulitzer. Martin J. Sherwin, por su parte, fue un influyente historiador y académico neoyorquino, especializado en la historia nuclear y la política de seguridad nacional, campos en los que se convirtió en un referente.
El Premio Pulitzer, creado en 1917 por el periodista Joseph Pulitzer, es uno de los galardones más importantes en literatura y periodismo, y no solo en Estados Unidos. La categoría de Biografía o Autobiografía, presente desde el inicio, reconoce anualmente la mejor obra en este género. Otorgado por la Universidad de Columbia, premia a autores cuya investigación y narrativa logran capturar la esencia de las vidas que retratan, ofreciendo una visión profunda del individuo y su contexto histórico. Entre las biografías destacadas a lo largo de un siglo se encuentran Truman de David McCullough, publicada en 1992; Master of the Senate de Robert Caro, premiada en 2003 que narra la historia de Lyndon Johnson; y, como no, Prometeo Americano. La selección, como en cualquier otra premiación de peso, es rigurosa: un jurado de expertos revisa las obras nominadas y recomienda al Consejo del Pulitzer, que decide el ganador.
Leer biografías es esencial para comprender tanto la vida de individuos influyentes como los contextos históricos y culturales en los que se desenvolvieron. Las biografías que perduran son aquellas que trascienden una simple cronología de hechos y se convierten en narraciones memorables. Aunque el uso de técnicas literarias en la escritura de biografías tiene raíces en el siglo XIX, con autores como Lytton Strachey y Thomas Carlyle, en las últimas décadas este enfoque ha resurgido y ganado aceptación. Ejemplos de biografías que han empleado estas técnicas y se han convertido en éxitos de ventas incluyen Steve Jobs de Walter Isaacson, Los hermanos Wright de David McCullough, Alexander Hamilton de Ron Chernow, Leonardo da Vinci también de Isaacson, y La vida inmortal de Henrietta Lacks de Rebecca Skloot. Estas biografías, que integran técnicas literarias con divulgación histórica, permiten al lector sumergirse en la complejidad del personaje y su entorno sin sacrificar el rigor. Estas obras se sostienen en entrevistas exhaustivas, investigaciones detalladas en diversas fuentes como cartas, diarios, videos, documentos oficiales y testimonios de contemporáneos. Este enfoque narrativo, que combina creatividad y veracidad, ofrece una experiencia de lectura más rica y accesible, lo que incrementa su atractivo y notoriedad. En contraste, las biografías que se limitan a una exposición académica de hechos, aunque útiles, suelen ser menos atractivas y tienden a ser lamentablemente olvidadas hasta que alguien, quizá un investigador, las encuentre y las utilice como fuentes secundarias. Narrar una vida con profundidad, precisión y creatividad es lo que distingue precisamente la biografía de Robert Oppenheimer de Kai Bird y Martin J. Sherwin.
Robert Oppenheimer fue, en muchos sentidos, un hombre atrapado entre su genio y las sombras que su propio talento proyectó. Nacido en Nueva York y de ascendencia judía, destacó desde joven por su aguda inteligencia, formándose en Harvard, Cambridge y Gotinga, lugares donde su mente se fue cincelando entre teorías y ecuaciones, llevando a la física a nuevos niveles. Como director científico del Proyecto Manhattan, llevó a término la creación de la primera bomba atómica, una hazaña que, aunque lo inscribió en los anales de la historia, también lo condenó a un perpetuo estado de duda moral. Tras la guerra, Oppenheimer emergió como una figura central en la política científica, pero su rechazo a la bomba de hidrógeno y sus inclinaciones, más bien difusas, hacia la izquierda lo convirtieron en blanco del macartismo, que acabó despojándolo de su autorización de seguridad. Su vida, marcada por la paradoja, sigue siendo un enigma que se resiste a desvelarse del todo, aunque es innegable Kai Bird y Martin J. Sherwin se acercaron mucho a descifrarlo.
Leí Prometeo Americano impulsado por la notoriedad mediática de la película de Christopher Nolan, que ganó varios premios Oscar, incluyendo el de mejor película. Sin embargo, después de terminar el libro, opté por no ver la película, ya que la profundidad con la que la biografía explora la vida de Robert Oppenheimer me hizo sentir que ya no era necesario. Tras haber leído varios libros y visto innumerables documentales sobre la Segunda Guerra Mundial, conocía a Oppenheimer como el responsable del Proyecto Manhattan, nunca había indagado más allá de ese rol. Prometeo Americano me reveló al hombre detrás del científico, una figura marcada por tensiones éticas y conflictos internos que no había considerado antes.
Kai Bird y Martin J. Sherwin explicaron en varias entrevistas que eligieron escribir sobre Robert Oppenheimer debido a la fascinante dualidad del personaje: un científico brillante enfrentado a profundos dilemas morales y políticos. Para ambos, Oppenheimer no solo era el padre de la bomba atómica, sino también una figura que personificaba los desafíos éticos de la ciencia y la responsabilidad social. Al escribir sobre él, buscaron explorar cómo un individuo puede influir decisivamente no solo en la culminación de una guerra, sino en la historia misma de la humanidad, al tiempo que enfrenta conflictos internos tan profundos como complicados. El objetivo de los autores fue crear una narrativa que no solo documentara la vida de Oppenheimer, sino que también invitara al lector a reflexionar sobre esos dilemas. Querían humanizar a Oppenheimer, mostrando sus contradicciones y complejidades, y ofrecer una comprensión más profunda de su legado en la historia del siglo XX, y francamente, a mi parecer, lo consiguieron y con creces.
La estructura narrativa de Prometeo Americano sigue un enfoque cronológico, combinado con una técnica que equilibra el rigor académico y un estilo literario accesible. El libro se organiza en capítulos que trazan la vida de Robert Oppenheimer desde su infancia hasta su rol en el Proyecto Manhattan y su caída durante el macartismo llevándonos incluso hasta su diagnóstico de cáncer y deceso. Bird y Sherwin emplean una narración omnisciente que permite explorar tanto los eventos históricos como la psicología del protagonista, integrando de manera efectiva fuentes primarias como cartas, diarios y entrevistas en la narrativa. La obra utiliza una técnica de «narración en capas», contextualizando los hechos históricos y explorándolos desde múltiples perspectivas, lo que ofrece una visión tan completa como compleja del personaje. El estilo es directo, con momentos de reflexión que permiten intercalar análisis historiográfico con escenas casi novelescas, manteniendo el interés del lector, porque a pesar de sus más de 850 páginas, el libro nunca se siente pesado.
Personalmente, no creo que Prometeo Americano sea la mejor biografía que he leído, aunque nunca me he detenido a pensar cuál ostenta ese título. Sin embargo, definitivamente es una de las mejores. Me resultó fácil sumergirme en la historia y, al mismo tiempo, aprender sobre un período crucial de la historia del siglo XX, todo mientras se intercalaban momentos de reflexión profunda. Es un libro esencial para entender cómo Robert Oppenheimer y un grupo de científicos, muchos de ellos antibélicos, fueron responsables de crear el arma más letal de la historia. Sin duda, es una lectura altamente recomendable.
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