«Él siempre se pregunta cómo será dedicarse gran parte del día a guardar corazones humanos en una caja. ¿En qué pensarán esos operarios? ¿Tendrán conciencia de que eso que tienen en sus manos estuvo latiendo hace unos momentos? ¿Les importará? Y después piensa que él también dedica gran parte de su vida a supervisar cómo un grupo de personas, bajo sus órdenes, degüellan, evisceran y cortan a mujeres y hombres con la mayor naturalidad. Uno se puede acostumbrar a casi cualquier cosa, excepto a la muerte de un hijo.»
Agustina Bazterrica es una destacada escritora argentina nacida en Buenos Aires. Posee una licenciatura en Artes y ha complementado su formación con diversos talleres de escritura creativa. Se ha destacado en la narrativa contemporánea, explorando temas de crítica social con mucha profundidad. Su primera novela, Matar a la niña (2013), precedió a su obra más conocida, Cadáver exquisito (2017), con la que ganó el prestigioso Premio Clarín de Novela. Su última novela fue Las indignas publicada en 2023. Actualmente, Bazterrica trabaja como gestora cultural y co-organizadora de eventos literarios, además de impartir talleres de lectura y escritura.
Cadáver Exquisito de Agustina Bazterrica es una obra que se adentra en los territorios oscuros y perturbadores de una distopía tan cercana a lo grotesco que, por momentos, parece una perversión de la realidad misma. En su narrativa, Bazterrica no solo dibuja un mundo deshumanizado, sino que lo hace con una pluma afilada, casi quirúrgica, que no deja resquicio para el sosiego del lector. No obstante, antes de continuar, he aquí la sinopsis:
«La súbita aparición de un virus letal que ataca a los animales modifica de manera irreversible el mundo: desde las fieras hasta las mascotas deben ser sistemáticamente sacrificadas, y su carne ya no puede ser consumida. Los gobiernos enfrentan la situación con una decisión drástica: legalizando la cría, reproducción, matanza y procesamiento de carne humana. El canibalismo es ley y la sociedad ha quedado dividida en dos grupos: los que comen y los que son comidos. Marcos Tejo, encargado general del frigorífico Krieg, separado de su esposa y a cargo de su padre, es un oscuro burócrata. El día en que recibe como regalo una mujer criada para el consumo, las tentaciones lo transforman en una conciencia peligrosa de pliegues truculentos que lo llevará a transgredir las normas hasta límites que la sociedad ignora.»
Conocí a Agustina Bazterrica a través de Las Indignas, una novela que me impresionó profundamente, situándola a la altura de El Cuento de la Criada de Margaret Atwood. La última obra de Bazterrica es una pieza literaria magnífica, perfectamente escrita, donde incluso las descripciones más horrendas quedan atrapadas en una prosa hermosa. Sin embargo, Cadáver Exquisito es una distopía diferente, o más bien debería decir que Las Indignas es la que marca esa diferencia, considerando los seis años de distancia entre ambas publicaciones. Si Las Indignas evoca el universo opresivo y claustrofóbico de El Cuento de la Criada, ¿a qué se asemeja Cadáver Exquisito? He de confesar que, aunque no me considero un experto en distopías, tampoco soy un novato en el género. De todo lo que he leído, nada se aproxima a la crudeza y originalidad de Cadáver Exquisito. Tal vez lo más parecido sea la película Soylent Green de 1973, dirigida por Richard Fleischer y basada en la novela ¡Hagan sitio! ¡Hagan sitio! de Harry Harrison. Soylent Green es una obra cinematográfica que explora un futuro distópico donde la sobrepoblación y la escasez de recursos han llevado a la humanidad a extremos inimaginables. La película sigue a un detective, interpretado por Charlton Heston, que descubre la verdad detrás de un misterioso alimento llamado Soylent Green, revelando una realidad escalofriante sobre su origen. La conexión con Cadáver Exquisito es clara: ambas obras plantean un mundo donde la deshumanización ha llegado a tal punto que el consumo de carne humana se ha normalizado como una solución desesperada a la crisis alimentaria. Es importante señalar que el concepto de canibalismo no está presente en la novela original de Harrison, sino que fue introducido en la adaptación cinematográfica, lo que hace que la comparación sea más adecuada con la película que con el libro. Nunca llegué a ver Soylent Green en su totalidad, pero el concepto siempre me ha parecido fascinante y perturbador. La idea de un futuro donde el canibalismo se convierte en una práctica institucionalizada resuena con la premisa de Cadáver Exquisito. Bazterrica, al igual que Fleischer y Harrison, nos confronta con una realidad deformada por la desesperación y la falta de ética, obligándonos a reflexionar sobre los límites de la moralidad humana y las consecuencias de una sociedad que pierde su humanidad en aras de la supervivencia. En Cadáver Exquisito, Bazterrica no solo se limita a narrar una historia de horror y desesperanza, sino que también utiliza su prosa incisiva y lírica para explorar temas como la explotación, la alienación y la brutalidad inherente en las estructuras de poder. La novela es, en muchos sentidos, una meditación sobre la fragilidad de la civilización y la facilidad con la que podemos deslizarse hacia la barbarie.
Siempre he creído que las distopías, las buenas distopías debo aclarar, porque hay cosas tan absurdas que no vale la pena ni mencionar, son un vehículo para contar una realidad, algo que está pasando en la sociedad en la que el autor vive. Por ejemplo, cuando George Orwell escribió 1984, se basó en una visión de la Unión Soviética y otras dictaduras totalitarias de su tiempo. Orwell no solo describió un posible futuro, sino que creó una analogía de la realidad del comunismo y del autoritarismo de su época. 1984 proyecta un mundo dominado por la vigilancia constante, la manipulación de la verdad y la opresión total del individuo, reflejando los miedos de Orwell sobre el control absoluto que un estado totalitario podría ejercer, similar al régimen de Stalin en la Unión Soviética. Orwell nos mostró cómo una sociedad puede ser deformada por la represión y la propaganda, advirtiendo sobre los peligros de perder nuestras libertades más básicas en manos de gobiernos omnipresentes y opresores.
Por otra parte, Cadáver Exquisito de Agustina Bazterrica presenta una premisa que, aunque científicamente absurda, sirve para explorar profundas cuestiones éticas y sociales. La idea de un virus que mate a todos los animales y lleve a la humanidad al extremo del canibalismo es irrealizable desde una perspectiva científica. Los virus tienen especificidad de huésped, lo que significa que es muy raro que un virus pueda infectar múltiples especies. Además, la biología y la ecología nos enseñan que la extinción masiva de todas las especies animales por un solo virus es casi imposible. Incluso si el ser humano se propusiera exterminar a todos los animales, es probable que antes termine por extinguirse a sí mismo, dejando a especies resilientes como las ratas o las cucarachas para suplantarnos como dominantes en el ecosistema. Sin embargo, esta premisa permite a Bazterrica tejer una analogía literaria compleja y perturbadora.
Cadáver Exquisito no nos habla literalmente de canibalismo, sino que utiliza este horror como símbolo de algo más profundo. La novela reflexiona sobre cómo en nuestra sociedad nos perjudicamos unos a otros de formas sutiles y destructivas. Cabe aclarar que Bazterrica no está creando un panfleto anticapitalista; su obra va más allá de simplificaciones políticas. Ella critica la indiferencia y la crueldad que pueden surgir en cualquier sistema que valore más el beneficio propio que la compasión y la empatía. ¿Qué ve Bazterrica en la sociedad actual que pueda retratarse en Cadáver Exquisito? No nos comemos unos a otros literalmente, pero a menudo mostramos indiferencia ante el sufrimiento ajeno. Deshumanizamos a los demás, un fenómeno que siempre ha existido, pero que hoy se manifiesta en nuevas formas. En tiempos modernos, esta deshumanización se refleja en la explotación laboral, la desigualdad social y la indiferencia ante las crisis humanitarias. La novela de Bazterrica es una crítica a cómo hemos llegado a valorar más la utilidad de las personas que su humanidad, cómo en nuestra búsqueda insaciable de fama, éxito y poder, sacrificamos la dignidad y los derechos de los demás. Cadáver Exquisito nos obliga a confrontar la facilidad con la que podemos deslizarse hacia la barbarie cuando permitimos que la ética sea devorada por la necesidad y la avaricia. En este sentido, la obra de Bazterrica es una meditación sobre la fragilidad de la civilización y una llamada a recuperar nuestra humanidad antes de que sea demasiado tarde.
Cadáver Exquisito también destaca por su apartado técnico, no es cualquier novela y todo premio y reconocimiento lo tiene en suma merecido. La estructura narrativa es deliberadamente compacta y claustrofóbica, reflejando el sombrío mundo que describe. Los capítulos son breves, lo que contribuye a un ritmo acelerado que nos mantiene en un estado constante de tensión y anticipación. Esta elección estructural resalta la inmediatez y urgencia de la trama, sumergiéndonos en una atmósfera opresiva y asfixiante. Las oraciones varían en longitud, pero prevalecen las construcciones cortas y concisas que intensifican la sensación de desesperanza. Bazterrica utiliza un narrador en tercera persona, lo que permite una visión más amplia y objetiva de la distópica realidad que ha creado, es particularmente efectivo para mostrar la deshumanización y el horror sistemático sin caer en la subjetividad, lo que refuerza la crudeza del relato y hace que los giros y clímax tengan mayor impacto. La atmósfera de la novela es predominantemente gris, llena de pesadumbre, desesperante, perturbadora, atrapándonos e incomodándonos al mismo tiempo. Este tono sombrío es logrado mediante el uso magistral de recursos discursivos y retóricos, colmado de descripciones vívidas y detalladas que, aunque horrendas, poseen una extraña belleza literaria y es que la prosa de Bazterrica es incisiva y lírica, combinando la brutalidad del contenido con una elegancia estilística que nos engancha desde la primera página.
Cadáver exquisito es una lectura que conduce a una experiencia visceral, una inmersión en un mundo donde la ética ha sido devorada por la necesidad y donde cada personaje refleja una faceta de nuestra propia humanidad corrompida. A nuestro pesar, empatizamos con el protagonista y no lo vimos venir. La autora logra un equilibrio entre la narrativa distópica y la reflexión filosófica, invitándonos a cuestionar no solo la historia, sino también la realidad en la que vivimos. Una lectura altamente recomendable.
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